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sábado, 3 de enero de 2015

Turrones y regalos

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Belén Hueso Balaguer, paciente de Ataxia de Friedreich, de Aboraya (Valencia).

Nota: Este texto, del cual (excepto la imagen gráfica) se realiza una copia, ha sido editado en el periódico 'La Vanguardia (Comunidad Valenciana)'. Para verlo en su sitio original, pinchar en el enlace de "Fuente" ... al final del artículo.

Notas que tu cuerpo ya no es el mismo cuando, antes comías "turrón duro-polvorones-chocolate-turrón blando-pastelito-bombones-otro polvorón", y ahora con un polvorón y un trocito de turrón ya no puedes más... y el día 25 por la noche ya estás "harta de comer".

Leí hace unos días una columna en 'El País' que me fascinó: Decía que la Navidad es para los adultos, porque para los niños es la "época de los regalos". Y yo no puedo estar más de acuerdo.

Tengo 20 años, y hasta hace 10 u 11, las Navidades equivalían a juguetes. Un regalo en casa de cada familiar -daba igual si el pariente estaba casado o no, si vivía solo, con el hermano o con los padres- el día de Reyes por la mañana; porque ellos eran 3, llevaban 3 camellos, les dejábamos galletas, algarrobas y agua, y tenían toda la noche para dejar los regalos... Con la visita del Papá Noel no pasaba lo mismo: iba solo -vale, llevaba renos-, no le dejábamos turrones ni mistela y tenía pocas horas: desde que oscurecía hasta que terminábamos de cenar. Así que la noche del 24 "sólo" teníamos un presente por persona.


Estos últimos años, los Reyes Magos y el gordo de rojo, se han portado, y aunque no tienen nada que ver con los regalos de antes, hacen la mismita ilusión; duran todo el año, hay infinitos y no se gastan: sacos con miles y miles de besos, abrazos y tequieros.

La visión de la Navidad que tenía mi YO niña eran: vacaciones largas -¡¡¡bien!!!-, nieve -aunque sólo la había visto en películas-, turrones, regalos -of course-, papanoeles colgando por los balcones de las casas, panderetas, intercambio de lotería -que de pequeña no entendía, y creo que sigo sin entenderla- y mucho rojo.

Ahora hay alegría, emoción, consciencia de que falta gente en la mesa: que no están todos los que son, pero que son todos los que están. Las vacaciones largas no son exactamente "vacaciones": para los universitarios, enero es el mes de exámenes, y cambiamos villancicos por apuntes. Notas que tu cuerpo ya no es el mismo, cuando antes comías "turrón duro-polvorones-chocolate-turrón blando-pastelito-bombones-otro polvorón", y ahora con un polvorón y un trocito de turrón ya no puedes más; y el día 25 por la noche ya estás "harta de comer".

Hay una cosa que yo pensaba que había cambiado, pero justo esta semana pasada he descubierto que no: los profesores y esa gran manía que tienen de mandarte un montón de trabajos, y al pie de hoja ponerte "Y felices fiestas".... No sé a vosotros, pero a mí me reventaba de pequeña. Y el otro día, me continuó reventando al recibir un correo electrónico con un trabajazo peor que el que tarda el estómago en digerir todas las grasas que hemos ingerido (más de 4 horas). ¡Y que te ponga "¡Un cordial saludo y felices fiestas!".

... y una copita de champagne, que lo digeriremos todo mejor. Por vosotros.

Fuente: Turrones y regalos.

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2- Sección: 'PowerPoint del día':

En contraposición al gasto superfluo navideño: (Para avanzar diapositiva, pinchar en el triángulo con vértice hacia la derecha... No esperéis oír el sonido que se anuncia... no funciona).



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