Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Paco López Cobarcos, paciente de ataxia espinocerebelosa, de Lugo.
Recordaba, melancólico, la delicadeza de mi madre asesorándome en mi tribulada infancia sobre cómo rellenar, todos los años, un cuestionario sobre la profesión de los padres, su nivel de estudios etc.
Era un cuestionario al que aún no acierto a verle el sentido, a no ser que tuviera un componente clasista, lo cual no sería raro... Entonces, todavía vivía Franco, y los comportamientos sociales, al menos aparentemente, tenían tendencias diferentes a los actuales. Aún así, me comentan que siguen obligando a los niños de familias modestas a pasar ese mal rato. Y digo "los niños de familias pobres", porque los otros no lo pasan: presumen, y hasta hacen ostentación, de que sus padres son abogados, o médicos, por ejemplo... y ya no digamos si son alcaldes.
Uno de mis compañeros de colegio, un tal Silva, era hijo de médico... y el profesor solía ponerlo como ejemplo. En su casa, decía, había un cepillo de dientes para cada uno. Yo, por la modesta profesión de mi padre, no servía para ejemplo de nada, pero, por supuesto, en mi casa también había un cepillo de dientes para cada uno.
Mi padre era chatarrero, entendiendo por chatarra los deshechos, exclusivamente, metálicos. Ése era el medio para ganarnos la vida. Nosotros habíamos de seleccionarlos, pues no todos los deshechos tenían el mismo valor. Mi padre fue pionero en la ciudad de percatarse de esto... y de más cosas. Era un buscavidas.
“Hijos de padres pobres... ligeros de pata”, gustaba decirnos para motivarnos trabajando. La precariedad es incompatible con la molicie. Todos ayudábamos, no había tanta hipócrita vigilancia sobre el trabajo infantil, como hay ahora. Si la tarea no es impuesta, a los niñ@s les encanta hacer algo provechoso. Fue una de las cosas que más agradezco haberme inculcado a mis padres. Fui plenamente feliz ayudando.
Para mí las vacaciones eran 7, o 15, días en el verano... después ayudaba. Eso era algo que me diferenciaba de mis compañeros de colegio. Y digo “compañeros” solamente, porque en aquella época estábamos segregados niños y niñas. Soy del pleistoceno :-)
Pero rellenar el citado cuestionario con la palabra "chatarrero" resultaba muy heavy... y, por entonces, aún no se había inventado el salvador y aséptico concepto de reciclador. Hoy los gitanillos rotulan en sus furgonetas la palabra mágica y, con ello, se inyectan respetabilidad y honorabilidad. El caso es que esa cuestión, a mí me bloqueaba. Un día, en medio de la tribulación, se lo confesé a mi madre. Y ésta, pese a no haber terminado la escuela primaria, iluminó mi entendimiento:
- Paquiño, pon “almacenista de metales”.
Y salvó mi honra, para siempre.
¡Mamá, te quiero... te querré siempre!.
********************
2- Sección "PowerPoint del día":
Para visionar y/o guardar este archivo pinchar en: Un caso planteado...
********************
3- Sección "Video":
Todos conocéis mi afición de coleccionador de canciones antiguas. Este video, alojado en "Youtube", de 2:20 de duración, lo inserto como homenaje a la cantante argentina, recien fallecida R.I.P., Estela Raval (1935-2012):
********************
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Gracias, "Paquiño" :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarGracias Miguel, por colgarlo y por respetar el texto
EliminarpakokAbarcos
Gracias Paquiño por exponer tu caso eso es muy tipico de los colegios privados .Yo fui a uno y lo note pero me fui en cuanto entendi algo.Segun tu paisano de Vilalba son mas listos los hijos de padres con carrera.................asi es que aguantas como yo.Bicos.
ResponderEliminarSoy Antia.
Me complace haber despertado tu curiosidad. Bicos
Eliminarpakokabarcos