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sábado, 30 de diciembre de 2017

38- Villanueva de Odra (Majuelos, vino, y bodega)

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Miguel-A. Cibrián), paciente de Ataxia de Friedreich.

Para acceder al índice de artículos del serial historiador sobre Villanueva de Odra, pinchar en: http://ataxia-y-ataxicos.blogspot.com.es/2017/12/indice-del-serial-historiador-sobre.html

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Nota previa: "Villanueva de Odra es la población rural donde nací, en el año 1954... y, salvo los cursos que estuve en internados durante mi época de estudiante, he vivido hasta mis 61 años. Actualmente, resido en la ciudad de Burgos".

El vino formaba (en pretérito) parte de la cultura de estos pueblos de la hoy comarca Odra-Pisuerga, aunque esa denominación es casi reciente. Todas las familias, antaño, tenían al igual que su puchero (cocido de legumbres), su porrón de vino sobre la mesa... En esta zona, noroeste de la provincia de Burgos, el vino denominado churro, o churrillo, tenía poca calidad, flojo y excesivamente ácido. No hace falta culpar de ello a la calidad de la tierra, o a la variedad de las cepas. Era el clima el que no era idóneo para el cultivo de la vid, actualmente desparecido en Villanueva: A media primavera aún podía hacer frío, incluso helar. Por tanto, las cepas brotaban muy tarde... y se echaba el otoño, y de nuevo el frío, antes de que las uvas madurarán por completo... No obstante, a pesar de elaborarse un vino de escasa calidad, podía valer para el autoconsumo... y precisamente debido a su baja graduación alcohólica, podía tomarse en mayores cantidades, sin subirse a la cabeza.

Cepa con uvas negras maduras... Fotografía extraída de Internet

En el catastro del Marqués de la Ensenada (año 1750), los representantes del concejo de Villanueva de Odra declaran "190 obreros de viña de primera calidad, 150 de segunda, y 950 de tercera"... Nos quedamos sin saber la extensión total dedicada a viñedo por aquel tiempo, ya que se da como medida de superficie algo tan inconcreto como el obrero de viña... lo cual se define como el trabajo que puede realizar una persona en una viña en una jornada... No parece, así, poder sacarse nada en claro de tal dato. Tampoco parece previsible que la superficie dedicada al cultivo de la vid por entonces variara demasiado en los dos siglos posteriores... Es a partir de la década de 196O cuando comienza el descenso, en picado, de este cultivo, hasta hacerlo desaparecer totalmente en muy poco tiempo.... Pero, antes de detallar los motivos de tal caída, es necesario describir el cultivo y la elaboración del vino durante la etapa que casi de refilón llegué a conocer:

La plantación de vides recibía el nombre de majuelo (viña). Las cepas a veces estaban metidas en un hoyo (como protección contra vientos gélidos, y sin una alineación demasiado perfecta... lo cual, incrementaba las dificultades del trabajo... La primera tarea era la poda, y después apañar, o recoger los sarmientos cortados... Luego, daban dos cavas de azadón: la primera hacia dentro, o recepar... y más tarde, la segunda hacia fuera, o descubrir. Si las cepas estaban bien alineadas, el trabajador podía ayudarse de un arado tirado por un sólo mulo, o vaca.

En la primera quincena de octubre llegaba la vendimia, y los racimos cortados eran transportados en cestos altos (tejidos con mimbres) hasta el lagar (jaraíz era el término más empleado para referirse a lagar). Éste era una pila cuadrangular con salida a otra inferior o a un gran bocoy de madera... En el lagar pisaban las uvas descalzos al anochecer, a la mañana siguiente quitaban el tapón del caño, y el mosto (jugo de la uva) corría hasta la otra pila... Y, desde este depósito, lo pasaban a las cubas...

Los rampojos (raspajos), pitas y hollejos, restantes en el jaraíz, una vez escurridos los llevaban a una prensa para exprimirlos más. Los restos después de prensar, en una fábrica cercana los cambiaban por aguardiente (orujo) que elaboraban a partir de extractos de ellos.

En la bodega, dentro de las cubas, el mosto fermentaba, convirtiéndose en vino. Entonces, ya fermentado y convertido en vino, tapaban la pequeña boca de la cuba con una tablilla y barro encima... Solían hacer un trasiego (cambiar de envase)... y después de éste, hasta acabar la cuba, extraían el vino por una canilla.

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Podría decirse que la llegada masiva de los tractores a Villanueva condujo al descepe de los viñedos. Pero, aún siendo cierta la afirmación, tal expresión resultaría del todo injusta... al igual que también sería injusto hablar de falta de rentabilidad, aunque también sea certeza... La raíz del problema del abandono del cultivo de la vid en Villanueva, es que era un gran trabajo a desempeñar por la normal población de una época... y fue cayendo en picado por la despoblación rural provocada por la demanda industrial de mano de obra en las ciudades... A mediados de la década de 1970 ya no quedaba viñedo... salvo el majuelo de tío Pablo (mi abuelo), que, ya jubilado, hasta 1985, a base de pundonor, siguió elaborándose su propio vino.

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La bodega:

Villanueva de Odra: bodega de los hermanos Barriuso-Renedo.
Fotografía de Jose Félix Ruiz
¡¡Va por vosotros, antepasados renacuajos!!:

"Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.

Donde hay vino, beben vino,
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan, y sueñan"
.

(Antonio Machado).

La bodega es una cavidad subterránea hecha por el hombre, de longitud variable, pero siempre provista de un agujero de ventilación llamado zarcera, útil para dar salida al tufo, o gases tóxicos derivados de la fermentación del mosto. Con puerta con cerradura, la bodega sirve para guardar el vino y mantenerlo fresco.

Antaño, iban a por vino para comer y para cenar, con el jarro o la botella para llenar el porrón para las comidas en casa. También con la bota para llevarla llena al campo para las comidas campestres por exigencias laborales... Dicho todo esto, puede parecer que Villanueva fuera un mundo de borrachos... nada más lejos de la realidad... La bodega, además de los fines expuestos, por encontrarse todas prácticamente juntas, significaba charla, diálogo, y lugar de encuentro entre vecinos que volvían a casa. No olvidemos que, como se explicó en este serial en el capítulo sobre el campanario, había un toque de campana (mediodía, a las 12:30) que servía de referencia para regresar del campo a comer.

La bota, pellejo cosido y embadurnado de pez por dentro, servía para acompañar las comidas fuera de casa, o era el momento de hacer un alto en el trabajo y echar un trago para calmar la sed que proporcionaba una difícil y dura tarea al aire y al sol.

Foto en Villanueva de Odra (la bota más grande que la niña). Autor Miguel-A. Cibrián

Esta simpática foto la hice yo (Miguel-A. Cibrián). La niña es mi hermana Lourdes (12 años menos que yo). La foto tiene truco: la bota no estaba llena de vino, sino de aire (obsérvese que a la niña no parece pesarla)... Esta bota la compró mi familia para cuando íbamos a segar para todo el día (mis padres, mi tío, mi abuelo, y yo)... pero prácticamente no la usaron: les entró la obsesión de aquella bota daba mal gusto al vino... y no la querían ver ni en pintura. Siguieron usando su vieja bota... Y es que hace falta paciencia para esperar a que el gusto a pez en una bota nueva desaparezca.

Con la desaparición del viñedo en esta comarca, al contrario que en otras, las bodegas han perdido su actividad conservándose algunas, casi más por tradición, como merenderos.

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Ahora pego uno de mis viejos escritos...relacionado con el tema anterior:
Cada uno corre como puede... y no como quiere:

Discernir en cuestión de fechas no es fácil para mí. Podría confundir con suma facilidad una fecha de anteayer con otra de hace dos años. Tal vez sean efectos de mi vida rutinaria o de vivir demasiado deprisa intentando no dejar un resquicio a los negros pensamientos... Posiblemente el citado fenómeno tenga una explicación más consistente basada en la falta de ilusiones para marcar hitos que sirvan de referencia a la medición de mi tiempo actual y del cercano pasado. Algo ocurre, aunque no sepa definirlo. Y es que, curiosamente, en contra de cuanto pueda parecer ser la normalidad, mi caos respecto a la identificación de fechas en relación a acontecimientos de mi vida, no está en mi pasado lejano, sino en el cercano.

Pues bien, creo que hace un par de meses (tiempo aproximado que no me atrevería a afirmar con seguridad) solté un taco despectivo contra el autor del artículo cuando alguien pegó en HispAtaxia la traducción de un decálogo para atáxicos en orden a caminar mejor. Tras el taco, dije que "cada uno corre como puede, y no como quiere". Me llamaron al orden :-), entiéndase simplemente que otros miembros del foro discreparon educadamente de mis ideas :-) . En realidad llovía sobre mojado, porque circula por ahí un artículo, en inglés y en Portugués, para aprender a caerse en pacientes de ataxia. O sea, si las caídas para los pacientes de ataxia son inevitables, el texto da instrucciones sobre cómo caer con un mínimo de riesgos. Se trata de un manual sobre amortiguar la caída en las prácticas del judo adaptado a pacientes de ataxia. Desde mi experiencia, ambos folletos me parecen totalmente ridículos.

Explico: Y es que en la Ataxia de Friedreich existe una retardado en la conducción nerviosa de las órdenes del cerebelo. Un ejemplo está en mi vuelque en un alcantarilla con la silla de baterías este pasado verano. En ese concreto momento fui plenamente consciente de que me salía del camino y de que iba a volcar, pero a la vez fui incapaz de reaccionar. Es más, repasado el hecho en mi mente me parece imposible de suceder. He hecho la prueba "in situ", llevando la idea de cómo reaccionar en la primera línea de la mente, y evitarlo es tan fácil como tirar hacia atrás del jostic que va agarrando permanentemente mi mano. ¿Por qué no reacciono a tiempo? Sencillamente, tardo más de lo normal en extraer las ideas del hipotético depósito o base de datos, porque no fallo con la idea ya extraída y puesta en mente. Es más, si en los actos pensantes fallo, aunque evidente puede haber cierta lentitud, sí actúo con los reflejos miméticos. Cuando me veo volcando saco la mano y la uso de protección contra el suelo. Lo veo en la repetición en mi mente a cámara lenta recordando el suceso. Desgraciadamente, la primera vez que volqué por sacarlo se rompió mi brazo, y la segunda, por el mismo motivo, lo dejé resentido y dolorido por una semana.

En resumidas cuentas, de nada sirve aprender tácticas para caminar o para amortiguar el golpe en las caídas si nuestra enfermedad nos confiere una imposibilidad de ponerlas en practica. Y me enfado en el foro con estos señoritos que se apuntan una medalla con la publicación de un artículo, supuestamente científico, sin tener ni pajolera idea del asunto. Y aquí salió Darío, que "sabe más por viejo que por diablo", y me advirtió que, aunque los pacientes de Ataxia de Friedreich seamos mayoría en las ataxias, no somos los únicos, y quienes tienen el mal exclusivamente en el cerebelo carecen de retardado en la conducción de órdenes. Tiene razón. Ante tal tesis, puesto que los pacientes de Ataxia de Friedreich somos casi la mitad, donde dije "ni pajolera idea" habré decir "semipajolera idea". Y metidos en estos terrenos de ideas pajoleras, aprovecho la ocasión para contar una historia:

Mi pueblo cambió enormemente a partir de la revolución industrial de la década de los años 60 que reclamaba mano de obra en las ciudades mientras en esta parte del campo Español llegaban los primeros tractores. Como consecuencia la población quedó en breve reducida... hasta un 10 por ciento al día de hoy. Antaño, aquí había bastantes viñas... no para vender vino, sino para autoconsumo. Eran cifras importantes si se tiene en cuenta el número de habitantes de entonces, y que se consumía en grandes cantidades al tener, el producto de aquí, una graduación alcohólica muy baja. Para la plantación de viñedo se utilizaban fincas escasamente productivas para cereales o leguminosas. Por otra parte, las viñas llevaban una mano de obra infinitamente superior a los otros cultivos citados. El rápido descenso del número de habitantes, idos a la ciudad en busca de trabajo, y la aparición de los tractores en estos campos eliminaron las viñas, que, de hecho, ya no eran económicamente rentables. Yo mismo he descepado varios viñedos cuando arrendábamos nuevas fincas: Yo tiraba con el tractor después de que mi padre hubiera reatado a la cepa una gruesa cadena... y otra y otra... hasta acabar la viña.

Había desembarcado en el pueblo hacia 1972 procedente de un internado. Exploté al ver que algo me pasaba (ataxia) y nadie lo daba más importancia que dejarlo pasar. En vez de apreciar la ataxia, se me diagnosticó una crisis nerviosa (algo sí había) y se me mandó a casa arguyendo que seguir estudiando de momento no convenía a mi salud y con la recomendación a mis padres de mandarme tareas para mantenerme permanentemente distraído. Mi difunto abuelo, un trabajado incansable, dicho y super-subrayado, aunque estaba jubilado, conservaba una de sus viñas no como una necesidad, sino como un capricho. Mi padre me mandaba a cavar la viña con mi abuelo... cosa que hacíamos dos veces al año... una hacia la cepa, y otra hacia fuera de la cepa. Entre las hileras de cepas dábamos varios surcos con una arado tirado por una mula. Tras esta operación la superficie a cavar quedaba sumamente definida en hileras.
Usábamos azadones de forma triangular, acabados en punta, pues aunque el terreno era arenoso, tenía numerosos cantos redondeados de considerable tamaño. A mi abuelo le encantaba que yo fuera a ayudarle, no por el trabajo en sí, [pues yo iba una vez acabado mi trabajo con las vacas, y es posible que él llevara ya dos horas cavando], sino porque se sentía acompañado y así le resultaba más fácil.

Comenzábamos dos hileras a la vez, una cada uno, para ir trabajando en paralelo. De pronto, hacíamos un alto en el trabajo y echábamos una parrafada y un trago de la bota. Mi abuelo cavaba más que yo... y, para ir en paralelo, a veces se pasaba a mi surco y cavaba hacia mí hasta encontrarnos. Eso me resultaba contradictorio: Por una parte me agradaba que él me hiciera un trabajo, pero... por otra, me negaba a admitir que una persona de 70 años hiciera más que una de 20. Por ello, aunque a veces más que cavar, semicavara, aprendí a seguirle el ritmo. Y es que, al no ser aún plenamente consciente de la enfermedad, era difícil de admitir que nunca podría cavar como él. Para empezar, las limitaciones impuestas por el incipiente grado de mi ataxia me obligaban a asir el azadón de una forma muy distinta a la de mi abuelo. Yo cogía el azadón muy en corto metiendo el mango entre ambas piernas y manteniéndolas separadas para tener mayor base, y sacaba el culo y agachaba el lomo y la cabeza buscando que el eje de equilibrio no fuese alto y estuviera siempre bien controlado... y si fallaba, estaba el azadón que a veces, además de para cavar, también servía de bastón.

Damos un salto en el tiempo y nos colocamos en el otoño de 1975. Yo me sentía mejor psicológicamente y había comprobado que carecía de condiciones físicas para llevar una vida de trabajo en el campo. Tenía unas cualidades especiales para los estudios y había que aprovecharlas y sacar una carrera que me permitiera ganarme la vida con un trabajo más intelectual que físico. Salió la solicitud a una Escuela de Capacitación Agraria que prometía el salto a la Universidad. Allá me fui.
Sólo estuve un trimestre. Me decepcionó. Era un tremendo caos similar a un servicio militar. El nivel educativo era el más rotundo cero. Allí a nadie le importaba estudiar ni hacer nada de nada. Había incluso chicos expulsados de otros colegios que campaban a sus anchas haciendo que el comportamiento general resultara deplorable. Por si fuera poco imperaba el mismo estilo del servicio militar: la dirección era como si no existiera... los veteranos eran los señores y los novatos objeto de las más variadas novatadas de increíbles repertorios. Aunque es cierto que había veteranos bondadosos que, aunque hubiesen querido, se veían incapaces de parar aquel desmadre. Y, a todo eso, los jefes se desentendían totalmente del mando cediéndolo a los veteranos. Entre todo se componía una amalgama incalificable.
Tres días a la semana había dos horas de prácticas divididos en grupos mixtos (veteranos y novatos). Los veteranos ni siquiera aparecían por allí, y los novatos no querían hacer nada.

Recuerdo que un día de noviembre nos mandaron a cuatro veteranos y a cuatro novatos a vallar una finca con alambre de espino. Supongo que, a tal paso, la obra llevaba varios años comenzada. Aquello era propiedad del Estado. Los veteranos no hicieron acto de presencia (creo que iban al bar). Era un día de frío viento norte y había una pequeña lindera de medio metro que servía de remanso. Allí nos tumbamos a charlar durante hora y tres cuartos. Al fin me levanté a orinar y, mirando al reloj dije que cómo íbamos a acabar la clase sin haber colocar un sólo poste. Comencé a trabajar. Ni siquiera me ayudaron. Uno de los tres me dijo con sorna:
- Miguel, ¡qué trabajador estás hoy!.

Pero esto sólo era un ejemplo para contar que en otra ocasión para la clase de prácticas de esta Escuela de Capacitación Agraria nos dieron unas azadas para limpiar la hierba de una finca de manzanos que lindaba a una de las calles de aquel diminuto poblado que en forma de dependencias aisladas era la escuela. Los veteranos, como siempre, no acudieron. Casualmente, pasaba por allí uno de los encorbatados ingenieros que, por dejación, pasaban olímpicamente de cuanto ocurriera en la escuela a pesar de ser esa su obligación. Viéndome cavar, este tío de corbata se detuvo, fue hacia mí, me quitó la azada, me echó una bronca, y me hizo una demostración de cómo se cogía una azada. Y yo allí perplejo... sin saber qué replicar:
"¡Será hijoputa! -pensé mientras se largaba-. ¡Si este señorito es la segunda vez en su vida que ve una azada... la primera vez la vio dibujada!".

Y seguidamente comencé a cavar de la única forma que, por mi Ataxia de Friedreich, podía cavar. A lo dicho: "cada uno corre como puede, y no cómo quiere" Y ningún atáxico es tan tonto como para no haber experimentado distintas formas para saber cuál es la más adecuada a sus necesidades. Los autores de los artículos para atáxicos sobre cómo caminar y cómo aprender a caérse son igualitos que el ingeniero encorbatado que quiso enseñarme a cavar
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viernes, 29 de diciembre de 2017

Bienvenidos... ...

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Mamen García, paciente de Ataxia de Friedreich, de Guadalajara.

Nota del administrador del blog: El pseudónimo literario de Mamen García es María Narro


Bienvenidos...

Leonor había puesto todo su empeño en que la velada saliera bien. La primera impresión es la que cuenta, le decía siempre su madre. Se había rizado el pelo, acababa de rociar la estancia con una finísima lluvia de su perfume preferido, y había sido algo más generosa al colocárselo en las muñecas y tras el lóbulo de las orejas... La ropa negra que llevaba le favorecía, de eso no había duda, tan ceñida y con ese escote: insinuando, sin mostrar nada, como debe ser...
Todo preparado: Dos copas de champán sobre la mesa de cristal, acompañadas por ligeros y atractivos canapés... una suculenta, pero débil fragancia, escapándose de la cocina... y la casa a media luz... Y la música romántica tan imperceptible, que apenas se oía.
Aquella era su primera cita con Marcos.

Cuando el hombre por el que suspiraban todas sus compañeras de oficina la invitó a cenar, intuyó que su ansiado sueño se cumpliría mejor en terreno propio, ya que de esta forma su problema quedaría más tapado. Sabía que podía ser la mejor anfitriona: sensual como pocas... De su atractivo no tenía dudas, pero de sus nervios sí.

Al estar frente a quien le gustaba, no sabía qué decir: los temas de conversación se evaporaban... Su terapeuta desfallecía con ella: Leonor era la mayor charlatana que conocía, hasta que coincidía con un hombre guapo, atractivo, entonces se quedaba muda. Se le habían acabado los trucos y consejos que darle, hasta llegó a temer que en verdad perdiera momentáneamente la facultad del habla. Pero, un compañero sugirió que la mujer hiciera guiones o recordara letras de canciones... y la cosa más o menos empezó a funcionar.

Leonor había llenado la casa de notas ocultas, hasta en sus muñecas había escrito dos diminutas chuletas. Se echaba un último vistazo en el espejo cuando el timbre de la puerta sonó. ¡Qué puntual... y qué guapo...!, pensó al abrir quedándose pasmada e idiotizada en el umbral.

Marcos la miraba sonriendo y alabando su buen gusto. Traía una botella de vino. La mujer miró con disimulo su mano izquierda, la chuleta..., ¡el perfume la había borrado! Sonrío mientras llamaba a gritos mentalmente a las palabras.
- Buenas noches, bienvenidos hijos del rock and roll...
Lo dijo sin tan siquiera una pizca de ritmo, y tan seria que... el hombre riendo pasó dentro. Y entregándole la botella contestó:
- Ya veo que lo vamos a pasar pipa. Tienes fama de divertida ¿Te gusta Miguel Ríos?.
- ¿A mí? ¡Si casi no había nacido cuando él cantaba! –le contestó Leonor, mientras se dirigía a la cocina pensando: “Vamos bien, vamos bien, princesa, ¡ya has dicho cinco palabras seguidas... y sin guión!.

Marcos resultó ser un gran conversador, por lo que la velada se normalizó bastante. Lo malo era cuando la miraba con esos ojos... ella sentía que le devolvía la sonrisa más reboba y estúpida del mundo, y completamente muda. El hombre estaba acostumbrado a causar ese efecto y se mostraba encantado. Pero Leonor no se sentía bien, así que apurando su copa se encaminó hacia la ventana, allí había escondido una de sus notas. Tan bien escondida que la escasa luz le impedía encontrarla.

- ¿Qué haces...?-, oyó a sus espaldas.
Se giró y sonrió... La tenue luz le convertía en el ser más hermoso y varonil que había visto nunca. Tragó aire, respiró con profusión, y golpeando el suelo con uno de sus tacones, dijo:
- Me asomo a la ventana, eres la chica de ayer...
- ¡Nacha Pop!... Y ahí no me digas que no habías nacido, porque se te nota un ligero ritmillo... Venga, te ayudo a poner la mesa, y cenamos.
“Vamos bien, vamos muy bien, princesa”.

La cena transcurría dentro de los parámetros de la normalidad. Él contando sus batallitas, y ella revisando mentalmente su exquisita ropa interior y deshaciéndose al imaginar lo que ocurriría luego...

El tiempo se detuvo al observar que Marcos la miraba con fijeza. Esperaba una respuesta... sonriendo con esos dientes blanquísimos y aquellos labios. Ella miró con disimulo la nota doblada escondida en su servilleta. Enlaza una frase con su última palabra, leyó. “¿Y qué decía...?.”
- Alonso, mujer, Alonso... –volvió a repetir él.
- Alonso Quijano... ¿don Quijote de la Mancha?.
- No digas tonterías, mujer, es el Alonso de toda la vida: Fernando Alonso. ¿En qué mundo vives? –le preguntó con el ceño fruncido, lo que acentuaba aún más su atractivo.

Suspirando y temblando al mismo tiempo mientras doblaba su servilleta, contestó:
- No me hables, no me hables. No me hables así...
- ¡ Juan Pardo! Esa canción le encantaba a mi madre, ella sí que era una luchadora con...
“Vamos bien, vamos bien, princesa, ya has conseguido encarrilarle de nuevo a su monólogo”.

Después de cenar y, mientras ella se llevaba los platos a la cocina, Marcos encendió el televisor... ¡¡Gollllllllllllll!!, le oyó gritar enardecido de pasión. La mujer preparó dos sugerentes copas sonriendo, y se desabrochó un botón de la blusa.
-¡Nena! –le oyó gritar de nuevo- ¿No habrá por ahí palomitas?: Empieza el derbi y, luego, echan Rambo 13. Mejor quito la música.

“¿Puede un príncipe convertirse en rana?”, pensó, bebiendo una de las copas de un trago, y abrochándose el botón de la blusa.


Fuente: Este texto de Mamen es un capítulo de su libro 'La culpa siempre la tienen ellas'... y puede hallarse también en uno de los blogs de la autora: http://ellass27.blogspot.com.es/2015/05/bienvenidos.html.

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jueves, 28 de diciembre de 2017

37- Villanueva de Odra (Las bieldas)

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Miguel-A. Cibrián), paciente de Ataxia de Friedreich.

Para acceder al índice de artículos del serial historiador sobre Villanueva de Odra, pinchar en: http://ataxia-y-ataxicos.blogspot.com.es/2017/12/indice-del-serial-historiador-sobre.html

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Nota previa: "Villanueva de Odra es la población rural donde nací, en el año 1954... y, salvo los cursos que estuve en internados durante mi época de estudiante, he vivido hasta mis 61 años. Actualmente, resido en la ciudad de Burgos".

Beldar, o aventar, es separar el grano de la paja, mediante viento, por la diferencia de peso entre uno y otro... La herramienta más rudimentaria usada para ello era el bieldo para lanzar el material trillado contra el viento, que era la condición indispensable para esta tarea... Todavía, con este mismo fin, hacía falta otro tratamiento manual con cribas antes de poderse guardar el grano. Éstas, las cribas, eran un aro de madera con fondo de piel curtida con agujeros, denominándolas por el tamaño de éstos, o por el uso que habitualmente se daba a la criba: Harnero o desterrador, triguera, garbancera, etc.

Cribar consistía en zarandear la criba con movimiento continuo, mientras, otro trabajador suministraba despacio el material a cribar con un cubo. Para esta operación de cribado también era necesario el viento... Mientras el grano limpio pasaba por los agujeros, lo que restaba en la criba eran granzas... que y debían retirarse a menudo para no bloquear los agujeros.

Bueno, esto ha sido así durante siglos y siglos. Y aún siendo niño (nací en 1954), en mi familia solamente lo realizaba, con gran maestría, mi abuelo, y en partidas pequeñas a beldar. He de pensar que ni padre, por no haberlo realizado nunca, no sabía llevar a cabo esa operación... En realidad, siempre he conocido el hecho de que tuviéramos una máquina beldadora en mi familia... Pero sigamos con el relato para dejar clara la idea de la bielda:

Como no siempre el factor viento se daba, el hombre inventó una máquina cuya función era producirlo, y a la vez, moviendo algunas piezas, facilitar la limpieza del grano. La beldadora era movida por el hombre, a mano, mediante una manivela, llamada zancada... Y esto, beldar a zancada, sí he llegado a conocerlo. La zancada (manivela, accionada manualmente, trasmitía un movimiento giratorio a unas hélices en un "bombo", produciendo el viento necesario... a la vez que mediante una biela el anterior movimiento se transformaba en otro de vaivén en unas cribas de alambre... La máquina era alimentada paulatinamente del material a aventar por arriba, por una tramoya, con una garia... La mies trillada caía esparcida en las cribas, y mientras tanto, el viento artificial ejercía su labor... La paja salía expulsada por detrás. El material que pasaba la primera criba pero no la segunda, o granzas por un costado. La tierra y semillas diminutas caían por debajo a un cajón. Y el grano salía por delante, pero aún necesitaba otra limpieza con la misma máquina, pero con diferentes cribas.

No obstante, se podía añadir a la máquina el suplemento de un motor de gasolina de dos cavallos de potencia, puesto que aquello de moverla a zancada constantemente era un esfuerzo casi sobrehumano. En mi familia sí teníamos tal motorcillo suplementario... Era una beldadora de marca "Ajuria", exactamente igual a la de la foto... aunque de colores verdosos.

Beldadora de zancada... Fotografía extraída d Internet 

En esta beldadora de la fotografía se podía acoplar un motor, pero no lo tiene (como hemos explicado es un suplemento opcional): Es decir, la beldadora de la foto funciona a zancada de impulso manual. La tal zancada no se ve en la fotografía por estar situada en lado contrario del punto de toma de la imagen.

Más tarde llegó el invento de la beldadora ensacadora... el cual, basándose en la máquina anterior, introducía grandes mejoras: Un elevador, un "bombo" adicional para dar viento a un segndo juego de cribas, dando lugar a una segunda limpia, e introduciendo directamente el grano en sacos, limpio y listo para almacenarlo, y un motor de gasolina... En fin, una máquina bastante más moderna y avanzada... En mi familia compramos una en el año 1968, jubilando a la antigua beldadora "Ajuria"... Pero si me preguntáis por la marca de la nueva, he de deciros que no lo sé... allí solamente ponía "Casasola de Arión" (Valladolid). ¿Población... taller mecánico...? No lo sé... Por cierto tal máquina beldadora ensacadora, con motor de gasolina incluido, aun está muerta de risa, en la caseta de nuestra era.

Villanueva de Odra (beldadora ensacadora... en la era del difunto señor Teodomiro)... Fotografía de autor desconocido

Esta fotografía, de autor desconocido, es una beldora ensacadora en funcionamiento. Está tomada en Villanueva de Odra, en la era del difunto señor Teodomiro... Teodomiro, de cara, con una garia en la mano, va vestido de oscuro... su hijo, de espaldas en la foto, es quien suministra material trillado al elevador de la máquina... los demás me parecen turistas sumados a la fiesta fotográfica, eso sí, disimulando con herramientas en la mano.

Ambas máquinas citadas podían beldar con poco viento o con relente, pero nunca con aire en contra, porque devolvía la paja, o su polvo, sobre los trabajadores. Aunque las dos beldadoras tenían ruedas para desplazarlas, para trabajar debían quitarlas, y fijar con calzos la beldadora en el suelo... Lo cual era una lata... imposible... con vientos variables. "¡Mejor no empezar hasta que saliera el cierzo!".

Finalmente, el grano limpio se podía guardar en el trojero, para consumo de los animales, esperar mejor oportunidad para llevar al mercado, para siembra, pan para todo el año, o llevar al SENPA (Servicio Nacional de Productos Agrarios), que en contraposición al estraperlo, se reservaba el monopolio del trigo (de política es mejor no hablar).

La siguiente tarea era guardar parte de la paja en los pajares, situados en la segunda planta de la vivienda (digamos llenarlos a tope, en prevención de un crudo invierno). Los suplementos del carro para transportar paja eran zarzos, o tableros, los primeros eran de tejido de mimbre, los segundos de tablas, ambos hacían el carro más alto, ensanchándolo a la vez. La paja, con el carro acondicionado para ello, era trasladada hasta el bocarón por donde la introducían al pajar con una garia (bielda) grande. Había herramientas de esta especie de todos los tamaños para usar la adecuada según el peso del material a tratar. El pajar repleto serviría para alimento del ganado y sus camas (empapar sus orines), o para atizar la estufa y el horno.

Aún sobraba paja para regalar algún carro de ella al cura, al maestro, o a cualquier necesitado... El carro de paja al rentero de fincas, y al pastor, casi siempre formaba parte de los acuerdos verbales... Y aquí, aunque aún quedaran algunos flecos, se acababan la prisas de la recolección: A partir de ahora, la jornada dominical sería festiva... y de camisa blanca.

Si aún quedaba paja sobrante, fue buena la cosecha ese año, según afirma el dicho: "Donde hay paja hay grano".

Después de trillar y beldar las granzas", había que dejar la era barrida para la próxima campaña (tarea necesaria para que no se estropeara el césped durante el invierno).

Villanueva de Odra (rastrojos resecos al fondo, indicando el final de la campaña  agrícola)... Fotografía de Jose Félix Ruiz

Los frutos de la viña cerrarían la campaña agrícola.

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Pego, a continuación, uno de mis antiguos textos:
'Deja obrar al maestro...':

"No sé por qué esta pequeña anécdota ha venido a mi mente con tanta nitidez. Tal vez algunos acontecimientos en mi vida hayan suscitado tal recuerdo. Sin embargo, no es de mi interés hablar de los citados hechos, sino de la historieta evocada.

No tengo claro cuando ocurrió, pero lo situaría hacia la mitad de la década de la década de 1970. La aparición de los tractores en nuestro mundo rural, apenas había cambiado nada en la tareas de la recolección. Los procesos de segar, trillar, y beldar, seguían siendo los mismos. En cuanto a la trilla, la diferencia era que antes una pareja de vacas, o mulas, arrastraba un sólo trillo.. y un tractor una trailera de 4.

Si el lector/a fuera un poco perspicaz, se daría cuenta de que las proporciones de trabajo no cuadran. Y así es, efectivamente. El tractor, visto a nivel personal, no evitaba trabajo. La demanda de mano de obra en la ciudad, facilitó la emigración rural en busca de mejores oportunidades. Quienes quedamos, arrendamos las fincas de quienes se fueron. Y, si como hemos dicho, los procesos de recolección eran los mismos, había que hacer esfuerzos casi sobrehumanos... para realizar trabajos que antes hacían entre 4, o 6 personas... y todo sacar adelante los préstamos de la compra de los tractores agrícolas... que, en teoría, iban a evitar trabajo. ¡Paradojas de la vida!.

La paja (residuo de los cultivos, una vez separado el grano, mediante aire) se dividía en "blanca" y "negra". Eran nominaciones, no colores. La blanca, de color muy claro, era de cereales... apenas tenía valor... algún año ni la compraban. La negra, de color dorado, era de leguminosas, y mas valorada... la compraban para pienso de los animales durante el invierno... en su totalidad, una vez comprada, iba destinada a la región cántabra... y claro, el precio guardaba relación con la humedad primaveral y el volumen de hierba almacenado por los ganaderos para el invierno.

Envasar aquellas pajitas trilladas, para poder trasportarlas, era una dura tarea, que hoy no realizaría nadie... y si lo quisiera hacer, los salarios actuales harían completamente inviable la operación de compraventa. Algunos jóvenes de mi edad lo llevaban a cabo: se ganaban algún dinerillo extra para sus gastos durante el año. El envasado consistía en meter la paja, prensándola con sus propios pies, en sacas de unos 30 kilos.

La anécdota a contar, es que estaban cargando con paja un camión en nuestra era... mejor dicho, ya habían atado la carga. Eran cinco filas de sacas sobre la caja del camión... varios atados transversales, y dos longitudinales. Cansado de estar de pie, por mi incipiente Ataxia de Friedreich, me senté en el suelo... detrás del camión,... a su sombra, pero a una distancia prudencial, para no estorbar.

Los operarios arrastraban las sacas con las uñas. El pajero (comprador), que era más fino, usaba para ello un garfio de pirata. De pronto, se vino hacia donde yo estaba, la trasera del camión... y se lió a rasgar sacas con el gancho... y a tirar al suelo paja por los agujeros hechos. Ante mi mirada, atónita, me dijo:

- ¡Tú, deja al maestro obrar, aunque sea un burro!.

Se fue... Y... volvió con una gariada de paja selecta.... y rellenó, a mano, uno por uno, los huecos antes realizados.

Os considero con inteligencia más que suficiente como para no necesitar explicación de la treta con que pretendía embaucar a los ganaderos, presuntos compradores"


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Para acceder al índice de artículos del serial historiador sobre Villanueva de Odra, pinchar en: http://ataxia-y-ataxicos.blogspot.com.es/2017/12/indice-del-serial-historiador-sobre.html

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miércoles, 27 de diciembre de 2017

Un análisis más potente de ADN podría ayudar a los científicos a comprender mejor la Ataxia de Friedreich

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Alice Mellao ... para "friedreichsataxianews.com" ... (para ver el original, en inglés, pinchar en el enlace "fuente" ... al final del artículo).
(Traducción al español de Miguel-A. Cibrián).

12 de diciembre de 2017.


Investigadores de la Universidad de Tufts han desarrollado un nuevo método, más poderoso, para analizar la secuenciación del ADN, a fin de identificar y comprender mejor los reajustes genómicos complejos (CGR, por sus siglas en inglés), los cuales están involucrados en muchos trastornos genéticos y cánceres.

Los reajustes genómicos complejos (CGR) pueden tener lugar en enfermedades donde la expansión de secuencias repetitivas de ADN es una característica central, como la Ataxia de Friedreich, la enfermedad de Huntington, y el síndrome X frágil. Se crean por roturas de ADN que no son reparadas adecuadamente. Esto puede conducir a estructuras de ADN anormales, que impiden una lectura precisa de los mensajes codificados en el ADN.

La Ataxia de Friedreich, una condición genética que afecta a los sistemas nervioso y muscular, es causada por inserción de una pequeña secuencia anómala de ADN en el gen FXN. Esta secuencia tiene tres nucleótidos, GAA, que pueden repetirse anormalmente hasta mil veces. Esto crea inestabilidad genética y puede conducir a la formación de CGR (reajustes genómicos complejos).

Identificar y comprender la formación de tales CGR es importante, porque no sólo afecta lo que le sucede al ADN, sino también a cómo se comportan las células.

En el pasado, visualizar e identificar los CRG (reajustes genómicos complejos) requería mucho tiempo, además de una compleja bio-imagenología de alta resolución... Ahora, en el estudio: "Nanopore sequencing of complex genomic rearrangements in yeast reveals mechanisms of repeat-mediated double-strand break repair" (La secuenciación de Nanopore de reordenamientos genómicos complejos en levadura,revela mecanismos de reparación de rotura de doble cadena mediada por repeticiones), que ha sido publicado en la revista 'Genome Research', los investigadores describen un enfoque más potente y eficaz para analizar los CGR.

Este nuevo enfoque utiliza un dispositivo de secuenciación de ADN desarrollado por 'Oxford Nanopore Technologies', el cual permite a los investigadores analizar secuencias de ADN más lasgas y con mayor precisión. Por ejemplo, la tecnología anterior permitía a los científicos leer en segmentos de ADN de sólo unos cientos de nucleótidos. Con este nuevo dispositivo portátil de secuenciación de ADN, pueden analizar fragmentos de ADN de decenas de miles de nucleótidos: Esto proporciona una imagen más completa de los CGR, según un comunicado de prensa de la Universidad de Tufts.

Los investigadores probaron el nuevo dispositivo en un modelo de levadura con repeticiones GAA similares a las encontradas en pacientes con Ataxia de Friedreich. El análisis mostró que las secuencias de ADN con repeticiones GAA son más susceptibles a romperse y formar reajustes genómicos complejos, involucrando diferentes cromosomas... Este nuevo método podría proporcionar a los científicos un panorama integral de CGR anormales e información adicional sobre los posibles resultados.

"Éste es un enfoque innovador para analizar los CGR, y determinar sus orígenes y resultados", dijo Sergei Mirkin, PhD, profesor y presidente del Departamento de Biología de la Universidad de Tufts, y autor principal del estudio. "Esta investigación podría avanzar significativamente la forma en que la comunidad científica descifra, diagnostica, y trata, ciertos trastornos genéticos y otras enfermedades causadas por alteraciones del genoma".

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Aclaración: 'Friedreich's Ataxia News' es estrictamente un sitio web de noticias informativas sobre la enfermedad. No proporciona consejo médico, diagnóstico, ni tratamiento. Su contenido no pretende ser sustituto de la opinión médica... Siempre, busque el asesoramiento de su Dr. ante cualquier cuestión respecto a la salud... Nunca ignore los consejos médicos, o demore en buscarlos debido a algo que haya leído en este sitio web.

Fuente, en inglés: https://friedreichsataxianews.com/2017/12/12/understanding-fa-other-diseases-aided-new-technology-identify-complex-genetic-rearrangements-tufts/

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domingo, 24 de diciembre de 2017

Búsqueda del lado positivo de las cosas

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Gabriela Moreno, paciente de ataxia cerebelosa, de México.

Soy Gabriela Moreno, de San Luis de Potosí, México. Estoy diagnosticada con ataxia cerebelosa. Y soy miembro del grupo 'Ataxia y atáxicos' en Facebook, donde a veces comento algo. Y ahora voy a contar una de mis experiencias:

Diario de Gaby: 'Búsqueda del lado positivo de las cosas':

Gabriela Moreno
Hablemos claro... de atáxica a atáxia cerebelosa: En el tiempo que me has acompañado, me has hecho ver mi mala suerte. Pero, a pesar de eso, gracias a ti, me doy cuenta de lo que estoy hecha... me he dado cuenta de que no es lo que padeces, sino como lo enfrentas... Gracias a ti, he cambiado mi forma de pensar: He cambiado el no puedo, porque tengo ataxia, a hago lo que puedo y quiero, a pesar de ser atáxica.

Asumo y acepto tu compañía, porque no me dejarás fácilmente, aunque hiciera berrinche, me operara, tomara una pastilla, o qué sé yo... pero, gracias a que estás conmigo, me he dado la oportunidad de conocer, experimentar cosas nuevas como el Pilates -¡ahora soy pilatera!-, o el tomar clases de piano.

Ahora sí, voy a tejer la bufanda que nunca empecé, porque pensaba que no necesitaba rehabilitarme... No te prometo dejar de quejarme, y de derramar lágrimas de dolor: seguirás pesándome... En lo que sí me comprometo es a seguir echándole ganas, a intentar hacer las cosas difíciles, en lo posible, más fáciles, y a buscar opciones para llevarlas a cabo, etc.

Gracias.

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sábado, 23 de diciembre de 2017

36- Villanueva de Odra (acarreo y trilla)

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Miguel-A. Cibrián), paciente de Ataxia de Friedreich.

Para acceder al índice de artículos del serial historiador sobre Villanueva de Odra, pinchar en: http://ataxia-y-ataxicos.blogspot.com.es/2017/12/indice-del-serial-historiador-sobre.html

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Nota previa: "Villanueva de Odra es la población rural donde nací, en el año 1954... y, salvo los cursos que estuve en internados durante mi época de estudiante, he vivido hasta mis 61 años. Actualmente, resido en la ciudad de Burgos".

Acarrear, en general, lo define el diccionario como trasportar en carro. No obstante, sobre todo, se entendía por ello llevar, de tal modo las nías (mieses segadas) desde la tierra a la era, para la posterior trilla. Es decir: acarrear y trillar formaban parte de la misma maratoniana jornada.

Si en el trabajo del campo madrugaban siempre, fieles al refrán: "A quien madruga, Dios le ayuda". En el acarreo, la madrugada iba más allá de cualquier limite, puesto que necesitaban el tiempo, ya con sol alto, para la tarea de la trilla. El trabajo de acarreo comenzaba a las dos o las tres de la mañana: a esas horas era casi necesario andar a tientas, o por lo menos tener ojos de lince, salvo que hubiera buena luz de luna... El rastrojo (finca segada) podía distar un buen trecho y, por tanto, llevar su tiempo el camino... Mi familia, y supongo que las demás hicieran igual, proyectaba ir a una finca alejada en el primer viaje... para dejar los sitios cercanos, para ir con luz diurna

Carro - Carro con redes... Fotografías extraídas de Intenet

Detallado el carro con los accesorios necesarios (redes... fotografía, y también el rastrojo y la morena (montón de mieses hecho durante la siega), lo demás será más fácil de describir: Ya en la finca, colocaban el carro al lado de la morena y con una horca de mango largo ("horcón") iban dando los brazados hasta concluirla, a otra persona, que los acomodaba en el carro. La labor llevaba el nombre de purrir. Quien sobre el carro recogía los haces, con las manos protegidas por unas manoplas para evitar las espina de los cardos y gatuñas, se encargaba de acondicionar la carga. A esta segunda tarea de colocar las nías, la llamaban cargar. Para este segundo trabajo se requería menos fuerza que para el de purrir, por eso, siempre lo efectuaban las mujeres, o los hijos/as adolescentes.

Acabada la morena, era preciso arrastrarla y después llevar el carro a otra. Si la pareja estaba bien adiestrada, trasladarse a otra morena no era difícil, con hablar a los animales y ponerse delante para mostrarles el camino, podía valer.

Se hacía lo mismo hasta acabar las morenas de la finca o hasta completar la carga. El acarreo con estelos (suplementos más simples, que no he descrito) precisaba del atado de la carga con una soga... acarreando con el sistema rede, no hacían falta amarres.

Después emprendían el camino de regreso al pueblo, ahora hasta la era. Un trabajador siempre volvía delante de la pareja. La descarga en la era se llevaba a cabo tan extendida como fuera necesario para formar parte de una trilla redonda.

A continuación se hacía otro "viaje", a la misma finca o a otra, tantos como fueran necesarios, dependiendo del tiempo disponible hasta la hora de dar comienzo a la trilla.

Simulacro de acarreo... Fotografía extraída de Internet

Esta foto (extraída de Internet) es un simulacro de acarreo, recordando tiempos pasados... En realidad, observo que se lo toman a título de fiesta... y, por ejemplo, hasta quien purre lleva una bandolera tipo turista... y arriba hay otros turistas de camisa blanca... No sé cómo habrán segado, porque los cañones no igualan... Y tampoco sé si son efectos de la perspectiva de la imagen, pero me da la sensación de que se les va a parir la carga por la parte derecha antes de llegar a la hipotética era.

Trillar:

Trillar es triturar la nías para facilitar la posterior separación entre grano y paja mediante aventamiento... Tras la descarga en la era, antes citada, venía tender, o deshacer los brazados, haciendo una trilla redonda (también llamada torna).

El trillo era unos tablones unidos por travesaños, curvo hacía arriba en la parte delantera (para no arrollar las nías) y con la parte inferior llena de piedrecitas incrustadas. Este empedrado era el encargado de triturar la paja... Como puede apreciarse, este apero era de lo más rudimentario que pudiera existir... sin modificación a lo largo de los siglos... Cada año los trilleros visitaban los pueblos para reponer, por un jornal, con un mazo las piedras perdidas por el apero el año anterior. Tales pequeñas piedras, muy duras y con aristas las hacían ellos mismos durante el invierno, partiendo cantos rodados extraídos de corrientes fluviales.

Con yuntas vacunas, el trillo iba enganchado al entrébede mediante una chueca, en forma de -V-, con una lanza llamada camizo, que insertaba en el yugo. El ganado mular, mediante un balancín compuesto, hacía el tiro con largas cadenas desde los horcates... En mi familia nunca se trilló con mulas.

El trillador se sentaba en un banco sobre el trillo, con una vara con aguijón con el bovino y una tralla con el mular... si bien esto tenía más de tópico que de realidad: Dirigir a la yunta para que fuera por aquí o por allá, o hacer trotar a las mulas, eran cosas especiales. Generalmente, todo era la más rotunda rutina y parsimonia: Ni los animales hubieran aguantado el sofocante calor solar a un mayor ritmo... ni las personas imponiéndolo.

Gran parte del trabajo de trillar nos tocaba a los niños, o a los ancianos... que no se sabe muy bien qué pintábamos allí, ni los unos ni los otros... salvo para impedir que los animales, sintiéndose vigilados, por decirlo así, hicieran huelga y se detuvieran... Los mayores dormían siesta, recordemos la madrugada del acarreo con que empezaron la jornada... Y yo diría que las vacas también se dormían: No sólo porque llevaran los ojos cerrados para evitar los reflejos solares, sino también porque iban apeadas al camizo... como si hubieran puesto un hipotético piloto automático para caminar arrastrando el trillo, ignorando que caminaban.

Como práctica de lo más curioso que pudiera existir, trillando con ganado vacuno, era preciso recoger las boñigas en un viejo caldero, de no hacerlo, el trillo arrollaría... Y si no se andaba listo poniendo el cubo bajo el culo de la vaca, había que recogerlas envueltas en unas pajas para no mancharse las manos.

Trillando en Villanueva de Odra. Foto de autor desconocido

Esta foto de arriba (de autor desconocido) está tomada en Villanueva en la década de 1960... la era (actualmente está roturada) era del difunto Isidoro... Las vacas, de color negro, son de raza serrana... La pared que se ve al fondo es de la caseta de la era de mi familia... La persona fotografiada, con su sonrisa picarona, es la señora Cándida, viuda de Isidoro.

Caga la vaca... Fotografía extraída de Internet

En esta otra foto con vacas tudancas (sacada de Internet), queda más clara la jocosa práctica de recoger las heces sólidas de los animales... Si bien, metidos en jocosidad, la fotografía pone en la mente otra idea, o malidea, no menos jocosa: "¡que coño caga esa vaca... si está famélica, la pobre!".

La trilla necesitaba de la tarea de enganchar, o sacar el fondo a la superficie con unas revolvederas metálicas, o en su falta, con un gancho de madera en forma de -1-. Con el mismo fin, había que revolver dos veces, la primera con unos horquillos de madera de una pieza y la otra con unas palas del mismo material y también enterizas... Para la segunda vuelta, últimamente se utilizaban rastros... las palas de madera exigían agachar mucho el lomo para utilizarlas.

Fotografía de trilla... Foto extraída de Internet

En una misma trilla podía haber dos o más parejas. Bastaban tantos pares, como los utilizados en el acarreo. Si había dos, circulaban en direcciones opuestas... Si el propietario tenía una heredad grande, ajustaba lo servicios de un criado, llamábase agostero, empleado de S. Pedro a S. Miguel, 30 de junio a 30 de septiembre... Era también frecuente trabajar en familia.

Al finalizar la trilla, venía el atropado con la "camizadera", un tablón con lanza para ser arrastrado por una yunta, y manija para el trabajador... "Echar la trilla arriba" (pinarla) se hacía con la "garia" (garia es un localismo comarcal... equivale para a una bielda, aunque en Villanueva no se utilizara la palabra bielda), en un montón, cuando se colocaba en medio de la trilla, o parva (de nuevo localismos... la parva en algunos sitios es la trilla, o torna), o montón alargado si se hacía en un lateral. Si las nías de ese género estaban acabadas, era preciso barrer el suelo de la era con escobas de brezo.

En nuestra era familiar había un a caseta de unos 16 metros cuadrados, repleta de aperos y herramientas... En épocas de trilla, no íbamos a comer a casa, a pesar de distar solamente unos 200 metros. La comida la llevaban mi abuela, o mi madre... Comíamos a la sombra de la caseta, recostados en el suelo... Y dormir siestas también se hacía en el suelo.

Foto familiar (yo incluido) a la puerta de nuestra caseta de la era... año 1963... Fotografía de María Luisa

Esta fotografía está tomada a la puerta de nuestra caseta. La autora se llamaba María Luisa, familiar lejana, de Bilbao... por la edad, supongo que habrá fallecido ya hace años... La foto data de 1963, o 64... Arriba: mis abuelos paternos, Pablo y Rufina, y mis padres, Crescencio y Milagros... Abajo: mi prima Fe, yo, y mis hermanas Piedad y Carmen... Mi abuelo no tiene perilla: es una mancha de la vieja foto.

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Ahora pego la dirección web de un pequeño audio con una canción tan corta (52 segundos), como bella y expresiva: Canción de trilla - Burgos.
Para poder escuchar, pinchar en: http://www.miguel-a.es/ECOS/99ZZ-folc/DesconocidosCanciondetrilla(Burgos).wav

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viernes, 22 de diciembre de 2017

Investigadores de la UCLA revelan la reversibilidad de la ataxia de Friedreich en modelos de ratón

Blog "Ataxia y atáxicos".
Extraído de "news-medical.net" ... (para ver el original, en inglés, pinchar en el enlace "fuente" ... al final del artículo).
(Traducción al español de Miguel-A. Cibrián).

20 de diciembre de 2017.


En niños y adultos, la Ataxia de Friedreich, una enfermedad hereditaria que causa deterioro del sistema nervioso, pérdida progresiva de coordinación, y debilidad muscular, puede además involucrar dificultades de visión, diabetes, y otros problemas... Hasta ahora, imitar esos síntomas y la progresión, en ratones para estudios de investigación, ha sido difícil.

Investigadores de la UCLA, después de desarrollar un modelo de ratón para la Ataxia de Friedreich que muestra síntomas similares a los de los pacientes, descubrieron que muchos de los primeros síntomas de la enfermedad son completamente reversibles cuando se revierte el defecto genético relacionado con la enfermedad. Los nuevos hallazgos, que aún necesitan ser replicados en humanos, aparecen en la revista 'eLife'.

"Sorprendentemente, la mayor parte de las disfunciones observadas en los ratones eran reversibles incluso después de mostrar una disfunción neurológica sustancial", dijo el Dr. Daniel Geschwind, profesor de UCLA en Neurología y Psiquiatría, y autor principal del nuevo trabajo. "Nos sorprendió mucho la medida en que los ratones mejoraron, ya que habíamos supuesto que este grado de disfunción conductual era debido a pérdidas celulares".

La Ataxia de Friedreich puede comenzar a causar síntomas en la infancia, o al comienzo de la edad adulta. Y causa una pérdida de coordinación, o "ataxia", que hace que los pacientes tropiecen y se tambaleen, entre otros de los primeros síntomas... Se sabe que la enfermedad es causada por una mutación genética en el gen FXN. La mutación conduce a niveles reducidos de la proteína codificada por dicho gen, llamada frataxina... Si bien los médicos pueden paliar algunos síntomas específicos, no existen tratamientos en la actualidad.

"La falta de tratamientos ha sido frustrante, y se ha debido, en parte, a la falta de buenos modelos animales de la enfermedad", según Geschwind. "Realmente se necesitaba un modelo de ratón para ayudar a los investigadores a determinar las consecuencias de la reducción de la frataxina en todo el cuerpo".

En el nuevo trabajo, Geschwind y sus colegas desarrollaron un ratón en el que el gen FXN puede ser bloqueado por una cadena de ARN controlada por un antibiótico. Los niveles más altos de antibiótico conducen a un mayor bloqueo del gen y, por lo tanto, a niveles más bajos de proteína frataxina. Este sistema permitió a los investigadores tener un control estricto sobre los niveles de frataxina a lo largo de la vida de un ratón, permitiendo que los ratones se desarrollaran normalmente durante tres meses, antes de administrar antibióticos para reducir los niveles de frataxina.

Después de 12 semanas con bajos niveles de frataxina, el estudio encontró que los ratones tienen síntomas similares a los que se observan en humanos con la enfermedad, como pérdida de peso, ataxia, deterioro de la marcha, espalda encorvada y reducción de fuerza muscular... Cuando los investigadores dejaron de administrar antibióticos a los ratones enfermos, dejando que los niveles de frataxina volvieran a la normalidad, la mayoría de los síntomas desaparecieron.

Los hallazgos del estudio sugieren que "parte de la disfunción que se observa en los pacientes, en los primeros años de la enfermedad, representa una disfunción neuronal reversible, en lugar de muerte celular y pérdida de neuronas", según Geschwind.

Los investigadores también utilizaron el modelo de ratón para estudiar qué otros genes y proteínas se ven afectados de inmediato por la reducción de la frataxina, lo cual ayuda a señalar el camino hacia nuevos objetivos farmacológicos... Esperan continuar con esta línea de trabajo: estudiando los cambios bioquímicos que tienen lugar junto con la Ataxia de Friedreich... También están haciendo que este modelo esté disponible para laboratorios académicos y comerciales que están buscando medicamentos pretendiendo aumentar los niveles de frataxina en pacientes humanos... En estos casos, el nuevo modelo de ratón se puede usar para probar la eficacia de los medicamentos.

"De cara al futuro, este modelo proporciona una nueva e importante potencial vía para el desarrollo terapéutico", según Geschwind.

Fuente en inglés: https://www.news-medical.net/news/20171220/UCLA-researchers-reveal-reversibility-of-Friedreichs-ataxia-in-mouse-models.aspx

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jueves, 21 de diciembre de 2017

35- Villanueva de Odra (La siega)

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Miguel-A. Cibrián), paciente de Ataxia de Friedreich.

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Nota previa: "Villanueva de Odra es la población rural donde nací, en el año 1954... y, salvo los cursos que estuve en internados durante mi época de estudiante, he vivido hasta mis 61 años. Actualmente, resido en la ciudad de Burgos".

Segar es cortar la hierba, o las mieses. Exceptuando el corte de la hierba que se almacenaba para forraje para los animales, por realizarse antes en el tiempo, la siega era la primera tarea de la recolección: Un duro e intenso trabajo, en el cual solamente habría tres días festivos en dos meses: Santiago (25 de julio) y Nuestra Señora y San Roque (15 y 16 de agosto)... Los domingos había recomendación eclesial para asistir a Misa, pero permiso para trabajar... Por supuesto, iba a Misa quien le daba la gana ir, pero la cuestión laboral no ofrecía ninguna discusión... ya que el labrador no era asalariado, sino, por decirlo así, el patrono dentro de su propia empresa.... En fin, la recolección, especialmente la siega, era una carrera contrareloj en prevención de posibles tormentas portadoras de pedrisco, con capacidad para asolar toda la cosecha que aún permaneciera en pie.

Trigal seco, listo para la siega... Fotografía extraída de Internet

En pasados capítulos hemos hablado de dos cultivos diferentes: leguminosas (los jodidos yeros), y los cereales... También hablando de siega es necesario hacer división, no sólo por no coincidir en el tiempo (los yeros maduran un poco antes que el cereal), sino también porque eran dos formas distintas de segar: los yeros, al ser plantas cortas habían de segarse a ras del suelo... Y digo habían, porque este trabajoso cultivo desapareció de Villanueva a principios de la década de 1980... Durante siglos fue cultivo alternativo al cereal, con la teoría de que las leguminosas fijaban nitrógeno en el suelo para la próxima campaña. Mi falta de conocimientos me llevan a no poner en duda tales teorías... eso sí, dudo que sembrar yeros fuera rentable: Demasiado trabajo. También es cierto que el costo de cultivo era muy poco. Llegado octubre ya estábamos haciendo rayas con el cultivador y los tractores en los rastrojos (¡toma siembra directa!)... para maltapar las semillas de los yeros... y sin abonos químicos, ni cuernos... a pelo.

En mi más tierna infancia, hasta mis 5, o 6 años, aún he visto a mi familia segar los yeros a dalle (guadaña)... Todos los días "picaban" esta herramienta para abrir bocas en su corte con dos piezas llamadas "martillos", y así hacer más fácil la operación... Una de las piezas, clavándola en tierra, hacia las veces de yunque, y la otra, un martillo con corte, servía para aguzar los sesgos del filo de este utensilio de siega... Y ya segando, a menudo el segador afilaba el dalle con la "pizarra" (creo que era una piedra de dicho material), que llevaba en un recipiente con agua, de nombre colodra, colgado del cinturón.

Segadora de yero y forrajes... Fotografía extraída de Internet

Luego, para tal fin, segar los yeros, en mi familia compraron una pequeña máquina que iba arrastrada por una pareja de vacas. Era un buen invento, aunque lento. La cambiamos a los pocos años. Ya habían inventado cosas mejores... Compramos una barra de corte acoplada a la toma de fuerza del tractor. Sí, era mejor, mas rápida, pero llevar una sierra a ras del suelo, era muy complejo: cualquier piedrecita rompía dientes y/o cuchillas.

Para segar el cereal estaba la máquina de segar: conocida en algunas comarcas por agavilladora (quizás segadora agavilladora sería un nombre más correcto). Esta máquina, de tracción animal, al ser arrastrada, la rueda mayor, mediante una biela, trasmitía un movimiento de vaivén a una sierra de cuchillas encargada de cortar. A la vez, unos rastros giraban por una pista acamando ligeramente las mieses para ser cortadas. almacenándolas sobre un tablero. Cuando el segador, sentado en la máquina, consideraba suficiente el tamaño de la gavilla, accionaba una trampilla en la pista, y un rastro bajaba, arrojando las mieses al suelo, e inmediatamente volvía de nuevo a su recorrido habitual.

Segadora agavilladora (en posición de trabajo)... Fotografía extraída de Internet

El segador debía tirar los "brazados" en hileras, o pasillos, y por ello, una vez recogidos, solo era necesario arrastrar las filas donde estuvieron depositados... ¿Arrastrar? ¿Cuánto trigo podría recoger yo de niño, sudando la gota gorda bajo el intenso sol del verano, tirando de un rastro mas grande que mi persona? Todo parece tan ridículo como el quitar cardos con una azadilla, que comentábamos en el capítulo de ayer... Pero todo es serio, muy serio. No vale reírse... los tiempos eran así. Y los tiempos no tienen posible comparación.

A estas máquinas segadoras agavilladoras había que "armalas" para segar, siendo necesario llevarlas recogidas por los caminos.

Segadora agavilladora, marca "Ajuria" (recogida para traslados por los caminos)... Fotografía extraída de Internet

En Villanueva todas estas máquinas segadoras eran de marca "Jolpa", que se fabricaba en la cercana población de Melgar de Fernamental. También nosotros teníamos un "Jolpa", con ruedas de goma. Y digo esto, aunque suene a tontería, porque en la caseta de nuestra era, ya retirada, había una segadora de marca "Trepa", que según decían, era de mi abuelo. Bueno, la única diferencia que pude apreciar a simple vista es que la "Trepa" tenía las ruedas de hierro...todo lo demás era similar.

Más tarde, la "Jolpa" sacó un nuevo modelo, con corte y tablero más amplios para poder ser arrastrada por el tractor, evitando la necesidad del mantenimiento anual de una pareja de vacas, o de mulas. En mi familia ya no lo compramos. No lo necesitábamos: Nos habíamos adaptado a los nuevos tiempos, comprando una cosechdora de cereal...

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Anécdota::

La maduración del cultivo del trigo marcaba la tarea su siega. Ésta se adelantaba, o retrasaba, en función de la humedad, o sequía, del terreno. En general, la siega del trigo venía a coincidir con algunos de los días más tórridos del verano: las llamadas canículas de Santiago: lo cual no indica fechas fijas, sino cierta proximidad con la festividad de dicho santo (25 de julio)... Las tales canículas, entre otras cosas, consistían en la ausencia total de viento... calma chicha... un calor insoportable... agobiante... y más teniendo que trabajar a pleno sol... Darían ganas de recostarse a la sombra de algún olmo, y dejar la siega para otro día, pero no podía ser.

Un día, hacía mis 11 años, estábamos segando a la izquierda del camino de la antigua granja de Idelio, y mi familia me envió al manantial de San Miguel para traerles una botella de agua fresca. La fuente de San Miguel, a la sombra de un espino, con agua corriente, fresca y cristalina, era pequeña, pero muy bien cuidada por el pastor que arreaba sus ovejas en sus proximidades.

De camino, al bajar al valle, había otra familia también segando... y tenía que pasar cerca de ella. Me llamaron, y pidieron que, de paso, les trajera una botella de agua: arrojaran al suelo media botella de vino (supongo que por alta temperatura ya estaba imbebible), y me dieron el envase vacío con la recomendación de lavarlo para evitar que el agua adquiriera el consabido regusto a vino.

Ya en la fuente, llené con un poco de agua la botella de los vecinos y, estándola agitando para su lavado, se me fue de las manos, y se rompió contra el suelo.

A mi regreso, les pedí disculpas por habérseme roto su botella. Las aceptaron, sí, pero se bebieron con avidez el agua de mi familia... Y tuve que regresar de nuevo al manantial a buscar más.

Al volver, di un rodeo para no pasar ceca de los vecinos, temiendo que se volvieran a beber mi agua.

De regreso a nuestro campo de siega, mi familia con el graznate ya reseco, recriminó a voz en grito mi tardanza... y, aunque les conté mi excusa, me llamaron tonto en todas las variantes posibles.

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Ahora pego uno de mi antiguos escritos, semirelacionado con el tema anterior:
El bombero torero:

"En esta zona rural donde siempre he vivido y en mis tiempos de niñez, los niños colaborábamos en las tareas de la recolección casi desde nuestros primeros pasos: arrastrando los rastrojos, recogiendo algunas espigas, llevando agua fresca a los trabajadores, o aguantando el tórrido sol como un espantapájaros sobre un trillo para que las parejas de vacas o de mulas no cesasen en su rutinario dar vueltas trillando. Cuando yo tenía diez o doce años, para que sirviese de aliciente a mi colaboración, mis padres me hicieron una promesa sujeta a varias condiciones:

- Si la cosecha viene buena, si trabajas bien, y si acabamos para "La Piedad", te llevamos a los toros.

Demasiados si's. La cosecha casi siempre era buena. La tierra y el clima no eran aptos para buenas cosechas... ni siquiera medianas, pero siempre existía conformidad. No obstante, recuerdo de mi niñez cuando tocaban las campanas a "tentenublo", y el cura vestido con el alba y el hisopo en la mano decía unas oraciones llamadas conjuros. Esto desapareció poco después. No sé si la desaparición se debió a la ineficacia de los conjuros para ahuyentar a los nublos o fue debida a un cambio de mentalidad en la gente. También recuerdo que mientras los nublos, mi madre encendía los restos de la vela que en Jueves Santo había puesto para velar al Santísimo. Y no puedo olvidar cuando los granizos golpeaban en los cristales de la ventana. Entonces mi madre no paraba de llorar. Mi padre con pretendida voz de serenidad decía:

- ¡Cállate ya de una vez!. No ha pasado nada. Ya nos arreglaremos como podamos.

Yo no entendía nada de aquello de "ya nos arreglaremos como podamos". Al día siguiente veía como todos los vecinos comentaban el caso y observaban, juntos, las espigas maltrechas de los sembrados cercanos al pueblo. Sin embargo, esto que hoy puede resultarme tan evidente, significaba muy poco para un niño: Tras la honda impresión de un día solamente, volvíamos a enfrascarnos en los juegos de la niñez sin importarnos el mañana ni sus posibles estrecheces.

La segunda condición era fácil de cumplir, aunque sólo fuese por la tremenda ilusión de nuestros progenitores. ¡Y como casi todos los niños hacíamos lo mismo, cada uno en su casa, no había peligro de realizar comparaciones!.

El tercer "si" era más difícil de cumplirse. Ellos llamaban "acabar" o "barrer la era" a dejarlo todo completamente concluido. Hasta que esto no sucedía, no se guardaba ni el descanso dominical. Acabar o no acabar, en cierta forma dependía del tiempo atmosférico. Dícese en un refrán que "Septiembre seca las fuentes o tira los puentes". Las lluvias entorpecían y retrasaban la labor. La Piedad era la festividad en la población Palentina de Herrera de Pisuerga. La fiesta coincidía con el tercer domingo del mes de Septiembre.

Y acabamos... aquel año acabamos. Pero no me llevaron a los toros, sino a la "charlotada" el miércoles siguiente. Yo supongo que esta palabreja era un derivado de la comicidad de Charlot. La "charlotada" era el espectáculo del Bombero Torero. Resulta fácil imaginarme que en aquellos tiempos Carlos Celis no se vestía aún de luces :-) .

Fui con mi padre. Mi madre se quedó en casa. Nos "embarcamos" en una furgoneta cuyo propietario utilizaba para transportes. Por tanto, ni siquiera tenía asientos ni ventanillas. La gente iba de pie y se agarraba a cualquier sitio para no perder el equilibrio en las curvas de la carretera. Yo utilicé como asiento el entrante que había en el espacio de carga para que pudiese girar una de las dos ruedas traseras de la furgoneta. Sí, nos bajamos a la entrada de la población para que no nos multasen los guardias civiles, pues el conductor no tenía permiso para transportar personal en su vehículo.

Poco después de comenzar el espectáculo, las nubes comenzaron a llorar y la tarde resultó "deslucida y pasada por agua", como dirían los taurinos. Mi padre me puso su chaqueta por la cabeza y fue a buscar refugio a la furgoneta después de advertirme el lugar donde debía buscarlo cuando acabara el espectáculo. Allí, arriba en las gradas, solamente aguantamos algunos niños a quienes la risa hacia olvidar la lluvia. Abajo, en la plaza, aguantaron el chaparrón unos "enanitos" haciendo su gracietas ante los becerros para cumplir con su deber de divertir al público. Era el mundo del color de la ilusión de la niñez, y probablemente no me enteré de que tendría el culo calado debido al la impermeabilidad del cemento de las gradas de la plaza.

Pasaron aproximadamente 20 años desde lo narrado cuando televisión anunció que iban a retransmitir un espectáculo del Bombero Torero. Yo ya tenía enormes dificultades para caminar por el avance progresivo de mi ataxia de Friedreich y estaba a las mismísimas puertas de la utilización de la silla de ruedas. Posiblemente, si aún no la utilizaba era por pánico y por obsesión con el pundonor personal. Me prohibí a mí mismo conectar el televisor con ese espectáculo al considerarlo contribuir a la explotación de la desgracia ajena.

Hoy sé que estaba muy equivocado. La aberración no está en lo que se hace, sino en cómo se mira. La aberración no es que yo le plante cara a la vida, y escriba cuatro gilipolladas para VIVIR y poner buena cara a mal tiempo y, si fuese posible, haceros esbozar una sonrisa a vosotros. La aberración tampoco es reírse de las gilipolladas escritas por mí, sino simplemente sería reírse y burlarse del "gilipollas" que las escribe. Ese es el mismo caso de los "enanitos". Ellos plantan cara a la vida, VIVEN, intentan divertirse y que el público esboce su sonrisa.

Un día me enamoré de una frase de autor de Romain Rolland [que dicho sea de paso, aparte de parecer un nombre Francés, no sé quién es :-)]. "Quien hace lo que puede... ya es un héroe". Eso son los "enanitos".... y tantas... y tantas... y tantas personas como PASAMOS por la vida. Recordando unos versos de Antonio Machado que dedica a mis paisanos labradores Castellanos: "Donde hay vino, beben vino / donde no hay vino, agua fresca. / Son buenas gentes que viven, / laboran, pasan, y sueñan". No, no nos sonrió la fortuna en nuestra vida y, a falta de vino, tomamos agua fresca que era lo único que teníamos... pero a nuestro modo, laboramos, soñamos, y pasamos... pasamos camino de una eternidad o de no sé dónde, pero pasamos sin ruido... fuimos héroes por hacer cuanto pudimos. Nada importará si hubo, o no hubo, coronas de flores en nuestro funeral.

Mi padre tiene la costumbre, por las mañanas cuando se levanta, de encender una radio que hay permanentemente sobre nuestra mesa de la cocina. Soy sordo, pero el otro día, mientras desayunaba, pude oír a una señora que pedía un monumento para las madres y suegras que han criado a sus hijos y a sus nietos, y decía (sic): "¡De esas personas sencillas hay que hablar y no del Conde Lecquio y la madre que lo parió!". [:-)]".

Nota: "El propietario de la citada furgoneta era el difunto Victor de la Hera"
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Para acceder al índice de artículos del serial historiador sobre Villanueva de Odra, pinchar en: http://ataxia-y-ataxicos.blogspot.com.es/2017/12/indice-del-serial-historiador-sobre.html

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miércoles, 20 de diciembre de 2017

34- Villanueva de Odra (Sementera)

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Miguel-A. Cibrián), paciente de Ataxia de Friedreich.

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Nota previa: "Villanueva de Odra es la población rural donde nací, en el año 1954... y, salvo los cursos que estuve en internados durante mi época de estudiante, he vivido hasta mis 61 años. Actualmente, resido en la ciudad de Burgos".

Sementera es el tiempo de sembrar, o enterrar la simiente para que dé fruto. Cada tipo de semilla tenía su tiempo oportuno de siembra.. La sementera temprana es de octubre a diciembre... y la tardía, de febrero a abril. Si bien la mayor parte de los cultivos, hasta la mitad de la década de 1960 eran de sementera temprana (ciclo largo se llamaba en alusión al tiempo que la planta tardaba en desarrollarse al completo, pues durante el invierno las plantas de los cultivos apenas se desarrollan)... mientras una semilla sembrada en primavera, debido a las temperaturas ambientales, crece rápidamente (ciclo corto).

Según afirmaba un viejo dicho: "La mejor sementera es de los Santos a San Andrés" (1 a 30 de noviembre)... Bueno... sí, pero ya se empezaba a sembrar en octubre (lo ideal, no quita a lo práctico... y la climatología (lluvias) y el excesivo tempero de la tierra, podían poner las cosas jodidas para poder sembrarse todo lo deseado, dependiendo de la cantidad de fincas que se tuviera para sembrar...

Hasta la década de 1970, las siembras tempranas, o de ciclo largo, eran predominantes en número sobre las de ciclo corto, o tardías. En incremento paulatino, se dio en dicha década llegó a darse el caso contrario debido al cultivo de variedades de primavera de cebadas cerveceras, mas productivas... Aunque Villanueva nunca podía hacerse planes de siembra: Las características del terreno en general, salvo zonas concretas, como la vega de río, no son aptas para poder sembrarse en primavera tras un invierno intenso en lluvia o nieves... y la climatología en esta zona geográfica es muy variable: unas veces llueve mucho... y otras no llueve nada...

En realidad, he hablado de épocas distintas, con preferencias diferentes en cuanto al tiempo de sementera: un tema donde naufrago y para el que no tengo explicación por ignorancia... Antes he hablado de variedades en semillas. ¿Pero qué es eso de variedades? Pues eso precisamente es lo que no sé. Hasta entonces y durante siglos, el trigo, era trigo, y la única variedad en Villanueva era el trigo llamado "rojo" (con garabasta). Se decía que era bueno cambiar de vez en cuando de semillas. Y el tal cambio consistía en no sembrar trigo de las propia cosechas, sino en comprar para simiente ese mismo trigo a otros agricultores de la llamada montaña...

En cuanto a la cebada, se sembraba hasta finales de la década de 1960 la denominada caballar (de 6 carreras, garabasta, y de ciclo largo... y mas bien poco, pues exigía fincas de buena calidad y con abundante abono orgánico)... Pero en la década de 1970 ya te ofrecían 6 u 8 variedades de cebada cervecera, y semillas certificadas R1 (caras por supuesto). ¿Eran tales R1 manipulaciones genéticas de algún aspecto de las plantas? Eso no lo sé... y no voy a afirmar nada sin ton ni son... No obstante, nadie podía sustraerse a la nueva ola, viendo una productividad mucho mayor.

Curiosamente otra vez se vuelve a los ciclos largos. Parece que la climatología ha cambiado (llueve poco), haciendo inviables las sementeras de primavera... o sea, lo contario de las tendencias de las pasadas décadas de los 70, 80, y 90. Y volveríamos a lo mismo: mi ignorancia para poder dar explicaciones: ¿Modifican algunas secuencias genéticas de las semillas a conveniencia creando nuevas va5riedades...? Científicamente sí es posible hacerlo... lo que ya no sé es si se hace o no se hace.

Y volviendo a la sementera de épocas del uso de parejas de labranza, antes de sembrar, seleccionaban (abañaban) las semillas con una criba. Después daban al grano un tratamiento de desinfección con piedralípe (¿sulfato de cobre?... tenía un color azul muy intenso), llamado encalar por la similitud de esta tarea con la de blanquear las paredes: Es decir, asperjaban el agua con la piedra disuelta sobre los granos con una escoba de palma. Debían realizar esta operación todos los días solamente sobre la cantidad prevista sembrar, de no ser así, la excesiva humedad del tratamiento podría hacer germinar las semillas haciéndolas inservibles... El priedralípe era altamente venenoso... por lo cual la operación de encalado había de realizarse con cautela para evitar su toxicidad... ¿Pero el priedralípe tenía base científica...? ¡A mí que no me la pregunten!.

Si hiciera falta, para repartir mejor las semillas, amelgaban la finca. Sembrar (granear) se hacía a voleo con una mano, mientras la otra mantenía abierta la boca de la "sembradera" colgada en el hombro del mismo lado. Un saco servía de "sembradera", atando con una cuerda un extremo de su boca con el cornijal de la misma cara... Parece tan antiguo como la parábola evangélica del sembrador. Sí eso mismo... Y así fue hasta alrededor de 1970... más allá incluso de la llegada de los tractores a Villanueva.

Sembrador... Foto de autor desconocido

En lo relativo a sembrar, no es que no existiera máquinas sembradoras (supongo que sí). Pero en Villanueva, cuyas fincas eran poco productivas, harto tenían con pagar las letras del préstamo del tractor sin entrar a comprar aperos sofisticados, y se apañaban manualmente, como podían... En este aspecto de la siembra, lo primero en llegar al pueblo fueron unos imperfectos cajones hechos por algún taller mecánico, que, suspendidos en la pate delantera del tractor iban repartiendo las semillas... a la vez que las tapaba el apero de la parte posterior del tractor, llamado rastra... que, por cierto, hacía otro taller aprovechando las llantas de las ruedas de los carros, desguazados por innecesarios... ¡Cosas veredes, amigo Sancho!.

En fin, las cosas no eran tan fáciles como comprar un tractor... y todo solucionado. No... De hecho, mi familia compró el primer tractor en el año 1967, pero siguió con una pareja de mulas, como apoyo al tractor, hasta 1975, en que la jubiló la compra de una cosechadora de cereal, y un segundo tractor al año siguiente.

Y volviendo a los tiempos del uso de parejas de labranza, normalmente, para sembrar la tierra debía ararse antes o tenerla barbechada de la anterior primavera, solamente en ocasiones especiales invertían la operación sembrando en rastrojo y tapando seguidamente el grano con el arado a poca profundidad... Sembrada la finca, repartidas las semillas, arada o en barbecho, debía taparse de inmediato para proteger las semillas de ser comidas por las bandadas de aves. Se hacía con dos aperos diferentes según el estado del terreno. Si estaba áspero empleaban la grada, útil de labranza de rejas en forma de ballestas.

Grada (en Villanueva de Odra)... Foto de autor desconocido

No era necesario dejar un firme perfecto, aunque se intentaba: Aún se daba otra mano para allanado, en primavera, con las plantas ya nacidas. Para ello se utilizado era el rastro... El rastro era un apero de tracción animal, constaba de una lanza para tiro de la pareja, dos trencas de madera transversales con dientes de hierro y una manija. Tenía la particularidad de poderse llevar hasta la finca sin ruedas, arrastrando sobre dos palos gruesos... Como contaré más tarde, un año me tocó realizar a mí esta tarea, debido a un fallo de salud de mi padre.

El invierno, con su gélido clima, era la estación más sosegada en cuanto a tareas agrícolas. Si bien, nunca faltaba algo para hacer, aunque de forma más relajada. Algunas de estas tareas invernales, actualmente resultan del todo irrisorias: como limpiar surcos para que corriera el agua y no se dañaran las plantas... encauzar arroyos con una pala de cavar (como suena)... o cavarse la huerta con la citada pala manual.

Y ya comenzado el mes de marzo, empezaban otra vez las actividades a contrareloj: la antes citada labor de allanar los sembrados... realizar algunas siembras tardías... atender la huerta... y, sobre todo, realizar la barbechía (que, como se ha indicado, era arar dos veces... cuando acababan la primera vuelta, comenzaban la segunda). Por tanto los hombres estaban ocupados... Esta vez era a las mujeres a quienes les tocaba la tarea irrisoria: quitar de los sembrados cardos y otras plantas dañinas (nada de herbicidas... con una simple azadilla). Lo de los cardos y sus espinas tenía su "¡ay!": habría que manosear al menos dos veces los futuros brazados de mieses.

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Ahora pego un corto extracto sacado de mi autobiografía:

"Creo que fue hacia 1973 cuando hube de trabajar con una pareja de mulas. El sistema de cultivos en la comarca cambiaría radicalmente el la década de los 80. Por entonces predominaba el trigo de ciclo largo, leguminosas como las comuñas, y se practicaba mucho el típico barbecho (dejar la tierra descansando durante un año, pero arada para mantenerla libre de malas hierbas)... la cebada de ciclo corto, tan sembrada en decenios posteriores, apenas existía. Tampoco los tractores y sus aperos eran nada de otro jueves. Mientras hoy se usan con cerca de 200 cavallos de potencia y, a mayores, doble tracción, aquellos solamente rondaban los 60. Por tanto, las sementeras de otoño era necesario hacerlas deprisa comenzando a primeros de octubre, e, incluso, parte de ellas, antes de la llegada de las lluvias (denominada "sementera en seco"). Por lo cual el suelo no quedaba demasiado llano, necesitando de otro ligero allanado, con las plantas ya nacidas, hacia el mes de marzo... sobre todo las comuñas, que era necesario segarlas a ras de tierra.

Con tal allanado de la tierra después de ya crecidas, algunas plantas resultaban dañadas de muerte... pero la tradición decía que se beneficiaba a las restantes. No deja eso de ser una de tantas tonterías que perduran a través de los tiempos. De hecho ya se comenzaba a incrementar bastante, además, las densidades de semilla, que desde tiempos inmemoriales habían incluso servido para marcar extensiones. Una fanega no sólo era una medida de volumen que equivalía aproximadamente a 42´5 kg. de trigo, sino también a la porción de tierra que se sembraba con esa cantidad... y que en el sistema métrico a su vez la equivalencia en esta comarca era de 36 áreas, o a 1/3 de hectárea (obsérvese que las cuentas ni siquiera cuadran, en todo caso, un tercio de hectárea pudiera ser 33,33, pero no 36).

Mi padre estaba en operación quirúrgica con dos hernias, y mi tío barbechando. Hube de ocuparme yo de realizar esa tarea con las mulas. Mi abuelo me enseñó a aparejarlas y, con su cachaba, me acompaño la primera tarde. El resto del mes fue mío. Doy fe de que seguir a una pareja de mulas (a pie, claro) es arduo para todos, pero muy jodido para alguien con incipiente ataxia... No se me olvidará que un día las dejé solas en una finca y, sediento, me escapé a beberme "medio" río, sin miramientos a que el agua estuviera contaminada... No estaba seguro de hallar a las mulas allí a mí vuelta, pero no se movieron"
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