Por Vicente Sáez Vallés, paciente de Ataxia de Friedreich, de Zaragoza.
Nota previa del administrador del blog:
La sala de archivos de mi cerebro debe de estar sumamente desordenada y llena de telarañas, pues en cuestión de recordar fechas, soy un auténtico desbarajuste.
Esta mañana (por ayer), a través del ojo del gran hermano (o séase, "Facebook"), he visto que era el noveno aniversario del fallecimiento de nuestro compañero Vicente. Recordémosle con uno de sus relatos:
Vicente Sáez Vallés |
Un revulsivo, de colores o transparente, caliente o desmedido, pequeño o travieso... pero un cambio: Un cambio para vivir mi vida, y dársela a quién me dé la gana... Es lo que necesito: algo importante, relacionado con lo que me pasó...
Fue en uno de esos domingos en los cuales parece que no va a pasar nada. Salí a ver el sol, aquella primavera frondosa, y fui hacia el parque para detenerme mejor en lo natural rellenado por la mano del hombre para construir la naturaleza ficticia.
Me adentré entre arbustos inhóspitos, y vi una nave espacial plateada surcando el cielo a velocidad asombrosa: Era plana, redonda, enorme, y ruidosa. Iba a aterrizar en medio del parque... Seguí caminando, y vi un escape nuclear de una central eléctrica cercana... Una columna de humo presidía la vegetación: Procedía del incendio del museo del parque donde se exhibía los objetos más valiosos del planeta... Cerca de allí, se podían seguir los devastadores pasos de un terrible huracán... o ciclón... no sé.
Ese día, el parque estaba movidito, y acontecían sucesos extraordinarios e importantes, prestos a cambiar el sentido de la vida de cualquier viandante pacífico como yo. Y joven, tanto como para haber visto cosas extraordinarias y sobrenaturales. Por ejemplo, una tormenta fuerte se extendía en un terreno acotado del parque, y provocó la invasión de varios vampiros humanoides, y un ejército de monstruos al estilo Frankenstein, con tuercas en el cuello y todo...
Pero seguía teniendo sueño vital, preso de una sutil incomunicación de no motivar mi vida, aquello que estaba muy por encima de cualquier susto... muy por encima de salvar a la humanidad de sucesos extraordinarios e importantes: Tales como una guerra nuclear, ogros, zombies, brujas, demonios, la peste, la mentira, el engaño, el chantaje, el odio, el desamor, la desidia... yo mismo.
Vicente Sáez Vallés |
Me embargó la tristeza, fruto de lo miserable de mi existencia. Nada importante podría cambiar mi rutina compacta. Pero la fragancia de un aire de perfume y frescura terminó la búsqueda de algo importante que convulsionara mi vida y llegara a contarla, a cantarla, a saber de mí y de lo poco que soy: Ella se sentó a mi lado en el banco, y algo importante se fue afianzando.
Nota final del administrador del blog:
Vicente falleció en el año 2006. Para acceder a una breve semblanza del autor del texto (escrita por su hermana, Cristina, también, como él, paciente de Ataxia de Friedreich), hacer click en: Semblanza de Vicente Sáez Vallés.
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Feliz fin de semana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Vicente.
ResponderEliminarMiguel-A.