Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Vicente Sáez Vallés, paciente de Ataxia de Friedreich, de Zaragoza.
Nota: Vicente Sáez, de Zaragoza, "fue" paciente de Ataxia de Friedreich. Falleció hace cuatro años. Poner el verbo en pretérito, pudiera parecer una relegación al olvido. Nada más lejos: Hoy "sería" su cumpleaños. Le recordamos con uno de sus relatos.
Para acceder a una breve semblanza de Vicente (escrita por su hermana, Cristina, también paciente de Ataxia de Friedreich), hacer click en: Semblanza de Vicente Sáez Vallés.
LEY DE VIDA:
La flor se impacientaba. Era de noche, hacía frío, y la flor temblaba. Temía que el sol no apareciera. Y eso le ponía nerviosa... ¡Toda la noche! ¡Todos los días!¿Eran temores fundados? Ella pensaba en la luz, en el calor, en la vida. El sol que pintaba con colores su rededor. Las flores que despertaban y charlaban entre sí. Más tarde venían los bichos. ¡Y algunos eran cachondos! Volaban, se movían, cantaban...
La flor no participaba,
pero observando, se sentía entera.
La hora más triste, era el anochecer.
Todo se perdía:
El sol se escondía tras una montaña...
Las demás flores dormían...
Los bichos se iban...
El campo, lentamente, moría...
El frío llegaba puntual...
No había sonidos...
Todo se perdía en el horizonte.
El silencio atormentaba a la flor, puesto que la flor no dormía.
La flor subsistía, gracias a los demás.
Nunca se planteó la belleza,
la existencia,
la muerte.
Siempre vivió a costa de ella.
Su único novio fue el rocío de aquellas mañanadas.
El sol estaba a punto de salir. Su único despertador era el aullido del árbol que caía con la salvaje hacha del rudo leñador madrugador. Era una ópera. Música, actores, y el más bello escenario, eran el perfecto libreto de la flor que gozaba como espectador, sin saber que, ella misma, era la protagonista.
La noche le aterraba...
Silencios...
Sombrar pavorosas...
Prado...
Montaña...
Y los demás seres.
Inefable contraste:
El día, la noche...
El aullido del primer árbol...
El aullido del lobo...
El sol saliendo...
el sol marchándose.
Y es que eran tan parecidos...
La amapola de al lado ya maduró...
Ella era más vieja, y nunca lo consiguió...
Ni lo conseguirá.
Nunca dormía...
Por la noche sentía la más brutal soledad....
Por el día no participaba, observaba.
Era una flor original.
Y más original fue aquello. Nunca había visto nada semejante. Algo que se movía y se acercaba. Era enorme. Sorprendió a la flor, y en la tierra (era el espacio único) no reaccionaba. Ni reaccionó.
La niña, de los ojos penetrantes, y tan blanca arrancó, destruyó la amapola de al lado. La niña se alejó corriendo.
Y aquel día nunca amaneció.
La flor ya durmió.
La flor no se impacientó.
Fue un puntito más del prado.
Ya no pasó miedo...
se incorporó al ir y venir en su inmovilidad forzosa.
Ya no sentía.
No vio la muerte, participó de su muerte.
Y aquel día nunca amaneció.
Ya jamás amaneció.
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2- Sección "PowerPoint del día":
Para visionar y/o guardar el archivo PowerPoint, hacer click en:
Chistes médicos.
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3- Sección "Artículo recomendado":
Este enlace al Blogoferoz es un atículo de María Pino, paciente de Ataxia de Friedreich, de Tenerife, con la temática: Día internacional de la ataxia.
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¡Acúedate de nosotros, Vicente!.
ResponderEliminarMiguel-A.
Gracias por recordar a mi hermano en este día, Miguel.
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