La imagen de San Pancracio

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Miguel-A. Cibrián, paciente de Ataxia de Friedreich, de la provincia de Burgos.

Estoy un poco saturado de trabajo. Ayer, sin ser fin de semana ni día festivo, falté a la cita con el blog... y habré de faltar más días... hasta que me quite de encima las prisas... si no muero antes en el intento :-) De hecho, hoy mismo voy por la vía rápida, aunque no, por ello, con memos dignidad. Recupero una de mis viejas historietas favoritas. La escribí hacia 1992. Y fue publicada en una modesta revista comarcal: "El Regañón", que se hacía de forma puramente artesanal. Para evitar confusiones con "el mal genio" :-) explicaré que "el regañón" es el nombre de un viento de esta comarca. Probablemente, no veáis al escrito nada especial. Para mí sí lo tiene: Aparte del recuerdo, con esta historieta comencé a escribir con un estilo diferente, parecido al actual: desenfadado y con humor.

En la parroquia de San Pancracio había una imagen de madera policromada, de dicho Santo y del siglo XIII, de incalculable valor por su antigüedad. Una mañana, al acudir el párroco a la iglesia, se percató de que había desaparecido la imagen. Nervioso, inmediatamente telefoneó a la policía, la cual envió un inspector para encargarse del caso.

Enseguida, todas la sospechas del robo recayeron sobre el sacristán. Antes de detenerle, el inspector le interrogó en la misma sacristía. El interrogatorio duró media hora. A la salida, el inspector, con cara de sorpresa, expresaba así su opinión al párroco:

- No entiendo nada. Estoy completamente seguro de que ha sido él quien ha robado la imagen... pero ¿por qué? ¡Es un pobre hombre! Este tipo no tiene madera de delincuente. En mi vida he visto de todo en los interrogatorios. Los interrogados juran y perjuran que ellos no han sido... echan la culpa a otro... se inventan coartadas... incluso algunos me han insultado y escupido... pero lo que hace éste es increíble: llorar y llorar, ¡eso es todo! Todavía no ha dicho una palabra... ni sí.. ni no... ni yo no he sido... ni nada de nada. Ni siquiera me ha respondido cuando le he preguntado su nombre.

- Ahora recuerdo -dijo el sacerdote- que hace una semana me contó una historia que puede arrojar luz sobre este asunto. Tiene una hija con leucemia, y necesitaba tres millones para un transplante de médula osea.

- ¡Ah!, si es así, todo encaja perfectamente -respondió, satisfecho, el inspector.


- ¿Y ahora qué va a hacer? -preguntó el párroco-. ¿No irá a detener a ese pobre hombre?.

- ¡Y qué quiere usted que haga! -replicó malhumorado el inspector-. ¡La ley es la ley, y la ley no entiende de pobres hombres!.

- Puesto que no existe denuncia escrita, si recuperásemos la imagen de San Pancracio, podríamos olvidar el asunto, ¿no?.

- Sí, sí. De acuerdo. Pero yo no veo cómo podríamos recuperar la imagen, si antes en media hora no me ha dicho ni palabra.

- ¡Déjeme a mí! -exclamó el sacerdote mientras se encaminaba a toda pinsa a la sacristía, donde aún permanecía el sacristán.

Escasamente un minuto después, el párroco salió con la respuesta:

- Se la entregó al dueño de una tienda de antigüedades que hay en la calle Mayor, número 24, de Madrid.

- ¡Maravilloso!. ¿Cómo lo ha conseguido? -preguntó el inspector.

- Sencillo. Le dije que si nos decía dónde estaba la imagen, usted le metería en la cárcel, pero yo podría sacarle inmediatamente... pero si no nos lo decía, San Pancracio le metería en el infierno, y yo allí no tenía influencias...

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3- Sección "Artículo recomendado":

Saltamos la sección habitual del PowerPoint. Se inserta un video, alojado en "Youtube", de 3:67 de duración. Es un hermoso video sobre diascapacidad y afán de superación. Por supuesto, con mis siguientes palabras no quiero quitar valor a la gesta del protagonista... de haberlo minusvalorado, ni habría insertado el video. No obstante, esta clase de historetas sobre discapacidad y superación son un arma de doble filo, y pueden conseguir lo contrario de lo pretendido. Y sería, por comparación, hacernos sentir que (cada cual, a nivel personal) somos unos "pardillos", que nunca han hecho nada que merezca la pena. Bueno... ya sabéis como pienso, pues es una de mis alusiones favoritas, que suelto a la menor oportunidad: Suelo resummirlo con una frase de autor: "Un héroe es quien hace lo que puede" (Romain Rolland). ¡Sin más!.

Para volar no se necesitan alas:


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