Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Miguel-A. Cibrián, paciente de Ataxia de Friedreich, de la provincia de Burgos.
Cuando pasó por mi cabeza abrir una sección de cine en este blog, cuya temática gira en torno a la ataxia y los atáxicos, no pretendía que los temas peliculeros se centraran únicamente en enfermedad y discapacidad. Aunque tales asuntos pueden ser de interés para los lectores del blog, porque, de una u otra forma, estamos inmersos en esos mundillos. Sn embargo, tratarlos reiterativamente y de forma continuada, resultaría depresivo. Sí, somos atáxicos, pero, por encima de ello, personas
Pensaba en cine de todos los géneros. Si bien, como apunte, necesitaba ayuda para ello: Ya reconocí no tener ni un pelo de cinéfilo... y, sobre títulos de películas, recordar pocos más que 'Lo que el viento se llevó". Se ve que no debió llevárselo del todo, porque algo dejó en mi mente :-)
Hoy, sin conexion directa con la ataxia, se pone una superproducción (¡y tanto...!) del año 1974, catalogada como cine del género catastrófico. Sin embargo, a pesar de los años transcurridos, no ha perdido vigencia. Al menos, a un nefasto señor, llamado Ben Laden, se le ocurrió la mala idea de ponerla de actualidad, con métodos terroristas, hace ua docena de años.
'The Towering Inferno' es una película, de dos horas y media de duración, del año 1974, co-dirigida por John Guillermin, e Irwin Allen, y protagonizada por Steve McQueen, y Paul Newman. En España, se tituló 'El coloso en llamas', y en Latinoamérica, 'Infierno en la torre'. Y está basada en las novelas 'The Tower', de Richard Martin Stern, y 'The Glass Inferno', de Thomas N. Scortia y Frank M. Robinson. La película ganó, entre otros premios, tres Oscar's: a la mejor fotografía, al mejor montaje, y a la mejor canción.
Argumento:
El rascacielos más alto del mundo acaba de ser construido en San Francisco, y se organiza una fiesta con numerosos invitados en la sala de baile, situada en la planta más alta. De repente, un fallo en la instalación eléctrica provoca un incendio. Los asistentes a la velada tienen pocas probabilidades de sobrevivir, al estar a una altura tan elevada. Y a los bomberos les resulta casi imposible controlar el infierno desatado. Pero, el arquitecto del rascacielos (Paul Newman) contacta con el jefe de bomberos (Steve McQueen), y le plantea una idea.
Notas:
1- Estos dos últimos párrrafos son extractos de la enciclopedia Wikipedia.
2- Ya sabéis el cuento de "la pata de palo...", ¿no...? ¡Nos vemos en el barco!.
A continuación pego un texto que escribí sobre este tema hacia la segunda mitad de la década de 1990. Forma parte de una recopilación de unos 200 escritos titulada 'Negros nubarrones el el horizonte'... en alusión a mi proceso degenerativo de la Ataxia de Friedreich. Si bien, tuve buen cuidado de mezclarlos, puesto que, ordenados por fechas, hubieran dejado rastos de la existencia de distintas etapas en mi estado de ánimo.
40- 'El coloso en llamas'
Probablemente hayan pasado casi veinte años, fueron tiempos mejores, desde que vi en el cine esta película tan agradable. Me gusto tanto, que repetí visita a la sesión cinematográfica a los pocos días. Por tanto, en la segunda ocasión, ya sabía que el protagonista, Paul Newman, no se quemaba en el incendio, pero no me importó saberlo. Viene esta jocosa referencia a cuento de un chiste, con mucho ingenio, que circula por ahí:
"Dos amigos fueron juntos a pasar la tarde al cine. Entrarron a ver una película que el uno de los dos ya había visto anteriormente. El film del cuento era del oeste.
- Te apuesto mil pesetas -dice el uno- a que el protagonista no entra en el saloon.
- No vale, gracioso -le responde-, tú ya has visto la película.
Pero, el actor de la apuesta se baja del caballo, y sí entra en el saloon.
- ¿Y eso? -pregunta el amigo-. ¿No dices que ya habías visto la película?.
- Sí, claro que la he visto -contestó-. Pero como ayer le pegaron una paliza por entrar, me dije: "¡éste ya no entra más días!".
El film del que hablaba al principio, antes de enrrollarme con el chiste, es "El coloso en llamas". He visto esta cinta cinematográfica dos veces en el cine, y otras dos a través de la televisión. Incluyen este tipo de cine en un llamado género catastrófico. Nunca pasa de moda, siempre es actual. Tiene la virtud de entretener con aventuras y, a la vez, de lanzar un mensaje si el espectador se presta a sacar conclusiones. Es totalmente opuesto a buena parte del cine actual. El de hoy en muchas ocasiones en mi mente no hay forma de saber de qué va. "¿Qué demonios dice esto?", me pregunto y, seguidamente, abandono o me refugio en mis pensamientos dejando un segundo lugar mental para la pantalla.
Para mí, algunas películas se parecen a un cuadro abstracto. Quienes no entendemos de arte, después de mirarlo desde las cuatro esquinas seguimos sin enterarnos de que va, entonces lanzamos para nuestro interior una exclamación: "¡¿Pero, esto qué es?!".
He recordado la película cinematográfica "El coloso en llamas" ante unas imágenes del espacio "Noticias, primera edición de TVE" del día 27 de octubre. En Barcelona, de un edificio de 19 plantas, se han quemado las tres superiores. El espectacular incendio era visible desde gran parte de la ciudad. Las llamas alcanzaron los dos metros de altura. ¿A quién se le ocurre, incluir poliuretano en la construcción de fachadas?. 78 personas fueron desalojadas del inmueble siniestrado, pero no hay que lamentar desgracias personales.
Al final del breve reportaje de imágenes que servía de soporte a la noticia, como si fuera un calco de la película de mi comentario, uno de los bomberos de Barcelona decía ante las cámaras de televisión algo muy parecido a su homónimo de oficio en el celuloide:
- Este edificio, construido en 1960, no está adecuado a las normas actuales de seguridad.
Esta imagen me llevó de inmediato a mi recuerdo en retrospectiva del broche final de "El coloso en llamas". Recordé al actor Steve McQueen, en su papel de jefe de bomberos, deambulando entre los cientos de cadáveres del suceso. Sus palabras, más o menos, eran las siguientes:
- Esto no es nada. Algún día morirán por miles por construir ratoneras de éstas características, sin antes consultarnos.
Y, por cierto, arrimo el ascua a mi sardina, ¿qué pasa con los usuarios de sillas de ruedas y las barreras arquitectónicas? ¿A quién consultan antes de hacer escalones y bordillos?.
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