Por Pilar Ana Tolosana Artola, paciente de Ataxia de Friedreich, de Vitoria.
Nota del administrador del blog:
La página web de Pilar Ana puede hallarse pinchando en: http://pilaranatolosanaartola.es/
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Pilar Ana Tolosana |
Él se fue a luchar al lado de su hermano. Y fue tarde cuando comprendió que había perdido la identidad y la dignidad... Fue muy tarde cuando apreció que había perdido más de lo que había apostado... que ya no sabía quién era su hermano, y quién no... y que sus manos estaban manchadas de sangre: un rojo tan intenso, que no iba a desaparecer por mucho que se las frotase.
Ella nunca hubiera pensado que correría su misma suerte: Tergiversó las palabras de la muerte, y quiso poner punto final a su vida saltando desde la ventana de un quinto piso. Sin embargo, la fortuna ese día no estaba de su lado, y, antes de golpearse contra el suelo, se dio cuenta que estaba alucinando, y se iba tropezando en la caída desde solo un segundo piso por los colgaderos del patio de su casa... A partir de entonces, todos supieron que quería dejar la vida, y que a todos despreciaba, porque ya no lograba verlos.
Aunque nadie se merece el resquemor por siempre, y debieran haber sido perdonados, cada uno, a su modo, por haber repudiado la vida que se les dio, no hubo muestra alguna de comprensión ni compasión hacia ellos... Y, por eso, ahora deambulan solos y desterrados de su patria, en soledad y aislamiento absolutos, hasta el día en el que se reúnan, y se obsequien con la piedad y el juicio.
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Fuente del original del relato de Pilar Ana: http://pilaranatolosanaartola.es/textos/
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