Por Belén Hueso Balaguer, paciente de Ataxia de Friedreich, de Alboraya (Valencia).
Belén Hueso Balaguer |
Durante los 22 años transcurridos desde entonces, Irene no ha parado. Ha estudiado psicología, humanidades, y periodismo. Ha escrito tres libros, se ha recorrido medio mundo, ha practicado, y practica, varios deportes adaptados. Todo eso “con sus piernas de mentira”, como dice ella. Ha ganado muchísimos premios, no sólo en el mundo de la competición en el deporte, sino, a nivel personal, por su lucha, su superación, y coraje. Porque sonreír ante la adversidad, también tiene premio.
Colabora en radio... es columnista en el periódico 'La Razón'... conferenciante... participa en diversos congresos, fundaciones, y organizaciones. Es defensora y transmisora de valores. Porque la vida no te espera... no puedes ir atrás, ni para coger impulso. Como bien dice Irene: O te mueves, o caducas".
Hace dos años, con motivo del 20 aniversario del atentado y del día en que volvió a nacer, reeditó y actualizó 'Saber que se puede', escrito siete años antes. Un libro autobiográfico que recoge su lucha con optimismo y esperanza. Pura psicología positiva.
Me encantó una cosa que Irene cuenta en su libro: no entendía que la gente, en trance de depresión, o hundida, no se agarrara a un buen libro.
Si hace años me hubieran dicho que ahora no podría estar leyendo alguno –y con mil en la mente en lista de espera- no me lo hubiera creído. Hasta que, cuando tuve esa época de bajón, me refugié en lectura. Leyendo te olvidas de tus problemas, del mundo, y pasas a protagonizar unas historias bellas, que desearías que no terminaran nunca. Lloras, y ríes, con las mismas ganas. Crea adicción, pero una adicción muy sana. Yo, cuando termino un libro, siempre me pregunto cómo una mente es capaz de bucear tanto por su imaginación, y hacer feliz a tanta gente.
'Saber que se puede' es un tesoro como libro, que tendría que leer todo el mundo con discapacidad o sin ella... que saben que se puede, o que aún no lo han intentado. Entiendo a Irene perfectamente. Entiendo esa fuerza que le hizo agarrarse a la vida con ilusión y esperanza.
Y hasta aquí puedo contar... podría pasarme horas y horas hablando sobre este maravilloso libro... pero mejor leedlo, si tenéis esa oportunidad. Es una historia que no os dejará ni pestañear.
Gracias a Irene por contarnos su aventura... por su humildad, sencillez, y sabiduría. Gracias por, ser y por enseñarnos que se puede.
Citas de dicho libro:
"Lo primero es aceptarse, quererse, y una vez superada esa parte, luchar y a conseguir metas".
“Deseaba que todo el mundo supiera que, como yo, todos podemos transformar lo que podría ser una vida triste o amarga en una vida llena de alegría y optimismo, que no existe la desgracia si lo sabes afrontar con ánimo, y que la solución no está en el exterior, ni en lo material, ni en otras personas, sino dentro de cada uno de nosotros”. (Irene Villa).
Por cierto, el próximo 22 de noviembre, Irene será una de las ponentes en el congreso de Madrid de la Fundación ¡'Lo que de verdad importa'. ¡¡Yo me apunto... por nada del mundo me lo perdería!! ¿Alguien más se viene?.
Video incluído en su artículo por la autora: Color esperanza:
Fuente: Blog de la autora: "Papaiona.
Original en: Saber que se puede.
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MUY BIEN ESCRITO. PERO PIENSO QUE, AUNQUE SEA UNA PERSONA DE ADMIRAR, QUE NO LO DUDO, ES TAMBIÉN UNA PERSONA QUE TIENE DINERo Y CON DINERO ES MÁS FÁCIL SUPERAR TODO. CONOZCO A PERSONAS QUE HAN PASADO POR LO MISMO, PERO SE HAN QUEDADO SIN CASA, O SIN PODER ANDAR, O UNA QUE ESTABA EMBARAZADA, PERDIÓ EL HIJO, NO PUEDE TENER MÁS Y SE HA QUEDADO FATAL Y AÚN ESTÁ ESPERANDO ALGUNA INDEMNIZACIÓN.
ResponderEliminar"LAS PENAS CON PAN SON MENOS PENAS"
CRIS-MAÑA
Gracias, Belén.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.
Personalmente no me gusta el término "vidas ejemplares", ni creo que en este campo concreto, generalizando, nadie pueda ser ejemplo de nada. Pues, como bien dices, hay un cúmulo de circuntancias (no, una sola... un numero infinito de ellas) capacitado para cambiarlo todo de color. No obstante, creo que debieramos evitar comparaciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Migue-A.