Por Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich, residente en Barcelona.
Notas del administrador del blog:
Debido a la progresión de la enfermedad, Bartolomé ya no está en condiciones para usar ordenador. Este poema está fechado en enero de 2005, y forma parte de su libro 'Sentimientos de una vida'.
Bartolomé nació, y vivió hasta en los 25 años, en Jódar (provincia de Jaén)... Reside en Barcelona...
Es este poema se puede apreciar cómo Bartolomé pone en verso su situación personal en un momento de progresión de su ataxia bastante avanzado, devanando en sus recuerdos.
Recuerdos de infancia
Recuerdos de infancia,
rememorar quiero,
en este poema de cariño
a mí añorado pueblo:
¡Veintiséis años de juventud!
¡Cuántas evocaciones!
Vicisitudes vividas,
dejando huellas en el alma...
cicatrices de por vida...
¡Días de esperanza!
¡Renacer quiero...
para volver a sentir
la nostalgia del recuerdo!.
¡Más, hoy todo es desesperanza!
¡Tengo dudas de no poder volverte a ver!
¡Lucho contra un "imposible"...
sin temor...!
¿Pero temor a qué...?
¡Si aún estoy vivo...
y no muerto...!
Soy como el Guadiana:
¡Aparece...!
¡Desaparece...!
¡Y vuelve a aparecer...
una y otra vez más!.
Soy como un deteriorado tronco...
carcomido por la enfermedad,
y el paso de los años...
pero de corteza dura...
cicatrizada por los avatares de la vida...
¡Como un rugoso olivo,
sexagenario...
retorcido...
y orgulloso,
erguido a la vera del camino!.
Campos de olivos,
llanos,
sierras,
quebradas,
majuelos,
valles,
planicies de frondosas huertas,
sombrías...
donde fatigado,
descansaba...
para seguir de nuevo caminando.
Sigo recordando carreteras
de estropeado asfalto,
trochas,
veredas de cabras,
caminos polvorientos,
hoyados por el tiempo.
¡Caminos del silencio!
Siento recuerdos del esfuerzo,
del cansancio,
del sufrimiento,
de la esperanza,
del sosiego.
¡Caminos y más caminos...!
¡Una y mil veces recorridos,
al paso de burro cansino,
agobiado por la carga...
o al trote...
cual joven potrillo retozando,
ligero de cargamento...
o temeroso del celo de los guardas.
¡Soplo de vida!
¡Torbellino es el corazón!
Viento que las ramas del corazón agita,
con la evocación de los recuerdos...
Enamorado de la besana,
donde surcos abiertos
puedan besar mis labios,
y sembrar la semilla del recuerdo.
Sentimientos que afloran,
como verdes olivares,
y en sus retamas de blanquecina palomilla,
avanza mi tarde...
muriendo entre suspiros y desosiegos...
Tristeza que del alma brota
buscando, tras el ábrego viento del sur,
la suave calidez de la "madrugá",
al abrigo del recuerdo de cariñosas miradas
de personas estimadas,
fallecidas, en este bendito pueblo,
en la flor de la vida.
¡Jódar bendito!
¡Bendito pueblo!
¡Torbellino de recuerdos!
¡Semillas para el alma!
¡Evocaciones de infancia!.
********************
Recuerdos de infancia,
rememorar quiero,
en este poema de cariño
a mí añorado pueblo:
Jódar (provincia de Jaén) |
¡Veintiséis años de juventud!
¡Cuántas evocaciones!
Vicisitudes vividas,
dejando huellas en el alma...
cicatrices de por vida...
¡Días de esperanza!
¡Renacer quiero...
para volver a sentir
la nostalgia del recuerdo!.
¡Más, hoy todo es desesperanza!
¡Tengo dudas de no poder volverte a ver!
¡Lucho contra un "imposible"...
sin temor...!
¿Pero temor a qué...?
¡Si aún estoy vivo...
y no muerto...!
Soy como el Guadiana:
¡Aparece...!
¡Desaparece...!
¡Y vuelve a aparecer...
una y otra vez más!.
Soy como un deteriorado tronco...
carcomido por la enfermedad,
y el paso de los años...
pero de corteza dura...
cicatrizada por los avatares de la vida...
¡Como un rugoso olivo,
sexagenario...
retorcido...
y orgulloso,
erguido a la vera del camino!.
Campos de olivos,
llanos,
sierras,
quebradas,
majuelos,
valles,
planicies de frondosas huertas,
sombrías...
donde fatigado,
descansaba...
para seguir de nuevo caminando.
Sigo recordando carreteras
de estropeado asfalto,
trochas,
veredas de cabras,
caminos polvorientos,
hoyados por el tiempo.
¡Caminos del silencio!
Siento recuerdos del esfuerzo,
del cansancio,
del sufrimiento,
de la esperanza,
del sosiego.
¡Caminos y más caminos...!
¡Una y mil veces recorridos,
al paso de burro cansino,
agobiado por la carga...
o al trote...
cual joven potrillo retozando,
ligero de cargamento...
o temeroso del celo de los guardas.
¡Soplo de vida!
¡Torbellino es el corazón!
Viento que las ramas del corazón agita,
con la evocación de los recuerdos...
Enamorado de la besana,
donde surcos abiertos
puedan besar mis labios,
y sembrar la semilla del recuerdo.
Sentimientos que afloran,
como verdes olivares,
y en sus retamas de blanquecina palomilla,
avanza mi tarde...
muriendo entre suspiros y desosiegos...
Jódar (provincia de Jaén) |
Tristeza que del alma brota
buscando, tras el ábrego viento del sur,
la suave calidez de la "madrugá",
al abrigo del recuerdo de cariñosas miradas
de personas estimadas,
fallecidas, en este bendito pueblo,
en la flor de la vida.
¡Jódar bendito!
¡Bendito pueblo!
¡Torbellino de recuerdos!
¡Semillas para el alma!
¡Evocaciones de infancia!.
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