La muerte es gabela de la existencia

Blog "Ataxia y atáxicos".
(Por Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich, de la provincia de Jaén, residente en Barcelona).

La inmortalidad del alma
es armonía de la vida.
Le pregunté una vez si existía.
Y ella me respondió:
“¿Qué te dice tu fe?".
La mía no tiene duda.

Una melódica canción
pugna por quebrantar el silencio.
En denso elipsis,
queda en afonía,
y se eleva en el firmamento.
Por hablar con dulzura,
se oye el tic-tac de un corazón,
cansado en su lento latir,
que, al fin, entreabre su cárcel.

Un sembrado, una hoguera...
un ejército infinito de luceros.
La voluptuosidad del humo
sube hacia las estrellas.
Chisporrotea la hoguera...
y los recuerdos son de cariño.
Las partículas se desprenden del fuego.
¿Qué te recuerdan estas volátiles cenizas?
¿Quizás algún hijo?.

Todo es “gabela de la existencia”.
Mas no es posible volar con ella:
Su sitio está junto a la fogata.
La límpida madrugada envuelve el rostro.
Porlas mejillas corren las lágrimas,
buscan la caricia de un olivo,
un pino... un abeto...

Se oye una voz soñolienta:
Sugiere que tienes frío,
y debes acércate a la candela...
y, también, olvidarte de la hora
que la noche guarda misterios,
que ni la aurora sabe...
y, cuando se vela,
el tiempo se hace eterno.

Hizo caso el campesino,
pero no dejó de mirar al cielo:
Las volutas de humo se elevaban,
y se figuró, en ellas, un ruiseñor,
preso en las redes del destino...
cantando con más dulzura que nunca,
con singular melodía que,
como si volar pudiera,
escapó en pesadilla sin retorno.

Un roncal,
cautivo en la malla de un cazador,
cantó con más dulzura que nunca,
como si con la fugaz melodía,
pudiera volar, y apartar la red.
Al anochecer, el trampero cogió su presa.
El ruiseñor jamás recuperó su libertad.
Todos los seres vivos han de morir,
pero las canciones pueden vivir eternamente.
En mi silla de ruedas, busco la liberación.

Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich. Barcelona, junio, 2011.

Nota del administrador del blog:

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