Extraído de: "ABC.es. Fecha, 03/07/2012.
Autor: Pablo M. Díez (corresponsal de ABC en Pequín).
Original en: "Turismo" de células madre en China.
"Los expertos advierten del riesgo que corren los pacientes por someterse a estos tratamientos, cuyos resultados no han sido probados
A sus 50 años, Camel Attig lleva ya casi tres décadas postrado en una silla de ruedas, y sabe que sólo puede ir a peor. De niño le diagnosticaron ataxia en el cerebelo, una enfermedad hereditaria que degenera su sistema nervioso, y no tiene cura. Desahuciado por los médicos en Francia, ha volado miles de kilómetros buscando un milagro en China. “Mi primo, que sufre el mismo mal, vino aquí hace tres años, y ha experimentado una sensible mejoría: ahora puede levantar el brazo, abrir la mano y su habla es más clara”, explica a ABC en una habitación del Hospital Jingdong Zhongmei, ubicado a las afueras de Pekín, en la vecina provincia de Hebei.
Su departamento de neurología lo dirige el profesor Huang Hongyun, un controvertido doctor que ha dividido a la comunidad médica internacional con sus revolucionarios métodos para tratar enfermedades como el párkinson, Alzheimer, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el autismo, y la parálisis cerebral. Desde 2003 ha operado a cientos de pacientes venidos de todo el mundo, entre ellos docenas de españoles, inyectándoles células de fetos humanos abortados en la espina dorsal, o directamente en el cerebro. En el primer caso, recurre a una operación de cirugía que consiste en realizar distintos cortes en la espalda para después inyectar las células por encima y por debajo de la lesión medular. Para los afectados por esclerosis lateral amiotrófica, Huang perfora dos orificios directamente en el cerebro con el fin de aplicar la inyección sobre el área atrofiada del lóbulo frontal, que es donde se localiza el origen de dicha enfermedad.
Células envolventes olfatorias:
Al principio utilizaba células envolventes olfatorias extraídas de fetos que tenían entre 14 y 16 semanas de gestación, pero durante los dos últimos años ha desarrollado lo que él llama una “segunda generación en la terapia de neurorrestauración, que incluye un tratamiento multicelular administrado por diferentes vías, así como estimulación eléctrica de los nervios, acupuntura, y medicación”.
Esta versión 2.0, o 2G, como le gusta definirla al doctor Huang, mezcla las células olfatorias y células madre extraídas del cordón umbilical con otras del tejido embrionario, como las células de Schwann. “Los resultados obtenidos con el tratamiento multicelular son mejores que los logrados con un único tipo de célula, incluyendo las células madre”, señala el médico, quien cita algunos de sus últimos éxitos.
“Un paciente austriaco, con lesión en las vértebras C1 y C2, no podía moverse absolutamente nada. Tras el tratamiento, pudo girar la cabeza, y mejoró su respiración”, detalla Huang Hongyun, quien también recuerda “otro enfermo chino, con un problema en las vértebras lumbares, que le provocaba impotencia e incontinencia urinaria... después de la operación, recuperó su sexualidad y controló su vejiga”.
No puede curar enfermedades
Aunque el polémico médico aclara que su técnica aún no puede curar estas enfermedades, insiste en que es capaz de detener su avance, y mejorar las condiciones de vida de los pacientes, cuya salud experimentará unos ligeros progresos, que durarán entre seis meses y dos años. Pasado ese tiempo, deberán someterse a nuevas intervenciones.
Su experiencia demuestra con total claridad que, lejos de controlar los tratamientos con células madre, los hospitales chinos siguen experimentando con cobayas humanas. Aunque el Ministerio de Salud ordenó en enero confeccionar un registro con todas las clínicas que operan con células madre, y detener los ensayos en las no autorizadas, hasta el momento no se ha apuntado ninguna para aclarar sus investigaciones y explicar el origen de sus fetos. En mayo de 2009, el Ministerio determinó que las investigaciones con células madre entrañaban un “alto riesgo” y requerían una aprobación previa, pero ningún permiso ha sido concedido. Según la prestigiosa revista “Nature”, una estimación de 2009, calculaba que había más de un centenar de hospitales, como el del doctor Huang Hongyun, ofreciendo abiertamente sus tratamientos con células madre por todo el país, al que acuden miles de “turistas sanitarios”, que se agarran a un clavo ardiendo. “Incluso, después de la reforma del Ministerio de Salud, esta industria ha continuado creciendo”, aseguraba a “Nature” Doug Sipp, un investigador del Centro Riken para el Desarrollo de la Biología, en Kobe (Japón).
El año pasado, el profesor Huang atendió a 200 pacientes, la mitad de ellos extranjeros, tanto en el Hospital de Xishan, un antiguo sanatorio de la época comunista levantado al oeste de Pekín, en la falda de las Colinas Fragantes, como en la clínica Jingdong Zhongmei, de Hebei. Así lo atestiguan los pósters que forran los pasillos del centro con fotografías de enfermos venidos de Estados Unidos, Reino Unido, Corea del Sur, Turquía, Suiza, Venezuela, Sudáfrica, o Singapur. Por un mes de tratamiento, que incluye varias inyecciones de células y el alojamiento en el hospital, pagan unos 19.000 euros. “Se trata de una suma considerable, pero es mi última oportunidad para mejorar o detener el avance de la enfermedad”, se justifica Camel Attig, el paciente francés.
“El Gobierno lleva tres años intentando regular el uso de las células madre, pero los hospitales no tienen licencia, porque aún no se ha promulgado la ley”, se aprovecha el doctor Huang de los vacíos legales que abundan en China. Frente a las críticas contra sus heterodoxas técnicas, replica que “no hay que tener miedo a usar las células, si el resultado es bueno, ya que no hay efectos secundarios graves, sólo pequeñas fiebres”. Y, para concluir, se aferra al mismo argumento que sus pacientes: “Algunos expertos temen que se produzcan daños, pero la mayoría de los enfermos están ya tan mal, que no tienen nada que perder”.
Nota posterior del administrador del blog:
La opinión de este blog sobre el tema, en el momento actual (otra cosa sería si se obtuvieran resultados positivos mediante ensayos clínicos) está claramente alineada con la de los expertos occidentales. Y aunque comprenda al paciente que desee ir a China para esta terapia, he de desaconsejarle el sometimiento a estas prácticas. Para más información, ver recopilación de artículos en: Terapia celular en clínicas sin control.
Nuestra necesidad de búsqueda de salud, puede llevarnos a una falsa interpretación del presente artículo. Por ello, es preciso remarcar varias cosas:
1- Que esto NO es ciencia demostrada... sino que se habla de "turismo", o de "industria.
2- Que existe un vacio legal... y ni siquiera las autoridades chinas han puesto en marcha las medidas anunciadas para regular estás practicas.
3- Que 19.000 no es precio de la salud... aquí se habla de 19.000 euros casi anuales, o bianuales, por algo incierto, e improbado.
4- Que estar muy jodidos y no tener curación, no es suficiente argumento para someterse a experimentos con nuestro propio cuerpo... y, encima, no sirven para beneficio de la ciencia ni del colecctivo de pacientes de la misma enfermedad... y para más inri, pagando el propio paciente.
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2- Sección "PowerPoint del día":
Para ver y/o guardar este archivo PowerPoint, pinchar en Tocarse los huevos.
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