Por Daniella Girardi... para 'El Racangüino', 07/12/2013... (ver el apartado "fuente" al final del texto).
.- Trabajando día a día por ella y por los demás.
Yessica Mellado tiene una enfermedad degenerativa, que hace 6 años la tiene en silla de ruedas. A pesar que su diagnóstico no es positivo, ella decidió vivir su vida, ayudando a su esposo en su negocio de técnicas en fierro y también a los más necesitados como voluntaria en el Hogar de Cristo.
Yessica Mellado, y Jaime Suárez. |
La afección se llama Ataxia de Friedreich, que produce un daño progresivo al cerebelo, y provoca una pérdida de coordinación, de dicción, de sensibilidad en las extremidades, y de otras funciones del cuerpo... además, afecta la expectativa de vida. Yessica explica que “es hereditaria, tengo un hermano con la misma condición. Llevo unos 6 años en silla de ruedas... al principio caminaba con ayuda, acompañada de una persona, después eran dos personas, y luego ya la silla”.
Sobre cómo es vivir con un diagnóstico así, dice que “uno vuelve a nacer, siempre lo he dicho... a mí no me cambió la vida un cien por ciento, me cambió un mil por ciento. Yo tenía planes y metas que alcanzar, y cuando me diagnosticaron la enfermedad no le tomé el peso al asunto... tú a los 17 años qué vas a saber de una enfermedad tan extraña”.
Sin embargo, Yessica recuerda que empezó a ver cambios en su cuerpo y debía ir al kinesiólogo, donde veía a gente mayor que ella en peores condiciones, entonces lloraba, y decía que esto no era para ella y que no tenía por qué estar allí. “A los 24 años recién cumplidos me puse a averiguar de qué se trataba la enfermedad... y la primera vez que leí, quedé para adentro. Pero, después dije que no podía dejar que pasara la vida. Es fuerte, pero decidí salir adelante”, señala.
Un cambio positivo:
Algo que nunca le gustó a Yessica fue quedarse en su casa sin hacer nada. Por eso, decidió ayudar a su marido en su negocio de estructuras metálicas y artesanía en fierro, y hacerlo crecer. Esto porque Jaime tenía todos los contactos, pero se quedaba un poco al debe en el tema administrativo, obligación que asumió ella.
En 2011, le dijo a su esposo que trabajaran juntos, “él no me tenía mucha fe en verdad, pero yo me metí en el proyecto a hacerlo bien, trabajé mucho... me salió, y ahora, legalmente, podemos decir que estamos bien”, dice. Así, hoy Yessica se encarga de contratar personas, ir al banco a depositar los sueldos, ver los presupuestos y cotizaciones, hablar con la contadora, y revisar los correos electrónicos y la página web de TecFerro www.tecferro.jimdo.com
Este proyecto fue financiado por el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), a través de su línea de financiamiento de Microemprendimiento. Con estos recursos, compraron maquinaria, fierro, y material para que Yessica armara su oficina. Además, no se quedó sólo con eso, ya que también ha participado en cursos de Sercotec sobre gestión y desarrollo empresarial para perfeccionarse en su trabajo.
Hacer cosas y ayudar
A pesar que Yessica cuenta con la oficina en su propia casa, ella misma asegura que no pasa mucho tiempo allí, ya que su otra pasión está fuera, en el Hogar de Cristo. Hace un tiempo, reunió a una amiga y a parte de su familia, para que salieran a dar once y almuerzo a la gente de la calle. Esta institución se enteró de lo que hacía, y la invitó a ser voluntaria.
“Me encanta, les tengo cariño a todos. Hace como un mes, me accidenté... entonces estuve dos domingos sin ir, y quería puro verlos. Cuando pude volver fue algo reconfortante, porque necesitaba estar allí... uno siente que le sirve a otra gente”, reflexiona.
Es así que Yessica afirma que pese al gran obstáculo de su enfermedad, no le gusta echarse a morir, y prefiere hacer algo por el resto. “Uno cuando tiene una discapacidad, sea cual sea, encuentra que la vida se acabó, pero uno tiene que salir adelante como sea. A veces uno habla con alguien, y te dice que, si quedara en silla de ruedas, no saldría nunca más de la casa... yo le digo que no: uno sigue siendo la misma persona, pero con ruedas”, manifiesta. Además, expresa que le cuesta mucho quedarse en la casa, a pesar de las dificultades que pueda tener para movilizarse. De esta manera, indica que “igual hay impedimentos, a veces por uno mismo: uno, en la mente, dice no puedo, y se encierra en eso... y puede ser mucho más fuerte... Pero, gracias a Dios, he tenido suerte: tengo harta gente que me conoce, que me tiene cariño, y si yo salgo y necesito, algo sí me van a ayudar”.
Fuente original: 'El Racangüimo': Yo estoy capacitado.
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Gracias, Yessica.
ResponderEliminar¡Feliz Navidad!.
Miguel-A.
Que el Señor te bendiga, Yessica. Eres un ejemplo a seguir. Felices fiestas!!!!!!
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