(Por Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich, de la provincia de Jaén, residente en Barcelona).
Quedó adormecida la mañana,
nubosa como sueños de un atáxico.
El despertar, tras un ensueño,
me hace volver a la realidad.
Como el ramaje de un árbol,
arrastrado en río desbordado,
mi alma, enamorada de la vida,
se enreda en los obstáculos
que, a su paso, halla la corriente.
Entero, cual aliento que pasa,
acarició las flores del quebranto,
como leve nube blanquecina
deslizándose por el cielo azul.
Feliz como una noche otoñal.
Dulce como tiernos niños
enamorados de su maestra,
llorando, desconsolados,
sin saber decir dónde les duele.
Me vuelvo a quedar entredormido.
En mis sueños aparece tu cabello,
largo, como mis interminabled tardes...
horizonte donde el sol se sumerge
hasta llegar a la eternidad.
Mis dedos se enredan en tu pelo,
como bullen los peces en la red,
buscando el arco iris del mar.
Cual arena fina, entre mis manos,
que no me canso de palpar.
Me desvelo por un momento.
¡Qué hermoso y bello debe ser
el bullicio de esta gran ciudad!
Y, sin embargo, no me pueda valer,
debido a una rara enfermedad
que lleva por nombre ataxia...
adherida a mi pobre cuerpo,
como el caracol porta su casa
unida a su viscosa piel.
Me acoge de nuevo el sueño.
Me sitúa en el crepúsculo de la tarde,
con sus innumerables puntos blancos,
salpicando un bello cielo azul turquesa.
Canto atentamente a tu mirada:
refugio del ardiente sol,
bajo la espesura de los bosques...
frescura de brillo, y calma
ante la tentación del hundimiento.
Y cantó a tus dulces labios,
que tienen el grosor de la dicha,
y se encienden como diminutos astros
en el instante en que los roza,
levemente, el ala del deseo.
Y canto a tu lengua frutal,
que dejando reposar el tacto,
acaricia, y enloquece.
Y mis manos, sin descanso,
hechas palomas tibias,
como abrazaderas de amor,
contorneando tu divino cuerpo.
Canto a tus rodillas relucientes.
A tus muslos tersos y fragantes.
A tus pies tibios y dulces,
suaves, delicados, y amorosos,
como la mirada de un huérfano.
Canto a la redondez de tus pechos
y asu aureola perfectísima.
Y canto el color de tus pezones.
Despierto de mis sueños otra vez.
¿Habré querido cantar de dormido,
como antaño lo hice sobre tu cuerpo?.
He quedado rendido: lacio y fatigado.
Me parece que aún está amaneciendo.
Déjame descansar junto a tu cuerpo...
Reclinar la cabeza sobre tu vientre...
Por favor, arrópame...
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2- Sección "PowerPoint del día":
Hoy voy a intentar acceder al alojamiento "xa.yimg". Se advierte que el archivo pesa mega y medio... y, por ello, el cargado puede tardar entre 30 segundos y un minuto. Ha sido colgado en la lista de correos HispAtaxia por Joan Fernández, paciente de ataxia, de Valencia.
Tiene sonido... y la transición de diapositivas es automática.
Para visionar y/o guardar el PowerPoint, pinchar en: Sola.
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¡Gracias, Bartolomé!. ¡Buena descripción!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.