La pagina web de "Ataxia y atáxicos" (información sobre ataxia, sin ánimo de lucro) es: http://www.ataxia-y-ataxicos.es/


martes, 18 de febrero de 2014

Jodido, pero feliz

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Diego Sánchez Cordero, paciente de ataxia, de Don Benito (Badajoz).

La gente que me ve paseando por la calle en silla de ruedas dice que estoy muy jodido. Sin embargo, yo me siento bien, y pienso que exageran. ¡Todo el mundo sabe de mi enfermedad, y yo sin darme cuenta...! En el fondo, puede que esté aterrado por descubrir un día que estoy enfermo. Pero hasta que llegue ese momento, procuro vivir como si estuviese sano.

¡Es tan fácil ser feliz engañándose! Porque, de verdad, para ser feliz hay que estar un poco loco. No ser consciente del todo de la realidad que nos rodea, ni de cual será el futuro que nos espera.

No me gusta hablar de enfermedades ni tampoco del tiempo. En ninguna de las dos cosas puedo influir para mejorarlas, ¿entonces para qué preocuparse? Quiero ser un enfermo ignorante, quiero ser un ateo de la ciencia. Ya fui creyente esperanzado, y así he llegado a viejo. Y además convencido que, al final, todas las enfermedades tienen cura, con el único inconveniente, que cuando llegue ese momento, el cuerpo no tendrá alegría para celebrarlo.

Sí la impotencia y la desesperación pudiesen hablar, ¿qué dirían de mí silla de ruedas?.

Nueve comentarios de Diego en respuesta a otros comentaristas en su blog:


1- Creo que seguiré siendo feliz mientras en las cosas más importantes de la vida no dependa de los demás. Siempre he ido por libre, y pienso que ser dependiente no es vivir tu vida: es vivir la vida de las personas que te cuidan... y, aunque te quieran mucho, uno no puede evitar ese punto de soberbia. Pero, en fin, el futuro es un misterio.

2- Soy feliz encima de mi silla de ruedas: paseando solo por la calle y venciendo dificultades. Me gusta hacer lo que hago, aunque, dadas las limitaciones de mi discapacidad, me suponga un gran esfuerzo y una enormidad de tiempo. Mientras pueda mantener el equilibrio de una relativa normalidad, creo que podré mantener buen ánimo. Es importante acostarse con una preocupación y levantarse con un proyecto, así no tiene uno tiempo de sentirse enfermo.

3- La verdad es que mi cuerpo cumple años para adelante, y cada vez estoy más estropeado, y soy más viejo. Sin embargo, mi mente parece que los cumple para atrás, y cada vez soy más niño. ¿Será esa inconsciencia de niño la que no me permite ver la realidad de mi enfermedad y mi situación de discapacidad? Ojala tarde todavía mucho tiempo en darme cuenta que también yo tengo graves problemas de salud.

4- De las formas de comunicación, la única que utilizo es el correo. Otras formas, o no las conozco, o no las puedo utilizar. Es el caso del teléfono: no se me entiende muy bien, y, para no complicarme la vida, dejé de utilizarlo. La verdad que para nosotros la vida no es fácil, por eso, hemos de ser valientes, y borrar de nuestra mente la palabras desánimo, y no puedo.

5- Tengo una mente lúcida en un cuerpo que no obedece. Eso es lo natural de la enfermedad y la vejez. Y, aunque uno se resiste a darse por vencido, casi siempre se necesita salud para hacer realidad los sueños. De todas formas, yo vivo el momento, procuro evitar los miedos a lo que está por llegar, y procuro que no aparezca ni la más pequeña nube de desánimo. No soy de esas personas que empiezan a sufrir antes que llegue el problema.

6- Aunque a la enfermedad no nos acostumbramos del todo, hay que aprender a convivir con ella de la mejor manera, e intentar ignorarla siempre que se pueda. Me ocurre con mucha frecuencia que mi incapacidad me pasa desapercibida, y eso me hace creer que la gente tampoco la ve. Para mí no hay problemas insalvables, sólo que para hacer una cosa necesito mucho más tiempo que una persona sana.

7- Todo el mundo tiene sus problemas, aunque, de cara a los demás, todos parezcamos felices. Quizás debiéramos sentir de verdad lo mismo que percibe la gente: Sugestionarnos un poco para sentir lo mismo dentro, que la imagen que sale fuera. Mi caso es algo raro, porque por fuera se me ve como un vencido triste y, sin embargo, por dentro soy un hombre feliz y sin grandes complicaciones. No niego tener miedo que un día caiga mi buen estado de ánimo.

8- Es una tontería empeñarse en que sea diferente lo que no se puede cambiar. El destino no está en nuestras manos, pero, en buena medida, si nos esforzamos en ser felices, hay muchas probabilidades para acabar siéndolo... y ya, un primer paso es siendo siempre positivo. A mí no me ha ido mal el buen estado de ánimo y el tratar de ignorar lo más feo de la vida, sin dejar, por eso, de estar preparado para defenderme.

9- Cuando me preguntan por la salud, contesto que bien, pero... sin entrar en detalles. A mi edad los detalles no pueden ser buenos. Hace años que no voy al médico, y así, me hago la ilusión que estoy sano.

Fuente: Blog del autor: Cachos de vida.
Original en: Jodido, pero feliz.

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4 comentarios:

  1. Gracias, Diego.
    ¡¡Cómo te entiendo!!
    Un abrazo.
    Miguel-A.

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  2. asi es amigo, celebro y comparto tu manera de ver esto, suerte...!

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  3. ´Perdón por darte las gracias con retraso por la publicación en tu blog de una entrada de CACHOS DE VIDA. Gracias.
    Un abrazo.

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