Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich, residente en Barcelona.
Notas del administrador del blog:
Debido a la progresión de la enfermedad, Bartolomé ya no está en condiciones para usar ordenador. Este poema está fechado en mayo de 2006, y forma parte de su libro 'Sentimientos de una vida'.
Bartolomé nació, y vivió hasta en los 25 años, en Jódar (provincia de Jaén)... Reside en Barcelona...
Es este poema se puede apreciar cómo Bartolomé pone en verso su situación personal en un momento de progresión de su ataxia bastante avanzado.
Bartolomé se halla bien dentro de lo que cabe... eso me dijo por teléfono ayer su esposa... a él no le entendí nada de nada... normal: tiene mucha disartria... y yo no oigo un carajo...
Soñando luz donde sólo hay oscuridades
Se vislumbra nubes carmesíes
en estas lisonjeras tardes de abril,
que deleita admirar tras ventanales,
donde el sol, en decadencia,
se encubre suavemente
entre montañas, sierras y valles.
Se extinguen hermosas puestas de sol.
Se agazapan las sombrías sombras
resbalando por las paredes
en este ocaso primaveral,
haciendo que el alma sienta
los pequeños regalos
otorgados por la vida.
En estas deliciosas tardes de abril,
se eclipsa el alma en una amalgama de colores,
donde la luz es dulzura de mil sabores,
haciendo de mi vivir
caricias mil...
Pasaron los eternos días del frío invierno,
en silencio y lastimado:
atrás quedan con el adherido pago
de la sucia parda de la aflicción.
Llega la primavera radiante de sol.
Enamorado de ella,
ansío lo sublime de la vida.
¡Cuánta dulzura, en goces,
con el salobre gusto de la existencia que me cobija
bajo el místico cielo vaporoso en lo infinito,
adonde volar quiere el espíritu!.
Cautivo e indigente en mi vivir,
penado por mis males voy herido:
Más pobre nací, que vivo...
y, aún, más pobre he de morir
en esa bendita tierra de mis esencias,
donde jamás me sentiré cautivo.
¡Oh, triste de mí,
que ni elevarse puede,
atado por terrenales tormentos
de cárcel corporal,
con latidos de un corazón doliente
revestido de ardientes y bellos
deseos y sentimientos.
Jaraneras gaviotas,
vuelan sobre estelas de espuma blanca,
deliciosa quietud de la mar,
donde la luna dilata
grandes regueros de plata,
dando alivio a esta desazón
que atesora cuerpo y alma.
De cuánto fui, no queda nada:
Sólo ausencia en los recuerdos,
que hacen feliz el alma,
dichosa de haber nacido,
tener de esposa un ángel,
y de delectación un hijo.
Estrella de la mañana de una bella primavera.
Atribulado porque no la veo.
Pasó fugaz el lucero de la cordura,
como corriente impetuosa
en un solitario cometa de esperanzas encubiertas.
Si alcanzar pudiera una sola estrella
de las soñadas en quimeras
por este afortunado soñador,
¡brincos darían en mi "trono" de ruedas,
que alas pusieran para morar en ellas!.
Mas tengo que cejar en mi empeño:
ya que los sueños, sueños son.
Por mucho que soñare en mis desatinos,
nunca llegaría a tales heroísmos,
por hallarme ligado a mi destino.
Sueño soñando en el otoño
de esta luminaria de la vida,
donde su luz enaltece el alma
hasta la misma eternidad.
Se disipan las nubes en esta bella primavera...
Si gozar pudiera...
Habla el corazón, y calma al alma.
Los sueños ensalzan el alba de pureza infinita
que a la aurora envidia.
El corazón se detiene, ya no se aflige.
Ahora es el alma quien calma su aflicción.
Lo poético emana del alma
al manifestar todo cuanto sientes,
aunque no se ajuste a reglas.
Mi cansado corazón vive
soñando luz...
donde sólo hay oscuridades.
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