Por Vicente Sáez Vallés, paciente de Ataxia de Friedreich, de Zaragoza.
Nota del administrador del blog:
En este momento, estoy un poco saturado de textos susceptibles de convertirse en artículos del blog. O sea, hay más longanizas que días. Pero eso son cosas del azar. Pasará la racha, y otra vez habrá que rebuscar algún hueso para dar sabor a los garbanzos del puchero... Advierto esto para que nadie se impaciente esperando ver su artículo editado en el blog. Todo se "andará", o "rodará" :-)
En realidad, en principio, esta pequeña serie de textos que, mediante enlace, iba a ocupar un solo día, ahora ocupará cinco... a ser posible, en días consecutivos... Como razón, aduciré que el humor irónico y satírico de Vicente bien vale la pena ser reproducido en lugar de enlazado. No obstante, como tenía previsto, también lo he colgado para quien desee hallarlo sin particiones, ni "continuará mañana"
Para acceder al relato en su integridad ... en archivo ".doc", de Word, tal y como lo dejó Vicente antes de morir, pinchar en: Relato 'Pendientes de Pensión II'.
2- El escándalo y la orden de desahucio (Pendientes de pensión, II)
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| Vicente Sáez Vallés |
- Serafín, Serafín, ¿cuándo me comprarás la pleisteison tres?.
- Cuando la saquen al mercado. No seas tan pesado.
Fran, desde la habitación en que se encontraba, podía comprobar como Manu limpiaba su bicicleta:
- ¿Y para qué quieres guardarla tan limpia? En la calle se va a volver a manchar pronto.
- Para que saber que es mía.
Fran encontró un papel en el pasillo mientras correteaba como loco:
- ¡Tía Mariluz! ¡Tía! ¿Qué significa esta palabra… a ver… de-sah-u-cio, o deasasurio, o desasuciaurio? ¿Es dinosaurio nuevo?.
Mariluz abrió mucho los ojos, y le quitó el papel a Fran de un tirón. Luego, lo dobló hasta reducirlo a un tamaño que le cupiera en el escote, para meterlo como siempre metía todo allí.
- Fran, bonito, no se lo cuentes a nadie.
- ¡Vale! No te preocupes.
Llegó al cuarto de estar y su madre le pidió amablemente que se sentara para poder estudiar tranquilamente:
- ¡Fran!-gritó Lola- deja ya de correr por la casa, y empieza a hacer los deberes. Si no, no habrá postre.
- ¡Mujer, no seas tan dura con tu hijo! -dijo Serafín levantando la vista del crucigrama del periódico.
- ¡Serafín! ¿Qué es un desasosaurio?.
- ¿Un desasoqué?.
- No sé. Estaba escrito en un papel importante que Tía Mariluz ha guardado ente las tetas…
- ¡Fran! –gritó de nuevo Lola, escandalizada- ¡No seas tan descarado que te vas a ganar una torta!.
- Pues sí que debe ser importante para guardárselo ahí… -dijo Serafín agitando la mano.
- ¿Qué pasa? ¿Es que nadie le cuenta nada al maricón? -Llegó Manín en un amenjesús al oír "tetas".
- Pues que mi tía… -Lola empezaba a hablar, pero se asustó, y se echó a llorar cuando aparecieron Inma y Pepejuán, que iba lleno de ketchup. Inma reía y reía, mientras Pepejuán miraba fastidiado.
- ¿Habéis llamado a una ambulancia?.
- No llores, Lola, que solamente se ha tirado por encima el ketchup –dijo Inma en el papel de madre tranquilizadora.
Al oír el escándalo, Mariluz, llegó corriendo con las manos en la cabeza:
- ¡No puedo aguantarme más! ¡Hemos fracasado!.
- ¿Pero qué dices? –exclamaron con mosqueo y onomatopeyas de extrañeza.
- Lo que os ha contado Fran.
- ¿Qué pasa? -Se miraron unos a otros.
- Bueno, mañana por la mañana, a las ocho, debemos dejar esta casa.
- ¿Quéeeee? –preguntaron todos a coro.
- Tenía la orden de desahucio clavada en el pecho desde que esta mañana la han puesto en el buzón…
- ¡Ya está! Desasosaurio, Serafín, ¿qué es un desasosaurio?.
Silencio. Miradas de tristeza, recogimiento, e indignación.
- ¿Pero Faustino no pagó? –preguntó Inma.
- No entiendo nada. Faustino se fue ayer con su novia y con el dinero para pagar. Se llevó también ese maletín que tiene para detectar, eso dice él, extraterrestres.
Pepejuán empezó a atar cabos:
- ¿Dónde está Tino? Es perentorio saberlo.
- ¿Perenquéeeee? –preguntaron a coro.
- ¡Bueno, bueno! Vamos a buscarlo, ¡deprisa…!.
(Continuará)
Nota segunda del administrador del blog:
Vicente falleció en el año 2006. Para acceder a una breve semblanza del autor del texto (escrita por su hermana, Cristina, también, como él, paciente de Ataxia de Friedreich), hacer click en: Semblanza de Vicente Sáez Vallés.
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