Por Rosario Marsón, paciente de Ataxia de Friedreich, de Argentina ... para "Gpatax" ... (para ver el original, pinchar en el enlace "fuente" ... al final del artículo).
Rosario Marsón |
Nací en el campo, en Francisco Madero, partido de Pehuajó (dónde está Manuelita), provincia de Buenos Aires, en 1968.
Somos tres hermanas: Mi hermana mayor también padecía Ataxia de Friedreich... Hablo en pasado, porque falleció el 5 de mayo del 2016. Tenía diabetes, arritmia, neumonía, y una bacteria en la sangre... ¡Pobre hermana mía, que en paz descanse...! Porque, realmente esa era su voluntad... Nunca quiso luchar... sólo quería caminar... esa era su única meta... Por eso, estoy convencida de que al fin está descansando en paz...
Terminando el grado secundario, aproximadamente a los 16 años, comenzaron los síntomas de mi enfermedad. No era para mí ninguna novedad, porque lo estaba viendo en mi hermana... Eso no fue ningún obstáculo para trabar mi vida... seguí adelante con la enseñanza secundaria, y decidí estudiar abogacía... Demás está decir que creo profundamente en Dios... "si Dios es por mí, ¿quién contra mí...?" (San Pablo, carta a los romanos, 8, 31)... y también la invalorable ayuda de mis papás, que me acompañaron a la ciudad y fueron mis bastones o mis piernas...
Quiero hacerles un comentario, aunque no es algo de lo cual me enorgullezca, simplemente pasó: En todos los años en los que estudié la carrera de abogacía, no fui al médico: Solamente, me calcé unas anteojeras para no mirar a los costados y seguir adelante... No fui al médico... no tome medicamentos... no hice rehabilitación... sólo estudié... A los 23 años me dieron el título... Pero, a partir de ahí, comenzó un verdadero calvario para encontrar trabajo...
Inmediatamente comencé a trabajar de cualquier cosa, menos de lo que yo había estudiado. Hasta que en 1995 encontré trabajo en el Poder Judicial, más específicamente en la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Buenos Aires... y allí sigo en la actualidad, ya con 22 años de trabajo...
Una vez tranquila y con trabajo, decidí volver al médico... Y en el año 1997 fui a Cuba, al CIRE, por 93 días, a hacer rehabilitación... Los tengo muy contados, porque extrañé horrores por 3000...
Allí logré caminar en paralela, y tuve muchísimos avances. Pero luego, cuando volví a mi país, se vuelve para atrás, porque es imposible mantener ese ritmo, por lo menos para mí... Tenía una vida, y a eso me dediqué, aunque en forma paralela continuaba con el tratamiento y hacía rehabilitación...
A los 45 años, me enamoré de un chico que vive en San Luis: Es atáxico, como yo padece Ataxia de Friedreich. Es muy valiente... tiene una hija de 9 años. Lo conocí por Facebook, ambos éramos integrantes de un grupo español que se llama "Ataxia y atáxicos". El amor cambió mi vida por completo: Él, primero, se animó a venir con sus papás. Y luego, juntos, hemos conocido Cataratas, Corrientes, Rosario, San Luis, Mendoza... Hemos andado en aerosilla. Y ahora, si Dios quiere, vamos a San Rafael, a andar en rafting adaptado...
Rosario y Agustín |
Una de las primeras cosas qué le dije a Agustín cuando lo conocí, fue que todas las cosas, o que todo lo que quisiéramos, tal vez para nosotros iba a ser más complicado, pero no por eso lo íbamos a dejar de hacer, si no que teníamos que encontrar la vuelta y hacer posible lo que nos fuera difícil. Y eso es lo que hacemos todo el tiempo...
Que sí, me deprimo y estoy triste muchas veces... si no, no sería humana: Pero eso me dura poco tiempo, porque, como dije al principio, creo profundamente en Dios. Y Él me levanta y me enseña que no hay que mirar el vaso vacío...
Si estas sencillas palabras, le sirven a alguien de motivación para darse cuenta de que todo en la vida se puede, siempre que uno se lo proponga, me sentiría más que feliz...
Los quiero... ¡Fuerza, mucha fuerza!,
Fuente: http://www.gpatax.com.ar/testimonios/rosario-marson.html
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Gracias, Rosario y Agustín.
ResponderEliminarAbrazos.
Miguel-A.