Blog "Ataxia y atáxicos"
(Por Pilar Ana Tolosana Artola, paciente de Ataxia de Friedreich, de Vitoria).
NOTA: Para acceder al pefil literario de Ana Tolosana Artola, pinchar en el enlace abajo indicado:
http://pilarana.bloggum.com/
El calor de ese día era inaguantable. Y yo, allí, alejado de mi amor, de mi familia y de mi hogar, estaba ya a punto de agotar la botella de pésimo whisky que había comprado en una gasolinera.
En realidad tenía merecido que mi mujer me hubiera echado de casa esa misma noche, cuando llegué apestando a alcohol y habiendo estado anteriormente con una rubia encantadora de serpientes, con la que no dudé en ir al cuarto oscuro del bar y ser uno de los poseedores de ese cuerpo, mientras ella no paraba de lanzar frases libidinosas.
Y ahora me veo solo y apesadumbrado en una pensión de mala muerte, muriéndome de sed al ver cómo se acabó ya mi botella. Al seguir teniendo sed, estrellé furioso el vidrio contra la pared, y busqué agua en alguno de los grifos... Al haberse dilatado las cañerías, fue imposible dar con una gota.
No obstante, al abrir un armario del baño, di con un frasquito que se me hacía muy atractivo. Ingerí el líquido que llevaba dentro, y la sensación de sed se calmó como por arte de magia. A continuación, me quedé dormido en el sillón sin preocuparme de si iba a despertar.
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Gracias, Pilar Ana.
ResponderEliminar¡Es muy ingenioso... muy original!.
Un abrazo.
Un abrazo.
Miguel-A.
Todo te lo hago llegar con mucho cariño.
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