Por Miguel-A. Cibrián), paciente de Ataxia de Friedreich.
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Nota previa: "Villanueva de Odra es la población rural donde nací, en el año 1954... y, salvo los cursos que estuve en internados durante mi época de estudiante, he vivido hasta mis 61 años. Actualmente, resido en la ciudad de Burgos".
Iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, en Villanueva de Odra... Fotografía de Lourdes Cibrián |
Hablar de 'la fiesta' con el artículo delante, es referirse al día del Santo Patrón, antes conocido por "la función": en Villanueva es San Pedro Apóstol, 29 de junio.
No voy describir la fiesta actual, porque ése es un tema que no me sé. He vivido recluido durante los últimos años: En parte, por percepciones erróneas, y en parte por imposiciones de salud. Pero ambos motivos no resultan fácilmente comprensibles... así que no intentaré justificarme, porque no se me entendería. Es como es... y vale... En cualquier caso, con mis ojos de viejo herido por la degeneración, veo la actual fiesta muy forzada: Mantener la costumbre de la "música" con un número de habitantes tan reducido, tal vez sea aferrarse a la última bandera que nos distingue como pueblos... en plural porque el problema de la despoblación rural es general... Pero no me hagáis caso: Es loable que esa bandera como pueblo siga hizada mientras queden renacuajos. ¡¡Viva la fiesta de San Pedro... incluidos música y bailes!!.
Yo solamente sabría detallar nuestra fiesta, la de "in illo tempore", celebrada con la poderosa razón de la juventud de una población, en la cual, al menos, cada anciano tenía sus relevos... Pero 'mi pasado y repasado, ya de moda', no quita a mis deseos de incluir las fiestas patronales actuales en este serial historiador sobre Villanueva. Para ello, solicito un voluntario/a que me redacte un texto sobre la fiesta actual. Se añadirá, bajo su nombre de autor/a en una segunda parte de este mismo capítulo. Enviémelo por Facebook, o al e-mail
Imagen de San Pedro, en Villanueva de Odra... Foto de autor desconocido |
Antaño, los preparativos de la fiesta comenzaban con muchos días de antelación. Era un periodo muy intenso en los hogares: No sólo por la fiesta, sino también porque la fecha festiva caía en días previos al comienzo de la recolección, en la cual también tenían que implicarse a tope la mujer, y no sería tiempo muy propicio para lavados de ropa en el río. Había, por tanto, que dejar todo lavado y limpio antes de meterse en la cosecha del verano... Blanqueaban con cal (encalaban, o jalbegaban) los interiores de las casas, y sacaban la mejor ropa del baúl, o preparaban otra para estrenar el día de la fiesta... Ja, ja, decía, a modo de exclamación por el trajín preparativo de las fechas, el difunto Germán, siempre dicharachero: "¡Las hija desnudas... y San Pedro encima!".
El auténtico aire festivo llegaba la víspera: Mataban, de mañana los animales cebados preparados para los convites (vendrían a comer numerosos comensales... "¡Los niños a comer a la cocina...! No, mira, si les ponemos una mesa en portal, tendremos más sitio libre para entrar y salir de la cocina mientras servimos. ¡Buena idea!... ¿Has molido ya el café...? ¿Tienes coñac... y anís?"... ¡Asadura (sangre coagulada y vísceras del cordero) para comer!... Luego, se comenzaba la tarde con un toque de campanas: el típico "¡mañana es fiesta!". Y, finalmente, llegaban en el coche de línea (autobús) los músicos, conocidos como 'gaiteros' (aunque no tenían gaitas)... y anunciaban su presencia en el pueblo con un pasacalles... Recuerdo que de niño guardaban sus instrumentos musicales en una casa entonces deshabitada cercana a la mía (hoy propiedad de Justi de la Hera)... y es que sus hermanos, Victorino, Paco, e Ignacio, eran mozos ajustantes del evento musical.
Bueno ésa cuestión de los músicos, quizás su relevo generacional y el devenir de los nuevos tiempos, se convirtió en un problemón a la hora de "ajustar" una música en una pequeña población. Tales gaiteros (sin gaita) era simples aficionados que tocaban al oído, disfrutando de la música... sin demasiadas exigencias... no sólo en cuanto a su salario... lo habitual era que no pusieran impedimentos a tocar sus instrumentos al aire libre, en la plaza... que comieran, cenaran, y durmieran, repartidos entre las casas de los mozos ajustantes... Todo esto cambió diametralmente en muy poco tiempo: los músicos ya cobraban un pastón... nada de tocar al aire libre... había que pagarles hotel y restaurante... y, si quieres dianas, 'búscate otro': Había que buscar financiación... celebrar el baile en un lugar cerrado, y cobra entradas a los asistentes... y ayudarse económicamente de la recaudación procedente de la instalación de una barra de bar... Y supongo que ajustar un evento musical se estaba convirtiendo en algo muy complejo.
"La música o gaita" la "ajustaban" los mozos, contaban: Con el pago de "dianas" y la aportación de los padres de las mozas, ambas cosas "a voluntad". El Ayuntamiento les ayudaba con otra cantidad. Y finalmente, con los cantineros y con los almendreros, estos últimos "ponían el bote", juego de apuestas con un dado, seis números y un bote que servía a la vez, de cubilete para lanzar un dado, acordaban un importe. El resto "a escote" entre los mozos.
Bueno... yo no sé si actualmente existe esto de los almendreros y el bote... Supongo que ya no... Vamos a ver: Lo de los tales almendreros (vendedores de almendras garrapiñadas), era la tapadera para que una sociedad instalara el juego de dinero de "el bote (arriba detallado). Tal juego era ilegal, aunque nadie dijera nada... por pura conveniencia. Si llegaba la guardia civil tapaban el juego y se ponían a vender descaradamente almendras. Por supuesto que era imposible que la guardia civil no supiera la existencia de tales estratagemas, o no se diera cuenta de nada, y se tragara tan burda parodia... Es decir, se hacía la vista gorda.
Lo dicho en párrafo anterior es fácil de entender para quienes lo hemos vivido de alguna manera, pero muy difícil para los demás. Por ello explico: El bote es un juego ventajista: Las apuestas se pagaban multiplicadas por cinco... y todo el mundo sabe que un dado tiene seis caras... En fin, los almendreros (la banca del juego) contribuían económicamente al ajuste de la música. El alcalde se encargaba de invitar a comer y a cenar a los guardias civiles. Éstos hacían la vista gorda. Y todos conformes, excepto quienes jugaban y perdían.
Procesión de San Pedro, en Villanueva de Odra. Foto de autos descocido, de hacia el año 1960... El monaguillo es Isidro Cartón... y los portadores de la imagen, Lucinio y Victorino
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El día de "la función", los "músicos" acudían a casa del señor cura a buscarle para la Misa solemne y procesión. Y en la misa tocaban el himno nacional durante la consagración. Y, finalizados los ritos religiosos, le acompañaban, también con música, en su vuelta a casa... Bueno... por estas cosas que entonces se veían con la mayor de las naturalidades, hoy algunos políticos pondrían el grito en el cielo... Ahora no lo sé, porque, por razones de salud, no voy a tal Misa ni a la procesión desde hace más de 30 años... sin embargo, creo que aún se toca en ambos ritos. Por tanto, no son cosas los tiempos de la dictadura gubernamental, sino del sentir de la gente... ¡Y los políticos que se metan en su casa!.
La comida el día de la fiesta siempre era especial, invitaban a los familiares y amigos residentes fuera del pueblo.
Los solteros y matrimonios jóvenes el día de la función disfrutaban del baile público con verbena.
Y los más pequeños gastaban las propinas en unos chochos o en unas almendras garapiñadas, que el vendedor les ponía en un cucurucho de papel y en otras golosinas y chucherías a las que no tenían acceso los días corrientes... y se vendían en sendos tenderetes... hasta cosas ridículas para fardar, como simulaciones de relojes de muñeca, o gafas de sol de plástico... y no faltaban instrumentos ruidosos como los trompetines y el matasuegras... tampoco faltaban los petardos, para incordiar a las parejas de baile y escapar corriendo...
En la fiesta de cada pueblo era imprescindible el retumbar de los cohetes.
El segundo día de la función, conocido en Villanueva respetuosamente con el diminutivo del Santo, de mañana con gran acompañamiento, se "daban las dianas" casa por casa. Antes de comenzar el toque musical, se pedía consentimiento al dueño. La respuesta siempre era afirmativa, a no ser por el fallecimiento reciente de algún familiar... con licencia para "dar manta" (sacar de la cama) a las muchachas dormilonas por el trasnoche de la verbena del día anterior.
El baile y la verbena despedían el festejo hasta el año siguiente.
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Fiestas patronales de Villanueva... desde la visión actual: (Ver capítulo 53-7-).
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