Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich, de la provincia de Jaén, residente en Barcelona.
Cuentos del abuelo - La flor de la felicidad (Primera parte)
Juan, Ernesto, y Eduardo, eran tres hermanos, huérfanos de padre y madre, que vivían de lo que les producía un poco de tierra heredada de sus padres. Trabajando mucho, no les faltaba lo necesario para vivir. Pero, a pesar de ello, Juan y Ernesto se quejaban siempre de su destino.
– ¡Esto no es vivir! ¡Maldito trabajo! –decían.
En cambio, Eduardo amaba su oficio, y, cuando sus hermanos se quejaban amargamente, les respondía:
– ¡No podemos quejarnos! Aunque trabajamos mucho, nos ganamos la vida.
– ¿¡Pero qué vida!? –preguntaba Juan–. ¡Siempre va uno sucio!.
– Y encima, con tanto trabajo como tenemos, no podemos divertirnos, ni disfrutar -añadía Ernesto.
Y todos los días eran las mismas quejas, y el mismo mal humor.
Un día Juan llegó a casa todo alborozado:
– ¡Traigo una gran noticia! –dijo a sus hermanos-. Por el pueblo se dice que en el pico más alto de la sierra de Montebello existe una flor única en el mundo. Se llama la flor de la felicidad, y se dice que tiene una virtud maravillosa.
– Y... ¿en qué consiste esa felicidad?.
– En que el afortunado mortal que dé con ella, conseguirá de la flor tres deseos, los tres primeros que le pida.
– Como cuento, no está mal –respondió Eduardo–. Pero debéis comprender que si esta flor hubiera existido, infinidad de gente se habría lanzado ya en su búsqueda.
– Sí, claro, pero hay un problema. Dicen que crece en un sitio tan peligroso, que una persona sola, sin ayuda de nadie más, no puede llegar. Ya sabéis cómo es la gente: nadie quiere ayudar al amigo o al hermano. Todo el mundo quiere exclusivamente para él solo las tres gracias de la flor... Nosotros somos tres. Unidos, he pensado que podríamos ir en su búsqueda... y, si podemos dar con ella, pedirle cada uno un deseo.
Como los tres hermanos se amaban, se avinieron a ello, y al día siguiente partieron hacia Montebello.
Tuvieron muchas dificultades, y superaron todos los obstáculos y penalidades. Al fin encontraron la flor de la felicidad... y la arrancaron, con tanto peligro, que, a no ser tres ayudándose mutuamente, hubiese sido tarea imposible.
Era una flor magnífica, de colores variados y vivos, y con un aroma tan penetrante, que hasta llegaba a ofender al olfato.
– ¡Ya es nuestra! –dijo Juan–. Es tal como me la describieron.
– ¡Pues a pedirle en seguida los deseos, antes de que se marchite! –añadió Ernesto.
– Mientras no sea un cuento... –terció Eduardo.
– Cuento o no... por sí acaso, yo voy a pedir lo mío –dijo el hermano mayor. Y, dirigiéndose a la flor, que sostenía con su diestra, dijo:
“Flor bella y maravillosa,
flor de la felicidad,
hazme un hombre poderoso,
para poder dominar".
A continuación, tomó la flor el hermano segundo, y pidió:
“Bella, flor, por tu virtud,
y en gracia a tu gran belleza,
concédeme sólo un don,
y dame inmensa riqueza”.
– Ahora tú –sugirió Juan a Eduardo.
El hermano menor tomó la flor y dijo:
“Flor de aroma penetrante,
si es cierta tu gran virtud,
haz que en mi vida no falten
el trabajo y la salud”.
Al oír esta petición, los hermanos se escandalizaron.
– ¡¿Estás loco?! –decían–. Es una ocasión única en la vida, y la desaprovechas de este modo. ¿Pero es que no estás harto ya de trabajar?.
– Yo no quiero quebraderos de cabeza. Teniendo salud y no faltándome el trabajo, seré el hombre más feliz del mundo.
(Continuara mañana).
NOTA: Para ir al libro, de acceso gratuito, "Mi pequeño diario", escrito por Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich, hacer click en: http://www.miguel-a.es/BPMILI/
********************
2- Sección "PowerPoint del día":
Para visionar y/o guardar el archivo PowerPoint, hacer click en: ¿La verdad es una mentira bien dicha?.
La canción que suena es de Albert Hamond. Creo que yo tenía 20 o 21 años cuando estaba de moda... osease, hace 34 o 35 años. Hamond es compositor y cantante... aunque nació en Londres, vivió mucho tiempo en Gibraltar, antes de irse a los Estados Unidos. Usa ambos idiomas: inglés y español..
********************
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Gracias, Bartolomé. Continuará mañana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.
Bueno, pues ya estoy impaciente por conocer la continuación y final del cuento.
ResponderEliminarUn saludo.