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El Centro (Primera parte): Por Miguel-A. Cibrián), paciente de Ataxia de Friedreich.
Nací en un pueblo castellano, allá por el año 1954. Aparte de sufrirse, como en toda España, los rigores de la postguerra, ésta era una comarca pobre. Por aquella época, en Villanueva de Odra gozábamos casi del techo de nuestro ser como pueblo, el cual comenzó a declinar en la década de los 60 cuando se inició una inmigración masiva hacia la ciudad en busca de mejores expectativas de vida. En mis tiempos escolares había dos escuelas, dos maestros, y 70 niños ruidosos para dar vida a la población. Hoy aquella no pasa de ser una situación puramente anecdótica: Los habitantes de permanencia fija no pasan de 25, la mayoría son ancianos, y no hay niños.
En resumidas cuentas, era una población muy alegre y totalmente olvidada de las penurias económicas. Nadie sabía qué era un frigorífico, ni qué servicio ofrecía. ¿Pero para qué iban a desear ellos tener un frigorífico?. Nadie desea cosas cuya existencia desconoce. Hoy en el pueblo hay un nivel de confort inimaginable en aquellos tiempos, pero falta lo principal la gente. Y en unos 15 años, Villanueva quedará como una población de segundas residencias, como una población fantasma de lunes a viernes.
Placa del Centro de Villanueva de Odra... Foto de Seve Manrique |
Según puede leerse en una placa (foto de arriba), las obras del Centro Recreativo Cultural "el Centro", el centro, sin más, para los renacuajos, concluyeron en el año 1960. Por tanto, yo, a tal conclusión, ya tenía seis años... y sin embargo, no recuerdo absolutamente nada de sus obras... Es como si hubiese aparecido tras la inauguración, porque tampoco recuerdo nada de ésta... Es como si hubiera llegado a mesa puesta. Y sin tener una leve idea de los esfuerzos realizados en la ejecución del proyecto, el cual era admirado por los habitantes de otras poblaciones vecinas, no parece posible apreciarse por completo su valía.
De nuevo, se volvía a repetir el modelo de la construcción de las escuelas... Si bien, en esta ocasión el socio no era el Estado, sino el Arzobispado de Brugos. El pueblo ponía los terrenos (comprados al vecino Florentín Nozal), los materiales disponibles (como adobes), y la mano de obra... y el Arzobispado, el capital necesario para costear los materiales que hubieran de comprarse, así como la parte técnica (planos de edificio). Tales colaboraciones fueron obras modélicas... sin las cuales el mundo rural hubiese quedado totalmente marginado del paso social... El hecho de la llamada "prestación personal" volvería repetirse en el año 1975 para hacer posible la metida del agua corriente en los hogares... En fin... es el "todos a una"... nada de oposición.
El centro era un edificio multiusos: teleclub, teatro, cine... y dos jardines laterales. Daría un premio al arquitecto diseñador del edificio... El cura, D. Valentín García, proyectó hacer un teleclub, puesto que ése era el objetivo principal... lo cual puede sonar a solemne tontería, pero así era el mundo rural de entonces: tener una televisión en casa era ciencia ficción para un agricultor de Villanueva... Y todos los vecinos trabajaron en la edificación de un amplio local para albergar una televisión que les permitiese ver a todos juntos, entre otras cosas, las piruetas de 'El Cordobés', en su salto de la rana ante los cuernos del toro... Las corridas de toros eran el plato más apetecible, hasta venían a verlas vecinos de otras poblaciones cercanas, y era preciso quitar los tableros de separación y juntar dos salas. Y sin embargo, el fútbol no le gustaba a casi nadie.
Villanueva de Odra (El Centro)... Foto de año 2009, realizada por Rafael Alonso Motta |
En cuanto a los citados multiusos, las salas de televisión se podían reconvertir en el escenario para realizar una obra de teatro, para visionarlo desde la sala grande, cuyo suelo estaba inclinado, como si fuera una moderna sala de cine o de teatro. Hasta había un "gallinero", de gradas, paro los chavales. De todas formas, había espacio y bancos suficientes como para no llenarse nunca... Los renacuajos nunca hizimos teatro, aunque sí recuerdo que los jóvenes bubillos (gentilicio de la contigua población de Guadilla de Villámar) nos obsequiaron con la interpretación de, al menos, tres obras teatrales... También recuerdo la proyección de algunas películas en blanco y negro: entre ellas la de 'Kin-Kong', aquel enorme gorila subido sobre los rascacielos de Nueva York. Así como varios bailes: entre ellos, en la boda de Lucinio de la Hera.
Si bien, todo llegó ya muy tarde para Villanueva, por aconteceres externos con los cuales a priori no se había contado: Como la sangrante despoblación rural que alcanzó su punto más álgido en la década de 1960... o los inminentes avances evolutivos de la sociedad española, que ése sería el tema de mayor peso en la explicación para la rápida decadencia del Centro: La televisión, por entonces, no era concebida, como hoy, como un electrodoméstico casero... y, sin embargo, en breve espacio de tiempo pasó a ser habitual en todos los hogares españoles.
En principio, era el cura quien abría el teleclub y mantenía la disciplina necesaria (lo cual no era nada fácil). Porque... se podía imponer silencio a los chavales y hasta echarles una regañina cuando fuera necesaria... ¿pero quién se atrevía a mandar callar a las mujeres que, más que a ver el televisor, habían ido al teleclub a cotillear?... Por otra parte, creo que debe ser normal que a los chavales no nos fije la programación televisiva con una sola cadena (no había más). Podíamos entrar y salir libremente del teleclub, pero era preceptivo agacharse al pasar ante el televisor para no obstaculizar la visión de la tele a los demás... Y como anécdota, recuerdo que los domingos poníamos el suelo cubierto de cáscaras de pipas.
Anuncio de 'Vamos a la cama' (video alojado en YouTube... de 56 segundos de duración):
Por supuesto, el cura era rígido con los horarios. Y había que marchar a las 21:00 tras salir el anuncio de la familia Telerín: "Vamos a la cama / que hay que descansar, / para que mañana / podamos madrugar"... Tampoco parece que al cura le frenaran los rombos (distintivo para catalogar la programación por edades): Recuerdo que algún día se abría con recomendación para mayores... Y mis padres iban después de acostarnos a nosotros... Pero el cura tuvo un accidente, o enfermedad, visual, y quedó casi ciego. Dejó de ir al teleclub. Y aquello quedó como rebaño sin pastor... hasta que el televisor se rompió, y ya no fue reparado.
Y ya llegamos a la década de 1970. Como dije en el capítulo sobre las fiestas patronales de San Pedro, era necesario, como financiación, poner la música en un local cerrado, y cobrar entrada. Hacia 1973 se puso allí la música por San Pedro. Se decía, y protestaba, que en un plano inclinado no había quien bailara. Yo eso no lo sé, porque yo ni bailaba ni tenía pareja de baile... Por ello, al siguiente año, los jóvenes pidieron permiso al Ayuntamiento y al Arzobispado para allanarlo, puesto que ya no tenía sentido ni como cine ni como teatro. Y fue una obra bastante jodida, pues, además de una solera de hormigón, había que meter, a carretillas, gran cantidad de grava para nivelar la puerta exterior con el escenario. ¡Pero para la ilusión juvenil no hay límites!.
El siguiente uso que se dio a una de la salas fue para juego de cartas. Un viejo bidón embocado a la chimenea, servía de limpia y rápida calefacción: el bidón se ponía al rojo vivo en pocos minutos... Por bar, no había más que un botella, que se llenaba de agua desde un grifo que había en otra sala del edificio, y de la cual todos bebíamos a morro... Por cierto la cerradura exterior se había roto. Estaba abierto permanentemente durante varios años. Pero allí no había nada para robar, salvo tres viejas barajas... Y allí fuimos felices durante unos años, pero la despoblación y los fallecimientos de una población envejecida fueron, paulatinamente, relegándolo al olvido.
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"Entre pillos anda el juego"
He narrado la etapa del centro como sala de juego de cartas. En ella, yo, un treiytañero, a punto de comenzar el uso de silla de ruedas, fui generosamente acogido (incluso repartían la baraja por mí, porque yo, por mi degeneración, ya no podía) por un grupo de jubilados. Merecen mi recuerdo... por supuesto todos han fallecido: Aurelio, Braulio, Ignacio, Santiago (supervivientes de la guerra en combate), así como Isidoro, y Paco.
Pero antes de esto, hay otras etapas históricas de juego de cartas en Villanueva. Durante siglos, había existido la costumbre de que los hombres fueran a la cantina (taberna) las tardes-noche de invierno a fomentar sus relaciones en torno a juegos de baraja y un trago de vino... Yo también llegué a ir un año a la cantina de Vitorino, donde aprendí a jugar al mus.
Pero tanto Vitorino, como antes Honorio, habían cerrado esa prestación, de taberna, no el bar. Por lo que la población quedaba sin posibilidad de juego de cartas en cantina... Para remediarlo, el alcalde, Mauro, puso a disposición del pueblo una salita en una casa vieja, reformada para crianza de ganado...Era hacia 1974 o 1975. Yo tenía uno 20, o 21, años.
En realidad, la salita era una antigua gloria, a la cual se entraba por el establo... La salita era pequeñísima para las 20 personas que a veces nos juntábamos. Además, era estrecha y alargada... y para acceder a la otra cara de las mesas... había que saltar por encima de ellas... o sea, todo justito. Entre el calentado por atizado y el humo del tabaco, el ambiente era denso...
Los jóvenes preferíamos el juego del mus al solitario... lo cual proporcionaba grandes ventajas, como la posibilidad de reenganchase, aunque se llegara tarde... Para quienes no conozcan el juego, quien se apunta el tanto, es el que pierde, quedando eliminado... No había discriminación por edades... lo cual daba un aire de revanchismo... así, nuestra ilusión especial de jóvenes era eliminar a los mayores. El trofeo por tanto era lo de menos... pero había un orgullo añadido: el de ganar a los mayores...
Y va mi anécdota, aunque quede malparado por contarla, por traposo: Marqué mi último juego. Puse mis tres duros perdidos sobre la mesa, y me disponía a irme a ayudar en el ordeño de las vacas a mi familia... pero aquello se puso emocionante: Antonio Barriuso (de mi edad) se negó a partir el trofeo con Germán, de unos 70 años... era una edad respetable, pero, por su carácter alegre y dicharachero, le tomábamos por el pito de un sereno.
Yo estaba de pie detrás de Germán, y vi que tenía dúples, y estaba lo que se dice "a la caza". Intuí que Antonio no tenía cartada, nada de nada, e iba a meterse en la boca del lobo... Así que trate de advertirle con la seña de dúples... pero no se enteraba... me remiraba frunciendo el ceño, como preguntando: "¿pero qué coño dices...?". Germán sí se percató... miró hacia atrás, y me pilló pasando por cuarta vez la seña de dúples a Antonio.
- ¡Me cagüen la vacha... si te pillo...!-dijo.
No me quedó más remedio que poner los pies en Polvorosa... ... Al día siguiente ya se le había pasado el enfado al bueno de Germán. Todo olvidado. No me hizo nunca un sólo comentario de aquel incidente.
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En el año 2004, como se dice en la placa inicial, se inicia una nueva etapa para El Centro. Es tema que desconozco. Por ello, habrá de relatarlo otro renacuajo/a.
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Nota::
La postterior fotografía del edificio data del año 2009... y, por tanto, ya pertenece a la segunda etapa: la posterior restauración. Si bien, aún puede verse en ella la vieja tapia del jardín de la cara norte...
En lo esencial, a primera vista, por la parte exterior del edificio no ha cambiado gran cosa con la remodelación, puesto que se han mantenido los antiguos colores: blanco y amarillo... La ubicación de la puerta éste tampoco ha sido alterada, aunque se haya cambiado la puerta de madera por otra metálica.
Lo que sí ha cambiado totalmente, aparte de los jardines, es la otra entrada (antaño teleclub, hoy bar del pueblo)... antes estaba en la cara oeste, y ahora en la cara sur, tal y como puede apreciarse en esta segunda foto. Creo que la puerta se ubica donde antes había una ventana... A la puerta del bar puede accederse mediante escaleras por la cara oeste (exactamente por donde hubo dos arboles, que ya existían antes de construirse el centro)... o por rampa desde el jardín de la cara sur.
El Centro... Foto de autor desconocido |
Lamento no haber podido hallar fotos de la primera etapa del Centro: La más aclaratoria hallada es la insertada en la dedicatoria, en la cual, Primitivo y Emiliano posan con sus sillas de ruedas ante la entrada al teleclub (hoy tapiada).
Y echo mucho de menos los dos árboles, por recuerdos de niñez... si bien, he de aclarar que su eliminación no guarda ninguna relación con la restauración del Centro: Ya se arrancaron en 1975-76 en la metida del agua corriente en los hogares... con la polémica excusa de que las raíces de los árboles pueden dañar las tuberías.
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¿Cierto, o incierto?:
Queriendo dejar concluida mi parte en este capítulo, añadiré algunas cosas que están en mi mente, sin tener seguridad sobre si son veraces, o fruto del revoltijo de mis pensamientos... Nunca he tenido responsabilidades en la dirección de Villanueva... es más, aunque no fuera cierto, siempre he dado la impresión de estar pasando de todo lo que en el pueblo ocurriera... hasta el extremo de no hacer preguntas siquiera.... Evidentemente, no es lo mismo ser tonto que parecerlo... lo segundo pudieran ser cuestiones autoaceptadas por simple conveniencia
. Según mis ideas, en el registro notarial de la propiedad, 'El Centro', tras su construcción, estuvo inscrito a nombre de ambos: Arzobispado, y población de Villanueva de Odra... en el mismo caso se hallaba la casa parroquial... En un nuevo reparto, no sé cuándo, el Arzobispado se quedó con la totalidad del Centro... mientras el "municipio" (pedanía) se quedaba con la casa. Ésta fue vendida en subasta pública a Felicidad Cartón... pero el Centro no... por tanto, seguiría siendo propiedad del Arzobispado.
En el año 2004 el Arzobispado, cedió para su uso, el edificio, al pueblo. Ignoro los términos de la cesión, pero se me antoja generosa... porque... ¿qué pasará en Villanueva de aquí al año 2054...? Para empezar, ninguno de los actuales vecinos, nacidos en Villanueva, seguirá con vida... ¿Conseguirán repoblarla únicamente de viernes a lunes...? ¿Tales pobladores sentirán Villanueva... su pueblo... su pequeña patria...? ¿Serán capaces de aportar su trabajo personal ilusionado a obras comunales como las de antes: las escuelas, el Centro, la metida del agua en los hogares, o la reciente restauración de la iglesia...? Mejor, no contesto. Ya he contado cosas que solamente pudieran ser producto de sueños de una mala noche.
Hay una junta directiva para gestionar la 'Asociación Cultural El Centro'. Ellos tienen la palabra para detallar su nuevo uso del edificio y futuros proyectos.
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Ahora pego un extracto de uno de mis viejos textos:
La campana de Huesca:
Contaré una anécdota que me sucedió entre mis 11 y 13 años:
En el teleclub del pueblo (sí, eso, como suena: local para televisión pública) había una pequeña biblioteca que gestionaba el maestro de la escuela: Don Arsenio, que falleció siendo muy joven... Decir "pequeña biblioteca", ya es una exageración. En realidad, era poco más de un centenar de libros donados por diversas Instituciones. Al lado de libros juveniles y de aventuras, había otros nada aptos para el entretenimiento de un niño: Sí, nada censurable, sino demasiada cultura. ¡Qué ingenuidad... así pensaban culturizar a unos campesinos adultos... si algunos ni siquiera sabían leer... y a los demás, ni les interesaba la lectura! Pero, a caballo regalado, no se le mira el diente.
Yo, ávido lector, ya me había leído los libros de aventuras.
- Llévate éste. Es muy bueno -me dijo el maestro.
Era una voluminoso tomo de historia medieval... aburrido al cien por ciento para un niño. Y yo, después de catarle por distintas páginas, decidí que aquello no era para mí... Y a los tres días ya estaba pidiendo un nuevo libro.
- ¿¡Pero... cómo... en sólo tres días ya te has leído todo este voluminoso libro!?.
- Sí, ya lo he leído -mentí, por no atreverme a decir que aquello era un rollo patatero para mí, y su lectura no me atraía.
- No me lo creo. Vamos a ver si lo has leído... -y, abriendo el libro al azar, por la página que le salió, me preguntó:
- A ver... ¿qué es la campana de Huesca...?.
¡¡¡Pillado "in fraganti"!!! :-) No tenía ni la más remota idea.
Según la leyenda de la campana de Huesca, el rey Ramiro II de Aragón convocó a los nobles más rebeldes para hablarles del proyecto de construcción de una campana que se oyera por todo el Reino: Luego mandó que les cortaran a todos la cabeza, y distribuyó las cabezas cortadas por toda la estancia, en forma de campana, poniendo la del cabecilla de la revuelta como badajo... ¡Vaya si la famosa campana de Huesca se oyó!.
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