La pagina web de "Ataxia y atáxicos" (información sobre ataxia, sin ánimo de lucro) es: http://www.ataxia-y-ataxicos.es/


martes, 5 de abril de 2011

"La sambera", (cuarta parte)

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Pilar Ana Tolosana Artola, paciente de Ataxia de Friedreich, de Vitoria.

Nota del administrador del blog:
Este relato, "La sambera", de Pilar Ana Tolosana, paciente de Ataxia de Friedreich, ha sido divido en varias partes para ser editado en este blog. En principio, se intentará editar los capítulos, numerados, en días contiguos... aunque parece inevitable que algun día haya que intercalarse algún tema de actualidad.

Para recordar:
"La sambera", (primera parte).
"La sambera", (segunda parte).
"La sambera", (tercera parte).

"LA SAMBERA", (cuarta parte):

Fue en la ducha cuando estuve pensando que esa tarde debía haber estado estudiando las bases de álgebra, pero conjeturo que había cambiado las frías ecuaciones por los binomios de Fabiola. Decidí no torturarme, y pensar en que todo iría bien.

Luego, me puse la ropa preparada para esta ocasión, y, después de despedirme de mi familia con un bufido, salí a la calle a darme una vuelta, o dos, antes de encontrarme con Fabiola. Había quedado con ella sólo por fastidiar a Nadia... o quizá fuera una especie de trampa mía para no cumplir con el deber de hincar codos aquella tarde. Pero no, esa pequeña bruja no podía saberlo.

La curiosidad por saber el motivo de que una chica diez, como Fabiola, quisiera conocerme, iba creciendo en mi interior. Nunca me he considerado guapo, ni atractivo... tampoco antipático, pero sí poco sociable: Soy de esa clase de chicos que nunca se lleva a la chica. Sé que lo que se ve no es siempre lo importe en estos casos... pero es lo más fiable. ¡Triste, pero cierto!.

En la vida hay un solo amor, una sola oportunidad, y muchas locuras que cometer. Lo de Fabiola tenía pinta de chifladura. Aunque no podía afirmar haber conocido el amor, ni mucho menos la oportunidad, sólo sentimientos fugaces y pasajeros... a veces no correspondidos. A lo mejor quedar con aquella chica era lo mejor... o lo peor... y lo excelente hubiera sido haberme quedado a estudiar, como había planeado. Además, quizá Fabiola no fuera todo lo divina que parecía. ¡Quién sabe!

Pero allí estaba esperándola... como si fuera la única mujer del mundo. Tras pensar esto, me sentí muy débil: como si dependiera ya totalmente de ella. Otras no me hacen ni caso, pero no por eso, debo valorarme poco". Mi amigo, Santos, me daría una colleja, por lo menos, si supiera que estoy con estos pensamientos. Él no se imaginaría que yo había quedado con Fabiola... y menos teniendo que estudiar. Mi fama de tímido, cultivada durante años, se iba a ver hoy segada por el destino.

Era pronto para que apareciese Fabiola. Se me ocurrió entrar, y tomar algo en la barra, pero daba el sol allí, y corría una brisa suave, que me dejaba sin ganas de moverme, introducido en mis reflexiones. Van a tener razón quienes dicen que el sol y sus rayos uva son adictivos: Ya hay médicos advirtiendo que el abuso de exponerse al astro solar, nos traerá, seguro, melanomas. Me niego a acabar con un cáncer de piel, o incluso, con alguna mutación genética, que también por una exposición prolongada, sin protección, al sol, hay quien ha avisado de tal peligro. Ya preveo que, en las playas, a los avioncillos que llevan anuncios escritos en una pancarta, de Martini, o de cerveza San Miguel, etc., les tengan que contratar para llevar mensajes de que tomar el sol perjudica seriamente la salud... como si cada baño de sol fuera equiparable a fumarse un paquete diario de Ducados. Lo uno provocaría cáncer de piel... lo otro, de pulmón.

Iba a ser un cobarde y un impresentable por dejar plantada a Fabiola. De repente, me entró pánico... y es lo que estuve a punto de hacer. En el Olimpo de los dioses, alguno estaba resuelto a llevarme la contraria, porque allí apareció ella con una camisa abrochada sólo desde el tercer, o cuarto, botón, y con una corta falda azulona.

Cegado por la luz, de lo primero que me percaté fue de una figura muy estilizada que me hablaba:

- No entraste. Sí, mejor vamos a otro sitio.

- Vamos donde quieras, pero no voy a quedarme mucho tiempo, porque voy a estudiar. Tengo exámenes la semana que viene -anoté.

- Bueno, otro día que puedas, estaremos más tiempo.

A los dos minutos, nos sentamos en una terraza en la que abundaba la sombra. Por el camino, me estuvo comentando que prefería que su hermano no la viera con ningún chico... que era muy posesivo... por eso era mejor, que yo la hubiera esperado fuera.

Si me lo hubiera dicho por teléfono, a mí no me hubiera importado quedar en otro sitio. De hecho, me parecía bastante lógico que un hermano se preocupara por con quién fuera su hermana. Hasta yo con Nadia, que todavía me parecía una niña y, sin embargo, empezaba a entrar en una edad crítica para tonteos y coqueteos, reparaba bastante con los amigos que tenía ésta.

Fabiola ya era mayorcita. Rondaría los veintitantos. Tendría, incluso, algún año más que yo... pero, el amor fraternal, es el amor fraternal. Y, por sus curvas y su delantera, era más que obvio que los que se acercaran a ella, no siempre lo iban a hacer con buenas intenciones. En todo caso, a mí se me acercó ella. No sabemos si bien o mal, pero fue ella la que eligió.

El camarero salió raudo hacia nosotros, y nos preguntó qué queríamos tomar. Yo, sin pensar, pedí una cerveza... y Fabiola un zumo. Enseguida volvió con las bebidas.

A continuación, Fabiola se puso a disertar sobre Brasil, y su vida allí. Engatusado totalmente, miraba sus ojos azules, o si no, esos labios suyos tan carnosos.

- Ya te dije que éramos de Sao Paulo. En su trabajo, a mi hermano lo trasladaron a California, pero allá lo trataban muy mal. Y se vino a España... montó el bar, y el resto ya lo sabes: Elegí venir a acompañarlo... y acá estoy.

- Te costaría mucho irte de Sao Paulo -incidí.

- La verdad es que sí. Yo trabajaba en un centro comercial, después de acabar la escuela, y vivía en una hermosa casa, al lado de un parque, con el resto de la familia. Supongo que quedé bastante maleada con un brote que hubo allá de sarampión, que afectó a un montón de gente conocida... entre ellos a un sobrino, que murió. Sin embargo, lo peor fue el asesinato, sin resolver, de mi papá: Le balearon tras ir a ver un partido de fútbol del barrio. Los vecinos intercambiaron tiros con los agresores, pero éstos lograron huir en un coche. Por todo eso, decidí irme lejos... y así, poder olvidar.

La chica aplacó su sed.

- Lo siento. No quería abrir viejas heridas -me sinceré, limpiándole una lágrima furtiva.

- No importa. Está superado -corrigió.

(Continuará).

Nota: Para ver en la página web de "Ataxia y atáxicos" una breve descripción, y cómo adquirirlos, de los cinco libros publicados por Pilar Ana Tolosana Artola, paciente de Ataxia de Friedreich, de Vitoria, pinchar en el siguiente enlace: Cinco libros de Pilar Ana Tolosana.

********************

2- Sección "PowerPoint del día":

Para visionar y/o guardar el archivo PowerPoint, hacer click en: ¡Cateto a babor!.

Esto sí que es "ir por lana, y volver trasquilado" :-)

********************

3- Sección "Artículo recomendado":

En esta sección, hoy se insertan dos videos, de 15 minutos cada uno, alojados en "Youtube", sobre María Pino, paciente de Ataxia de Friedreich, de Tenerife, al respecto de acto ya noticiado, en texto, en este blog. Ver en: Mujeres extraordinarias.

Antes de los videos recordar que la misma María Pino, en su página web, anuncia, para hoy, un acto de presentación de su libro "Con alas en los pies". Ver en: Presentación, martes 5 de abril, en el I.E.S Las Indias, en Santa Cruz de Tenerife

Primera parte:



Primera parte:



*******************

1 comentario: