Por Adeli Gutiérrez Padilla, paciente de ataxia, por derrame cerebral, de Vélez-Málaga.
Adeli Gutiérrez Padilla |
Habréis notado que si alguien nos dice algo agradable por la mañana temprano, percibimos en nuestro interior una sensación de gozo, de placer, de alegría, durante toda la jornada... y afrontamos lo que venga ese día con mejor humor, encontrando mil soluciones a los problemas que se presenten... Y también que, cuando alguien nos dice algo salido desde lo más profundo de su corazón, de una manera asombrosa, llega directamente al nuestro: Por eso, decimos muchas veces que cierta persona nos ha tocado el alma cuando nos dijo algo que nos gustó. ¿A que es increíble el efecto que tienen las palabras? ¿Veis como son poderosas...?
Pero, para que esto ocurra, no hay que esperar a que los demás sean amables con nosotros. No... primero hay que ser gentil, cortés... y veremos cómo cambia la manera de comportarse con nosotros de aquel/lla a quien te diriges. Porque, si le hablas y te comportas como un borde y antipático, no se puede esperar más que malas expresiones y malos gestos. ¿Y a qué eso no gusta... verdad? Pues no hagamos lo que no nos gusta que hagan con nosotros. Hay que cuidar lo que se dice y cómo se dice (que el tono también influye mucho). Es preciso recordar que la vida es como un boomerang: lo que des, eso te devuelve.
Las palabras contienen la fuerza más potente que posee la humanidad. Podemos utilizarlas de muchas maneras, constructivamente, con palabras de aliento, de ánimo, de apoyo, alabando o reconociendo el valor de alguien: Que, aparte de hablar en favor de quien así se expresa, estas palabras tan positivas y llenas de humildad, poseen la energía y el poder de ayudar... de sanar.
O bien, todo lo contrario, si las utilizamos destructivamente, empleando palabras negativas, podemos hundir en la más absoluta de las miserias a alguien: obstaculizando, anulando, dañando, y humillando, a esa persona. Esto suele ser muy peligroso psicológicamente. Ha de pensarse bien, antes de expresar las palabras, cómo se quiere utilizarlas.
Pienso que las palabras NO SE LAS LLEVA EL VIENTO, (como se suele decir): quedan enganchadas en las mentes y corazones de quien las expresa y de quien las recibe. Yo le doy mucha importancia a este punto. Sin embargo, veo que, en la sociedad actual, cada vez se le da menos valor. ¿Y por qué está pasando esto...? Porque cada vez hay más desconfianza, más intolerancias, más envidias... y sólo con dar tu palabra, no es bastante. ¡Qué pena!.
De nuestras palabras depende nuestro futuro... no ha de olvidarse. Así que vamos a cambiar nuestra vida poco a poco, empezando por cuidar lo que decimos... vamos a intentar alegrarle el día con expresiones agradables a quien a nosotros se dirija. ¡Que cuesta muy poco hacer felices a los demás!.
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2- Sección 'Vídeo del día'
Seguimos con el mismo tema de la sección anterior: 'El poder de las palabras' ... La bella canción que sonará como fondo, se titula: 'Hello' ... Canta 'Evanescence'.
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Muchas gracias Miguel
ResponderEliminarEs una mujer muy luchadora y emprendora un ejemplo a seguir en toda regla
ResponderEliminarGracias, Adeli.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.