Por Diego Sánchez Cordero, paciente de ataxia, de Don Benito (Badajoz).
Extraído del blog del autor: Cachos de vida. Fecha 17/04/2012.
Original (excepto imágenes) en: La carta.
Mis recuerdos empiezan cuando las cartas se escribían mojando la punta de una pluma de acero, no de pájaro, en un tintero, y poniendo letras torcidas sobre un papel a rayas. Siempre con el principio en el texto de “me alegraré que a la llegada de la presente, te encuentres bien yo estoy bien gracias a Dios”.
Ni los puntos, ni las comas, eran necesarios para entender aquellas cartas que dictaba el corazón. Eran cartas del pueblo, y que sólo el pueblo podía escribir y entender. Eran sentimientos, con conexión directa, entre personas unidas por amor, lazos de sangre, o amistad sincera. Más que saber escribirlas y leerlas, parece que bastaba con sentirlas. Y se seguía todo un ritual para leer y contestar una carta: Con sus plazos, sus días, y sus momentos.
Y se esperaba con impaciencia su llegada: Con alegría cuando se recibía... con miedo y preocupación si no llegaba. Y se leían una y otra vez, hasta aprenderlas casi de memoria. Y se guardaban como la más valiosa de las reliquias.
Escribir a los padres, a los hijos, a los hermanos, o a los amigos... O escribir cartas de amor a una novia, a un novio, o a una ilusión lejana. Transmitir deseos en los círculos y cruces de las despedidas, o dejar un beso con el rojo carmín de unos labios. Y gracias a estas chipas de pasión se podía mantener una relación de enamorados en la distancia y en el tiempo.
La mano que escribía percibía los latidos del corazón, traduciendo la emoción de algunas palabras en letras temblorosas: Con lo que no se puede negar que los sentimientos se metían vivos en el sobre, y así los recibía su destinatario. as cartas de la gente sencilla eran así de humanizadas, aunque ni fueran cultas, ni tuvieran estilo.
Y hoy son historia aquellas cartas escritas a mano, con borrones de tinta, tachaduras, y renglones torcidos: Sencillas palabras, sin reglas, ni ortografía... con la hermosa imperfección que el corazón dicta a la mano que escribe. Se contaban grandes historias y grandes sentimientos en pocas palabras.
Ya sólo son recuerdos. Ahora las cartas son otra cosa más fría. Con información comercial, notificaciones de la administración, información bancaria, facturas: Promesas y amenazas de la vida moderna. Tienen en común con aquellas de otra época, que también estas vienen en un sobre, aunque no escrito a mano, ni depositadas con la misma ilusión en un buzón callejero de correos.
Nota del administrado del blog:
Recuerdos, Diego... recuerdos: Estuve con los frailes un año entero, sin recibir visitas. Me comunicaba con mi madre por carta. Sus cartas, siemmpre comenzaban como dices. Y yo también le escribia a pluma. Los pupitres llevaban insertado en un agujero, como tintero, un recipiente blanco de de loza.
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2- Sección "PowerPoint del día":
Para ver y/o guardar el archivo PowerPoint, pinchar en: 10 chistes.
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2- Sección "De oca a oca... y tiro porque me toca :-) ":
En esta sección, alojado en "SlideShare", se inserta un PowerPoint, enviado a mi buzón por María José Durán, madre de paciente de Ataxia de Friedreich, de Málaga.
Para avanz1ar di1apostiva, pinchar en el triángulo con vértice hacia a derecha del inferior de la pantallita.
Jessica cox
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Gracias, Diego. ¡Muy evocador de recuerdos!
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.
Nada que objetar al exquisito trato dado a la publicación de la entrada-homenaje al recuerdo de la CARTA. Gracias.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Un abrazo