Por Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich, residente en Barcelona.
Desde mi habitación:
La luna le dijo al sol:
"Alarga un poco el día,
que dos seres humanos
están hablando de amor".
¡Almas enamoradas de la vida!.
La mar, con sus inquietas olas,
suspiros de espuma blanca,
rumor de amor y esperanza,
colores de bruñida plata,
baña en cálida playa
la desnudez de sus almas.
Un velero surca veloz, como el viento.
Su quilla abre surcos de espuma
en la oscura superficie del mar.
Sus velas, como alas de paloma,
dan vida a un velero de sueños.
Como teclas de claviórgano,
son los latidos de mi corazón.
Sentimientos de ternura y cariño,
con etérea delicadeza,
hacen palpitar su ser.
Escuché tu voz, y mi voz,
Iban inundando el universo.
Hubo un día de luz que en mí no cupo,
y sentí la ansiedad de la melancolía,
esperando un nuevo crepúsculo.
Eres como una marea
que me arrastra,
y que me dobla, como a un junco.
Eres el viento desatado de mi ensueño,
que siempre he acariciado
ebrio de amor.
En la noche perdida,
por el mar de mis sueños,
navego a la deriva,
dándole vida a un velero de viento.
Luz que agoniza en la tarde.
El día se está durmiendo.
Llega el alba con su tenue claridad
a través de puertas y ventanas
dando luz a un nuevo amanecer.
Mí cuerpo junto al tuyo, cautivado.
Lleno de vida, se despereza...
Impaciente te busca...
Es la hora del amor...
Todo es quimera...
Deseos de enamorado.
En la soledad de mí habitación,
envuelto de recuerdos y silencio,
eres paloma, mí sueño.
¡Si yo contigo pudiera
volar en brazos del viento!.
***
Me asomo a mi ventana.
¡Barcelona!
¡Ciudad Condal!
¡Querida e inolvidable gente!.
***** La luna le dijo al sol:
"Alarga un poco el día,
que dos seres humanos
están hablando de amor".
¡Almas enamoradas de la vida!.
La mar, con sus inquietas olas,
suspiros de espuma blanca,
rumor de amor y esperanza,
colores de bruñida plata,
baña en cálida playa
la desnudez de sus almas.
Un velero surca veloz, como el viento.
Su quilla abre surcos de espuma
en la oscura superficie del mar.
Sus velas, como alas de paloma,
dan vida a un velero de sueños.
Como teclas de claviórgano,
son los latidos de mi corazón.
Sentimientos de ternura y cariño,
con etérea delicadeza,
hacen palpitar su ser.
Escuché tu voz, y mi voz,
Iban inundando el universo.
Hubo un día de luz que en mí no cupo,
y sentí la ansiedad de la melancolía,
esperando un nuevo crepúsculo.
Eres como una marea
que me arrastra,
y que me dobla, como a un junco.
Eres el viento desatado de mi ensueño,
que siempre he acariciado
ebrio de amor.
En la noche perdida,
por el mar de mis sueños,
navego a la deriva,
dándole vida a un velero de viento.
Luz que agoniza en la tarde.
El día se está durmiendo.
Llega el alba con su tenue claridad
a través de puertas y ventanas
dando luz a un nuevo amanecer.
Mí cuerpo junto al tuyo, cautivado.
Lleno de vida, se despereza...
Impaciente te busca...
Es la hora del amor...
Todo es quimera...
Deseos de enamorado.
En la soledad de mí habitación,
envuelto de recuerdos y silencio,
eres paloma, mí sueño.
¡Si yo contigo pudiera
volar en brazos del viento!.
***
Me asomo a mi ventana.
¡Barcelona!
¡Ciudad Condal!
¡Querida e inolvidable gente!.
Nota final del administrador del blog:
Debido a las características progresivas de su enfermedad, Bartolomé ya no está en condiciones de escribir. Este poema está fechado en Barcelona, julio del año 2001. Y forma parte de su libro "Sentimientos de una vida".
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