Por Vicente Sáez Vallés, paciente de Ataxia de Friedreich, de Zaragoza.
Nota del administrador del blog:
En este momento, estoy un poco saturado de textos susceptibles de convertirse en artículos del blog. O sea, hay más longanizas que días. Pero eso son cosas del azar. Pasará la racha, y otra vez habrá que rebuscar algún hueso para dar sabor a los garbanzos del puchero... Advierto esto para que nadie se impaciente esperando ver su artículo editado en el blog. Todo se "andará", o "rodará" :-)
En realidad, en principio, esta pequeña serie de textos que, mediante enlace, iba a ocupar un solo día, ahora ocupará cinco... a ser posible, en días consecutivos... Como razón, aduciré que el humor irónico y satírico de Vicente bien vale la pena ser reproducido en lugar de enlazado. No obstante, como tenía previsto, también lo he colgado para quien desee hallarlo sin particiones, ni "continuará mañana"
Para acceder al relato en su integridad ... en archivo ".doc", de Word, tal y como lo dejó Vicente antes de morir, pinchar en: Relato 'Pendientes de Pensión II'.
5- En el bar de Jeremías, y 6- Final - (Pendientes de pensión, II)
Vicente Sáez Vallés |
Llegaron dos policías, que aunque iban de paisano, se reconocían a mucha distancia su identidad: Iban con gafas de sol, a lo americano, y mascaban chicle... además, el más bajito, de pelo largo, gorro negro raído, iba de secreta, como el de “blues from hil street”, pero era de Soria, y llevaba chirucas.
- ¡Se llevan mi maletín…! -gritó Faustino.
- No es nada personal –dijo el vallisoletano-. Es nuestra misión…
- Vamos Faustino… ¡Dales el maletín…! -dijo Mariluz apretando los dientes.
- Pero le tengo cariño…
- Vamos Tinín- terció Pepejuán- ¡Dáselo!.
- Pero lo compré en el “Todoacién”, y es ideal para localizar.
- ¡Vamos! La paciencia es un bien que se agota…
- Tiene que firmar, pero no lo puedes forzar, es “su” dinero…
- Pero dijo…
- ¡Bah! Estaba con la novia y…
- ¡Un momento! -dijo el comisario-. Aquí hay gato encerrado: ¿Tan importante es ese maletín?.
- Para el gobierno de USA, sí.
- Ya lo creo… Esto me huele a chamusquina… -El comisario pensó y endureció el rostro como si fuera a dar una terrible orden:
- Esto lo arreglamos en comisaría: ¡Todos en fila!.
- Si quiere, le prestamos nuestra furgo… -propuso Mariluz, siempre tan diligente.
- ¡Cállese, estúpida!.
- ¡Oiga! No trate así a mi tía… -Lola salió en su defensa. El comisario pareció intimidado.
- ¡Que no me llaméis “tía”…! -reprochó Mariluz.
En este momento Pepejuán lanzó una mirada a Inma y, triunfalmente, le hizo un gesto con la cabeza, como quien juega su última baza ganadora. De pronto, Inma se dejó notar, y se acercó al comisario:
- Hola Cuchichi del Pistolón…
- ¿Qué... qué haces aquí? –el comisario miró con espanto.
- Ya ves, con unos amigos. ¿Y tu mujer qué tal está...?.
- Ya hablaremos… Bien, bien está.
Azorado, el comisario le devolvió el maletín al sureño.
- Ahora, con los americanos, que de estas cosas entienden un rato, vamos a hablar del servicio adaptado… -Pepejuán sonrió el último golpe dado. Jeremías quedó boquiabierto.
- ¿Servicio?.
Llegó Serafín con los planos del nuevo servicio, y Lola para medir el ancho de las puertas.
- Sí, Comisario, es un honor colaborar con la policía de la “República de España”. –dijo el sureño moviendo el maletín.
- ¡Oh! El honor es mío… pero somos monárquicos.
- Bueno, ya se imaginará lo secreto de nuestra misión… El agente alto no es terrorista, lo borraremos de la lista -comentó el de hablar fluido como abrazando al comisario hacia la puerta del baño, en un paseo secreto.
- No hace falta que mencionen este encuentro en su informe.
- Descuide.
- Es buena idea ésa del baño para inválidos.
**********
6- Final:
- Bueno, Faustino, el dinero es tuyo... haz lo que quieras, pero hazlo pronto, porque nos cierran el banco... y es el último día, y tienes que firmar la antigua hipoteca –habló Pepejuán.
- ¡Voy a firmar como dije! No os preocupéis.
- Tino voy contigo, porque donde haya una silla de ruedas… Además, quiero comprar el “Fotogramas” de este mes.
- ¿”Fotogramas”? Vale, así yo lo miraré para ver a la …
- Antes de irte –preguntó Pepejuán- dime, ¿dónde coño está la pasta?.
Tino miró preocupado a todos lados.
- Te dije que hicieras un cheque con el dinero y lo metieras allá, debajo de la cintura… -intervino Abraham.
Faustino se asustó, pero no encontró nada.
- ¿Me ayudas Inma?.
Pepejuán se frotó los párpados… Pero, intervino Fran:
- ¿Buscas esto que encontré en el baño de la pensión?.
Pepejuán dio un resoplido.
Serafín estaba hablando con el comisario:
- Bueno, vamos a celebrar que mañana mi amigo Félix empieza a trabajar en adaptar los servicios.
Serafín puso una moneda en la gramola, y todos bailaron al son de la sintonía.
- FIN -
Nota segunda del administrador del blog:
Vicente falleció en el año 2006. Para acceder a una breve semblanza del autor del texto (escrita por su hermana, Cristina, también, como él, paciente de Ataxia de Friedreich), hacer click en: Semblanza de Vicente Sáez Vallés.
********************
Gracias, Vicente.
ResponderEliminar¡Muy ingenioso y ameno!.