La pagina web de "Ataxia y atáxicos" (información sobre ataxia, sin ánimo de lucro) es: http://www.ataxia-y-ataxicos.es/


sábado, 3 de julio de 2010

Sin ánimo de ofender

Blog "Ataxia y atáxicos"
(Por Miguel Ángel Cibrián, paciente de Ataxia de Friedreich, de Villanueva de Odra, provincia de Burgos).

Vaya por delante que cada cual tiene derecho a pensar como su cabeza le dé a entender... y a expresar sus ideas, aun sabiendo que, como en este caso, nada contra corriente. Están muy extendidos los dichos, auspiciados por varias organizaciones de discapacidad, generalizando, de que son muy ofensivas para nosotros los discapacitados, tanto la compasión, como las miradas con fijeza.

En el primero de los dos casos, no sé aún a lo que llaman compasión. Más bien, la discordia me parece una batalla dialéctica con intención de querer romper con todo cuanto huela a pasado. O sea, ideología al cien por ciento. Además aducida con cierta ignorancia al achacar a la compasión procedencia religiosa. El término latino, del que deriva dicha palabra, existía mucho antes de existir el cristianismo. Hay que ser muy mal pensado para entender que alguien muestra la compasión como lástima... y punto final. Haya, o deje de haber, motivos religiosos para mostrar la compasión, van acompañados de solidaridad con la persona sufriente. Como lo define Saulo de Tarso (San Pablo), es "reír con el que ríe, y llorar con el que llora". Todo el mundo critica la discriminación negativa... ¿pero si es positiva? ¡Ah... ése es otro cantar! Pues claro que está muy bien esa discriminación llamada positiva. Es puro humanitarismo... solidaridad...igual que la compasión... dos caras de una misma moneda... solamente que a ésta se le achaca pertenecer a una ideología a combatir.

Me he puesto a escribir, y apenas he empezado a teclear, y ya me doy cuenta de haberme metido en terrenos pantanosos, dispuestos a tragarme, si no ando con rapidez de reflejos. ¡Pues lo tengo claro... con la lentitud típica de la ataxia de Friedreich! En fin, dejémonos de chorradas serias... y hagamos "el payaso de circo": carnet que adquirí en propiedad cuando decidí que la vida era demasiado dura para viajar por ella con una enfermedad degenerativa y el rictus adusto. Ya sé que mis emoticones son mentiras... que voy llorando por dentro. Pero es mejor comer pan con mentiras, que pan a secas :-)

¿Y por qué va ofenderme que mañana al dar una vuelta por las calles del pueblo, salga la, ochentona, señora "xxxxxxx", me diga "¡probrecillo!", y me dé un beso? Es posible que hubiera preferido el beso de una hermosa rubia pechugona ligera de ropa. ¿Pero ofenderme el beso y la expresión de la señora "xxxxxx"? ¿A santo de qué? Tal expresión compasiva forma parte de su cultura, y está dicha con la mejor de las disposiciones. No ofende cuanto se diga, o se deje de decir, sino la intención con la que se dice.

Va de anécdota. Me contó varias veces un vecino (ya fallecido) que, cuando estalló la guerra civil española, estaba haciendo el servicio militar obligatorio en África. Como consecuencia, le trajeron a combatir a la península, pero estuvo tres años seguidos sin poder regresar a casa de su padre. Añadía que el día de su regreso, encontró por la calle a un señor muy anciano, que ya estaba enfermo de presunta dolencia grave cuando salió del pueblo. Se acercó a saludarle, y, en tono de humor, le dijo: "¡Hombre, señor "zzzzzzzz"! ¿Cómo es que anda aún por la calle? ¡Yo creía que ya se había muerto!". Contaba que le contesto: "¡Pues muérete tú, jodío!". Y ni siquiera le dio la mano. Explicaba que, obviamente, aquel día de su regreso al pueblo tras tres años en la guerra, él estaba contentísimo... y le dijo lo primero que se le ocurrió... y, por supuesto, sin ánimo de ofender.

Por otra parte, mirar con cierta intensidad a las personas que nos resultan diferentes, entra dentro del campo de la normalidad. Es fruto de la curiosidad humana. No lo demos más vueltas. Ni siquiera nos escapamos de esa tendencia a mirar con curiosidad los propios discapacitados. ¿Qué derecho tenemos a reprochar a los demás lo que también nosotros practicamos?.

Otra anécdota: En uno de mis viajes a Madrid por razones médicas, acompañado de mi hermana, también paciente de ataxia de Friedreich, siete años menor que yo, de regreso, llegamos a la estación ferroviaria de Burgos de madrugada. No era cuestión de salir de la estación, al menos hasta que aclarara el día. Nos sentamos en un banco... saque un bolígrafo dorado (regalo de no sé quién), y me dispuse a pasar el tiempo haciendo crucigramas. De pronto, oigo una voz titubeante con claro acento extranjero: "¿Me de-jas un mo-men-to el bo-lí-gra-fo?". Cuando levante la vista, era una persona de color negro... la primera persona negra que había visto en mi vida. Le entregué el bolígrafo, y se fue a una cercana cabina telefónica... donde tenía el teléfono descolgado (quería realizar una anotación). Al salir de la cabina, me devolvió el bolígrafo... y me dijo: "¿Por qué me mi-ras tan-to? ¿Creías que no iba a de-vol-ver-te el bo-lí-gra-fo?". Ahí había estado yo... yo... sí, yo... precisamente yo... más raro que un perro verde... que caminaba como un borracho... mirando con curiosidad a una persona diferente... de rostro negro... entre caras blancas... la primera vez que lo veía. Y, además estaba tan perplejo, que ni siquiera fui capaz de articular una palabra de excusa ante su reproche.

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Sección "PowerPoint del día":

Para visionar y/o guardar el archivo PowerPoint, hacer click en:
Flores sobre una tumba.

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4 comentarios:

  1. Os invito a todos los pacientes de ataxia y a sus familiares, de España, o de Hispanoamérica, a participar escribiendo un artículo en este blog. La temática es libre. Para ello, participar, habéis de enviarme el artículo a mcibriand@gmail.com Por mi parte me ofrezco a hacer correcciones a quién me lo pidiera... y a colgarlo intacto, si el autor/a no quisiera correcciones.

    ¡Ánimo! ¡Que se vea que no estáis dormidos/as! :-)

    Abrazos.

    Miguel-A.

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  2. Hola

    Es verdad, todo cuando uno no entiende, se siente ese bichito de la cueriosidad; pero siempre nos encontraremos con esas personas muy curiosasssssss, y lo mas chistoso es q esas miradas tan penetrantes no dejan de incomodarnos.

    DIOSA

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  3. Es verdad. La primera vez que ví a mis amigos, Emma y Miguel Angel, fue hace veinte años. Yo trabajaba en la Escuela de Magisterio y ella, que era guapísima, venía a solicitar su título de maestra. Pensé que ella estaba borracha y resulta que era atáxica, como yo. Lo supe después. Había juzgado a una chica de la misma manera que otros me habían juzgado a mí, qué vergüenza. Ellos entonces eran novios, ahora están casados y tienen dos niños. Nunca les he contado esto. Pero, cuando leáis esto, no os enfadéis, seguimos siendo amigos ¿No?

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  4. Conocí a Enma y a Miguel Angel en un viaje a Zaragoza en 1996... precisamente en tu casa Entonces, hacía muy poco que se habían casado. No he vuelto a verlos desde entonces. Dales recuerdos de mi parte.

    Un abrazo.

    Miguel-A.

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