Por Bartolomé Poza Expósito, paciente de ataxia de Friedreich, de Jódar (Jaén), y residente en Barcelona.
NOTA: Hoy la entrada al blog "Ataxia y atáxicos" va de poesía. El autor es Bartolomé Poza, paciente de ataxia de Friedreich. Es el autor del libro, de acceso libre, "Mi querido diario" presentado en este blog hace unos días. Para facilitar el recuerdo, pegaré la dirección de la entrada. Pero, antes, quiero advertir que para entender el poema, es necesario intentar ponerse en la piel de Bartolomé: Un paciente de ataxia de Friedreich de 70 años... que, como puede suponerse, sabiendo que la enfermedad es progresiva, a dicha edad, tiene la ataxia muy avanzada:
http://ataxia-y-ataxicos.blogspot.com/2010/05/libro-de-acceso-gratuito-escrito-por-un.html
Con una sonrisa en el rostro
Con una sonrisa en el rostro,
enfrento la vida como en la mejor época.
Sabiendo que termina,
quiero ser feliz,
y dar la impresión de serlo
ante quienes me rodean:
otro mundo de carne, hueso, y quimeras.
Reafirmando, para mí mismo,
los recuerdos sentidos,
estando cerca de ser feliz.
¡Malaya el presente!
La ataxia, y otras pequeñas dolencias,
aúnan fuerzas,
convirtiendo los deseos de existencia
en un abismo insondable.
Es la vida...
el tiempo...
la distancia...
el olvido...
Me encuentro tan lejos de donde nací,
mas no cede mi sentir enamorado,
relación de absoluta relevancia,
no se puede matar el sentimiento,
aunque se intente.
Jamás he de lograr ese sueño de niños
de volver al hogar dejado,
es certeza rubricada por el viento.
¿Vendré, o iré?.
¿Será encontrar el abrazo
y toda la emoción concretada en ilusión?.
No habrá nada que pueda apartar,
en vista del presente,
y espera de lo venidero,
de mi antjo peremne y obstinado.
En mi mente,
mis ojos, asombrados,
se ciegan del recuerdo de las rosas,
amapolas,
flores de zarza,
empinadas de veredas,
cristalinos riachuelos,
frondosas encinas,
nacimientos silvestres,
mirabeles de patio,
almendros floridos...
pedacitos de luz
que nos alcanza...
hasta la muerte.
Hay una nube en el desierto,
un espacio de ilusión,
donde, más allá, pueden verse sueños...
Tiempo para escribir momentos perfectos,
donde el propio tiempo se detiene,
y miramos al cielo...
Una época en que las estrellas recordadas
eran como sonrisas de niños,
adheridos a sus madres.
Hay espacios, tan nuestros,
como bruma nacida,
que deja entever una sonrisa,
y volvemos los ojos atrás:
al recuerdo.
Tiempo de paz,
en que los trovadores cantan,
dejando pasar el tiempo,
como una gran fiesta gentil.
Hay un celaje en cada uno de nosotros,
y el tiempo se detiene
para sentir el goce sonriente,
agradecido por un corazón rebelde.
Hay un ciclo de esperanza
en sueños de un mañana
que nadie nos podrá robar
como la sonrisa infantil.
Hoy es tiempo de parvedad,
espacios siderales,
por compartir en el recuerdo
días de esperanza en un nuevo amanecer.
Poemas esperanzadores,
nacidos cada mañana,
en esa gloria compartida,
con los tiempos del ayer.
Hoy siento ganas de escribir,
recordando los ayeres,
en un himno de ilusión,
compartiendo espacio con el hoy,
a través del recuerdo.
Hoy es tiempo de estrellas,
soñando épocas pasadas,
como si fuera una puerta nueva
sonriendo a las incertidumbres...
(Con afecto a Miguel Ángel, inductor de tantas cosas buenas despertadas en mi alma... y que él ha ido puliendo para mi libro "Mi pequeño diario").
Bartolomé Poza Expósito (paciente de ataxia de Friedreich).
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¡Gracias por la dedicatoria, Bartolomé!
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.
Gracias Bartolome x tu poema, creo k es un canto ala vida y al recuerdo " tiempo de estrellas" ellos siempre son "la puerta nueva sonriendo a la incertidumbre" Tu poesia la siento optimista y esperanzada.
ResponderEliminarFelicidades
Joan