Por Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich, residente en Barcelona.
Notas del administrador del blog:
Debido a la progresión de la enfermedad, Bartolomé ya no está en condiciones para usar ordenador. Este poema está fechado en abril de 2005, y forma parte de su libro 'Sentimientos de una vida'.
Bartolomé nació, y vivió hasta en los 20 años, en Jódar (provincia de Jaén)... Reside en Barcelona...
Es este poema se puede apreciar cómo Bartolomé pone en verso su situación personal en un momento de progresión de su ataxia bastante avanzado, devanando en sus recuerdos.
¡Maravillosa la vida con recuerdos y esperanzas!
Maravillosa la vida, da vida a mí vida.
Caudal y fantasía reina en el alma, "to'a la vi'a",
con sonidos de "quejíos" moros.
¡Cantes de Andalucía!
¡ Sardanas de Cataluña!
¡Profundos y bellos contrastes!
¡Crisol heterogéneo de culturas!
¡Maravillosa gente de calle!
¡Corazones nobles!
¡Generosos!.
Madre y excelente madrastra
en mi vida habéis sido.
De secano fui...
en majestuoso mar me convertí,
trocando sonidos de guitarras por el de caracolas.
¡Río y mar...!
¡Mar y río!
¡Agua de un mismo caudal!.
Al pie del Tibidabo,
bajo la luna dormida,
yace la Ciudad Condal,
bañada por el Mediterráneo.
De corona, Montserrat.
¡Volcán de eternos sueños!
¡Recuerdos y más recuerdos!
El alma se nutre de ellos,
marchitándose con efímeras quimeras,
extinguiéndose entre suspiros y lágrimas.
Halcón peregrino, en mis ensueños soy.
A verte voy para no olvidarte.
De verte vengo...
Henchido el corazón, de pueblo...
Nostalgias se desgarran
en enredadas nubes en la cima de la montaña
de mis melancólicas morriñas y desasosiegos.
Aristas de un mismo cuerpo que bajar quiere
hasta el último peldaño de la inconsciencia.
La vida es anestesista del tiempo.
¡Infinito el tiempo!
¡Divina añoranza!
¡Nostálgicos sentimientos!
Marchitando todo cuanto esté bajo su manto,
llegará el estío.
Más el lirismo, belleza de la vida,
continuará floreciendo diáfano y puro
en los amaneceres de mis insomnios,
remembranzas del alma.
Agridulces lágrimas brotan en silencio,
acuosas, por las mejillas se deslizan,
dejando en ellas surcos de...
vida...
El alma y todo yo, vuela,
recordando donde nací...
desconociendo donde moriré...
Vivo sin vivir en mí...
preguntándome:
¿Cómo puedo vivir lejos de ti,
si no existe el olvido?.
Fatigado,
el corazón late de alegría cuando oigo su nombre:
¡Jódar!
¡Amado e inolvidable pueblo!
Donde, por primera vez, vi la luz del sol...
El alma se funde en la bóveda de la noche,
ceñida en mantillas de hilo de seda...
pañoletas...
Herido por los recuerdos,
dejo tras de mí jirones de viento en movimiento.
Todo se deshace en ventoleras de hastío
que se desvanece en el silencio
de verdes olivares y lechuzas de ancestral insomnio.
Azules olas, con ondulaciones de sirenas,
disipan en el cielo de un sereno mar.
La bruma del alba descubre la belleza de la luna.
Sentimientos...
Torbellinos de amor anidan en el latir cansado del corazón.
Peregrino de un mundo desconocido de los sentidos,
descubro el saber de la lectura,
manuscritos por la pluma de peregrinos en el saber.
Son océanos de sabiduría,
adormeciéndo el delicado palpitar de un corazón.
El dulce embeleso de los recuerdos
destapa con suave deleite el embrujo de la luna.
La belleza de cuanto veo,
incita a la ensoñación,
agitando los sentidos sumergidos en el subconsciente,
persiguiendo la quimera de lo imposible.
Desnuda el alma,
como cascada de río,
despliega las velas de mis insomnios.
¡Quebranto de quebrados sueños
en la noche de los tiempos!
La fuerza de la vida escudriña vestigios sugestivos
gestados por el arte virtuoso de la alborea.
La orfebrería de un nuevo día da luz a mi dormida alma
en brazos postreros de una nueva vida
que impoluta tornará:
¡Libre de rodantes tronos de sillas!.
********************
Maravillosa la vida, da vida a mí vida.
Caudal y fantasía reina en el alma, "to'a la vi'a",
con sonidos de "quejíos" moros.
¡Cantes de Andalucía!
¡ Sardanas de Cataluña!
¡Profundos y bellos contrastes!
¡Crisol heterogéneo de culturas!
¡Maravillosa gente de calle!
¡Corazones nobles!
¡Generosos!.
Madre y excelente madrastra
en mi vida habéis sido.
De secano fui...
en majestuoso mar me convertí,
trocando sonidos de guitarras por el de caracolas.
¡Río y mar...!
¡Mar y río!
¡Agua de un mismo caudal!.
Al pie del Tibidabo,
bajo la luna dormida,
yace la Ciudad Condal,
bañada por el Mediterráneo.
De corona, Montserrat.
Montserrat |
¡Volcán de eternos sueños!
¡Recuerdos y más recuerdos!
El alma se nutre de ellos,
marchitándose con efímeras quimeras,
extinguiéndose entre suspiros y lágrimas.
Halcón peregrino, en mis ensueños soy.
A verte voy para no olvidarte.
De verte vengo...
Henchido el corazón, de pueblo...
Nostalgias se desgarran
en enredadas nubes en la cima de la montaña
de mis melancólicas morriñas y desasosiegos.
Aristas de un mismo cuerpo que bajar quiere
hasta el último peldaño de la inconsciencia.
La vida es anestesista del tiempo.
¡Infinito el tiempo!
¡Divina añoranza!
¡Nostálgicos sentimientos!
Marchitando todo cuanto esté bajo su manto,
llegará el estío.
Más el lirismo, belleza de la vida,
continuará floreciendo diáfano y puro
en los amaneceres de mis insomnios,
remembranzas del alma.
Agridulces lágrimas brotan en silencio,
acuosas, por las mejillas se deslizan,
dejando en ellas surcos de...
vida...
El alma y todo yo, vuela,
recordando donde nací...
desconociendo donde moriré...
Vivo sin vivir en mí...
preguntándome:
¿Cómo puedo vivir lejos de ti,
si no existe el olvido?.
Fatigado,
el corazón late de alegría cuando oigo su nombre:
¡Jódar!
¡Amado e inolvidable pueblo!
Donde, por primera vez, vi la luz del sol...
Jódar (Jaén) |
El alma se funde en la bóveda de la noche,
ceñida en mantillas de hilo de seda...
pañoletas...
Herido por los recuerdos,
dejo tras de mí jirones de viento en movimiento.
Todo se deshace en ventoleras de hastío
que se desvanece en el silencio
de verdes olivares y lechuzas de ancestral insomnio.
Azules olas, con ondulaciones de sirenas,
disipan en el cielo de un sereno mar.
La bruma del alba descubre la belleza de la luna.
Sentimientos...
Torbellinos de amor anidan en el latir cansado del corazón.
Peregrino de un mundo desconocido de los sentidos,
descubro el saber de la lectura,
manuscritos por la pluma de peregrinos en el saber.
Son océanos de sabiduría,
adormeciéndo el delicado palpitar de un corazón.
El dulce embeleso de los recuerdos
destapa con suave deleite el embrujo de la luna.
La belleza de cuanto veo,
incita a la ensoñación,
agitando los sentidos sumergidos en el subconsciente,
persiguiendo la quimera de lo imposible.
Desnuda el alma,
como cascada de río,
despliega las velas de mis insomnios.
¡Quebranto de quebrados sueños
en la noche de los tiempos!
La fuerza de la vida escudriña vestigios sugestivos
gestados por el arte virtuoso de la alborea.
La orfebrería de un nuevo día da luz a mi dormida alma
en brazos postreros de una nueva vida
que impoluta tornará:
¡Libre de rodantes tronos de sillas!.
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