La pagina web de "Ataxia y atáxicos" (información sobre ataxia, sin ánimo de lucro) es: http://www.ataxia-y-ataxicos.es/


miércoles, 17 de junio de 2015

Recuerdos

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich, de Barcelona.

Nota previa del administrador del blog:

El autor, Bartolomé Poza Expósito, paciente de Ataxia de Friedreich, residente Barcelona desde hace 40 años, es natural de Jódar, en la provincia de Jaén... Para poder entender el poema, será necesario tener en cuenta no sólo sus lugares de residencia y procedencia, sino también su condición de atáxico en estado avanzado..

Mis ojos, ávidos de nuevas sensaciones,
contemplan el cielo, tras los cristales
de una bonita galería engalanada de plantas
con hermosas flores de variados colores:
azucenas, y geranios...
petunias, y lirios...
cactus, y margaritas...

Cada cosa en su sitio.
Y un sitio en el corazón para cada cosa.
Mi esposa añade, con ternura,
objetos olvidados por el tiempo transcurrido...
Año tras año...

Sentimientos de cariño.
Amor.
Querer.
Amistad.
Nostalgia...
Me dan vida.

Busco la ciudad,
encontrándola lejos de mí...
y yo también de ella...
Soñando en soledad.
Me detiene el no poder caminar,
por esta cosmopolita y bella Barcelona.

La luz del sol se esconde tras las grises montañas
dejando en el atardecer sesgadas sombras burlescas
con lentos reflejos mortecinos moviéndose suavemente,
creando una semipenumbra
que invita a la intimidad y confidencia.
 
 
¡Hermoso crepúsculo!
¡Canto de vida!
Las imágenes se mueven,
como el duende que llevo durmiendo en alma,
recordando la movilidad perdida.

Ahíto el corazón sueña.
Sueña con pueblo y capital...
entre los cuales tengo la vida dividida.
Me alejo lentamente.
Las luces, de la ciudad dormida,
gimen su agonía, esperando el nuevo día.

Sus farolas encendidas, agónicas, se apagan,
acercando el alma al infinito libre de miedo.
La luz cegadora de la vida,
también se apaga lentamente,
sin el querer ver de las pupilas.

El respirar es un suspiro que daña al alma.
Mis deseos están llenos de recuerdos,
pasados y presentes.
No soy de aquí.
Ni soy de allí.
Soy de donde estoy.
 
 
Soy una brizna de paja,
aventada por la pala de la vida...
en manos arrugadas por el tiempo,
dejando caer el grano, que vuelve a la era,
envuelto en cantes de trilla.

Nanas y sonajeros de plata suenan en el alma,
recordando mi niñez...
Sentado en la silla destartalada de un rulo,
de dentadas ruedas de acero,
trillando la mies,
hasta convertirla en parva de grano y paja.
Mula, mulo o burro,
cansinamente, dando vueltas,
trillan hasta las últimas claras del día...
¿Dónde estoy?
¿A dónde voy?
A ninguna parte.
Soy como soy...
como el cante y la copla de mí tierra:
Andalucía.
Sonido y pena de un inmigrante enamorado de su pueblo:
Jódar.
Llanto agridulce de un bello recuerdo.
Misterio de la memoria que no olvida.
 
 
Soleá:
Humedece el aire de una mañana de otoño.
Nubes rasgadas por el manto de coral y terciopelo,
vestidas de negro.
Temblor de noches febriles, recordando donde nací,
no sabiendo dónde moriré...
Volveré siendo semilla en el aire aventada por la horca de la vida,
para nacer entre verdes olivares...
sierras y nubes blancas,
lágrimas de roció al alba,
que, entre plantas silvestres,
se hacen escarcha.

Seguidilla:
Lamento de una garganta rota por el viento.
Dolorida.
Se erizan los olivos de gritos y pájaros,
cautivos de pena por un ser querido,
que se fue para... no volver.
Dejó huérfana nuestra vida.
En silencio azahares marchitos lloran.

Malagueña:
Cadenciosa, melancólica, suave...
Su melodía honda como la vida.
Sollozos, suspiros...y muerte...
Ventanales que se abren, y cierran asustados.
Recuerdos de un ayer hermoso...
feliz....
¡pero ayer!.

Ruiseñores en jaulas de oro mueren.
Sus gorgoritos añoran la libertad,
libertad marchitada entre sus atrofiadas alas...
No saben el motivo de estar presos.
Sus trinos parecen alegres y bulliciosos,
pero gimen en su soledad:
Piden a gritos su libertad...

Martinete...
Que golpea el alma, como un martillo en forjado yunque.
Su sonido profundo por golpes de fragua.
se hace eco en mis cinco sentidos,
dejando el seso... a su desvarío.

Saeta de la mañana:
Sonido de una garganta,
desgarrada de sentimientos,
por el Paso de Nuestro Padre:
Jesús Nazareno.
Detrás de Él...
su Madre:
María Santísima de La Amargura.
Letras que hablan de sufrimientos sublimes...
angustia amarga dañando al corazón,
y que sus latidos paran.
El saetero sigue cantando su oración,
lamento de la "madrugá".
Amanece con repeluzno de frió...
Amor...
Vida, y Muerte.
El aire se suaviza con olores de cera y albahaca perfumada.

Sollozo en silencio,
ocultando lágrimas salobres,
brotando de los ojos,
y resbalando por mi cara de niño travieso,
bajo la túnica morada de penitente.
A través de la mirada,
oculta bajo el capirote,
una radiante mañana de abril.

Veo el amanecer:
luceros fríos...
lejanos...
tristes en el cielo...
sus destellos se vuelven transparentes
entre hierbabuena silvestre...
Ramas desgajadas por el viento,
rugosos olivares centenarios,
símbolo de paz.
Cargados de gritos,
gritan, sin ser oídos,
en este bendito amanecer,
por la incipiente y tímida salida del Astro Rey:
El Sol.


Nota final del administrador del blog:

Debido a las características progresivas de su enfermedad, Bartolomé ya no está en condiciones de escribir. Este poema está fechado en Barcelona, abril del 2004. Y forma parte de su libro "Sentimientos de una vida".

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