Comentarista futbolero

Blog "Ataxia y atáxicos"
(Por Miguel Ángel Cibrián, paciente de Ataxia de Friedreich, de Villanueva de Odra, provincia de Burgos).

Escribo este artículo desde Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, adonde me he desplazado para realizar un reportaje sobre los mundiales de fútbol para el blog "Ataxia y atáxicos". Reconozco que, como dice Darío de mmí, lo más parecido a un balón de fútbol que he visto en mi vida, ha sido una onza de chocolate. En fin, ¡que no tengo ni puñetera idea del asunto! Pero aprovechando que los seguidores del blog no son exigentes, y se les puede meter un gol haciéndome pasar por entendido en la materia, me subo al púlpito de autores, y lanzo el correspondiente sermón. Además, me he dado cuenta de que, aquí, si hablas de Ataxia de Friedreich, y frataxina como proteína mitocondrial, nadie te hace caso. Las entradas del blog con más comentarios coinciden con "escotes", y "fútbol". Como no puedo hablar de escotes, hablaré de fútbol... tema de actualidad noticiera por un semana más.

Comenzaré admitiendo no haber visto de este mundial más que los partidos jugados por España. O sea, cinco. La realidad de la selección española es bastante dura. Estos chicos que, a priori, iban de favoritos, aún no han demostrado nada de nada. Sí, mucho toque y mucha posesión de balón, pero no ven puerta. Salvo el goleador Villa, los demás andan sin estrenarse. Cinco goles en cinco partidos es un bagaje muy pobre. Además el último "fue de carambola" (entre ambos palos). Esperemos que los jugadores españoles exploten toda su técnica... y que la exploten pronto... antes de venirse a casa... luego, ya sería tarde. En fin, aunque el equipo bueno, siempre es bueno, aparte de eso, el futbol no deja de ser un juego. Y cualquier azar, o genialidad, puede cambiar el curso de un encuentro. Ahí está el equipo español para certificar cuanto digo: 30 minutos sin tirar entre los tres palos, y tres tiros al palo en un solo minuto. ¡Cosa de milímetros! Un milímetro de más, o de menos, basta para volverse a casa. ¡Coño...!, ¿y para eso hace falta desplazarse 10.000 kilómetros?.

¡Ah!, se me olvidaba. En el último partido me pareció que selección española estaba escorada a la izquierda. Lo que no sé si fue estrategia del entrenador: mantener fijo abajo a Capdevila para que la defensa en bloque girara hacia la derecha, supliendo las frecuentes subidas del presunto lateral Sergio Ramos. ¡Bah!, posiblemente sean impresiones falsas... y todo se deba a que esta puta escoliosis de la Ataxia de Friedreich me mantiene inclinado hacia la izquierda... eso sí, sin ser del partido socialista.

Tengo entendido que ahora a los españoles nos esperan los teutones en semifinales. ¡Mal asunto! Los jugadores alemanes van más deprisa que la locomotora económica de Ángela Merkel. Solamente con pensar en los cuatro goles endosados a Argentina, y otros cuatro a Inglaterra, se nos pudiera poner la piel como carne de gallina. Aún así, tirando de patrioterismo, apostaré (no mucho... claro... ni lo tengo... ni lo quiero perder... algo simbólico... un euro, por ejemplo) porque ganaremos a los germanos... por supuesto, por la mínima... gol de Villa. Más vale no pensar en llegar a la tanda de penaltíes. ¡Vaya estadística la de la selección española en este mundial!: Dos penaltíes fallados, de dos lanzados. ¡Todo un récord!.

La final ya es otra historia distinta. ¡Ojo a los tulipanes para llevarse el trofeo! Arjen Roben y Wesley Sneijder, en diferentes equipos, ya se encargaron, llegando a la final de la Champions, en el Berbabeu, de demostrar a Florentino que se equivocó al prescindir de ellos en el Real Madrid. Ahora, juntos, pudieran rubricarle la demostración al tal Florentino. ¡Otro que, como yo, lo mas parecido a un balón de fútbol que ha visto es una onza de chocolate... digo... millones de onzas de chocolate... mejor dicho... millones de onzas de oro!.

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